¿Cuál es la clave para mantener Rocasa con éxito durante 40 años?

Antes de este empresa existía Roiz, fundada en 1941 por mi padre con un socio que se llamaba Antonio Izquierdo. Yo vine en el año 70 de Suiza y me encontré una forma de trabajar muy arcaica y desordenada. Suiza es el país del orden, ahí trabajé dos años en una empresa inglesa y me pareció que era la forma de trabajar en Suiza era la panacea, muy metódica, flexible, dinámica y usando el sentido común. Allí todos eran profesionales y la eficacia en el trabajo era fantástica. Al venir luego a Canarias me encontré que todo era un desastre, en los almacenes no había inventario y esto me causó un poco de shock, pero con los antecedentes que yo tenía los apliqué y quizás sea el resultado de nuestra empresa hoy en día. Es una forma de trabajar ordenada y muy seria.

¿Cómo ha sido la evolución de la empresa?

Ha habido muchos cambios. En 1976 me fui a China, que fue una fuente de suministro muy importante con unos precios fantásticos. En los comienzos comprábamos en China, Taiwán, Corea y Japón, donde compramos un par de años nada más porque los precios se pusieron muy caros.

¿Siguen ustedes importando productos de esos países?

Casi todo de China y Corea. También importamos de Filipinas.

¿Lo que prima en Rocasa es la practicidad del producto?

Efectivamente. Un amigo francés me preguntó un día cómo eran mis tiendas y le dije que teníamos artículos de regalo, menaje y cuando vino me dijo: "Tú lo que vendes son productos prácticos". A mí esto me viene de Suiza porque cuando mi madre regresaba siempre venía con cosas que nunca habíamos visto aquí, por ejemplo, los tapones para los enchufes para que los niños no metan los dedos y unas gomitas para evitar golpes al cerrar las ventanas. Eso despertó en nosotros la curiosidad de que había tantos productos útiles que no teníamos y la dificultad era poder comprarlos para nuestras tierras porque no teníamos un lugar donde guardarlos. Mi inquietud fue siempre que ojalá existiera un almacenista que pudiera agrupar todos estos artículos y poderles comprar a ellos y lo encontré. Era una compañía holandesa que es un monstruo hoy en día en Europa con grandes almacenes, uno de ellos tiene 100.000 metros cuadrados. Esta firma supuso un gran alivio porque ahora podemos tener mucha más variedad de artículos y podemos comprar menos cantidades, aunque nuestro volumen se ha incrementado porque pasamos de tener dos tiendas a 26 en toda Canarias. Hoy tenemos en Europa varios almacenistas muy grandes.

Rocasa trata entonces de hacerle fácil la vida a la gente.

Uno de los rincones en una casa donde no puede fallar nunca nada es la cocina. En nuestras tiendas se venden muchas cafeteras exprés y tazas de café, algo que sorprende mucho a nuestros suministradores italianos. Además, se vende una gran cantidad de cuchillos patateros porque en Canarias se come mucha papa frita y, por esto, tenemos también variedad de sartenes. En esta época de crisis pueden disminuir otras cosas, pero comer y todo lo ligado a la comida no pueden faltar. Por ello, hemos ido a buscar artículos en todo el mundo que facilitan la labor de la ama o el amo de casa. Son productos útiles que cada vez hacen más fácil llevar la cocina. Hemos diversificado y ampliado a las figuras de decoración y lámparas. Rocasa se va adaptando a las necesidades del consumidor canario.

¿Cómo afronta Rocasa la crisis económica?

Tanto yo como mis hijos hemos hecho cursos de alta dirección para acomodarnos a los sistemas actuales y nos dimos cuenta de que teníamos muchas reformas que hacer y las hicimos, empezando por protocolo familiar y marcarnos objetivos de ventas y tratar de cumplirlos. La reforma dentro de nuestra empresa hace ya varios años que se lleva a cabo, con un sistema informático muy moderno. Gracias a eso hemos recortado muchos gastos superfluos y afrontado mejor la crisis. En los cursos de alta dirección nos dijeron que el capital había que reinvertirlo y moverlo continuamente, yo no compartía ese criterio, pero ahora mantenemos una reinversión continua en la empresa y eso nos ha salvado.

¿Qué perspectivas tiene la compañía para este año?

El año pasado abrimos Gran Rocasa, en el polígono industrial de Ajimar, en Jinámar, una gran tienda de 1.500 metros cuadrados. Es un concepto de tienda de más comodidad en las compras, con pasillos muy anchos y cómodos. También el año pasado se abrió otra tienda en Las Chafiras (Tenerife) y seguiremos la expansión. Gracias a las nuevas aperturas podemos mantener las ventas y un poder de compras importante para competir. Estamos a punto de abrir una tienda grande en Lanzarote, donde ya hay una, mientras en Fuerteventura tenemos tres.

Es extraño que con este escenario económico, aún haya empresarios dispuestos a arriesgar.

Tengo fe de que esto tiene que cambiar. Soy optimista y sé que hay empresarios deseando empezar a trabajar. Rocasa emplea a 200 personas, que aumentarían con la nueva apertura de Lanzarote. Apostamos por crear empleo e incentivar la economía de Canarias.