"Cada vez son más las compañías aéreas que van al límite", asegura la Asociación Profesional de Controladores (Aprocta), un colectivo desde el que también se afirma que "las aerolíneas buscan, cada vez más, obtener la máxima rentabilidad al precio que sea".

Los aterrizajes de urgencia que realizaron tres aviones de Ryanair el pasado 26 de julio en el aeropuerto de Valencia al verse escasos de combustible, y tras no poder hacerlo en Barajas (Madrid) debido a unas condiciones climatológicas adversas, han desatado la polémica sobre si todas las compañías respetan o no unos mínimos que garanticen la seguridad de sus vuelos.

"No todo vale, ya sea por parte de esta aerolínea o cualquier otra, pues preservar la seguridad es lo fundamental", afirma José María Iscar, secretario del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla). Iscar denuncia que los pilotos se sienten "absolutamente presionados" ante situaciones en la que "se les cuestiona" su toma de decisiones. "En la conciencia y profesionalidad del piloto está la acción de cargar el avión con más combustible ante un previsto desvío, pero por otro lado, en una compañía como ésta, esa decisión supone tener que dar explicaciones al burócrata de turno que solo sabe de números y no de seguridad operacional", explica Iscar.

No obstante, las peticiones de aterrizaje de emergencia por falta de combustible, como la solicitada por Ryanair en Valencia, no son prácticas habituales. "Cuando hay anomalías como las del 26 de julio se activan mecanismos de detección e investigación que se apoyan, entre otros aspectos, en los informes que realizamos los controladores y pilotos. Si fuera algo normal no se realizaría ningún seguimiento de este tipo de casos", comenta Fernando Marián, portavoz Asociación Profesional de Controladores (Aprocta).

Aunque pilotos y controladores apuntan que "la exigencia de que se investiguen incidencias como las ocurridas en Valencia no se dirigen particularmente a Ryanair, sino a todas las aerolíneas que incumplan los estándares mínimos para poder volar", lo cierto es que ambos colectivos coinciden en señalar a la compañía irlandesa como la que más incidencias, de este y otro tipo, sufre. "Lo que ocurre es como Ryanair está al límite de lo que se puede llamar el low cost, es mucho más fácil que traspase determinadas barreras", apunta Iscar.

"El día 26 de julio se desviaron más de 20 aviones desde Barajas por la tormenta que había en Madrid y que casualidad que los tres únicos aviones que solicitaron emergencia para aterrizar por falta de combustible fueran de la misma compañía", señala Marián.

La investigación

La ministra de Fomento, Ana Pastor, señaló ayer que la investigación en torno a Ryanair sigue su curso y subrayó que la prioridad del Ministerio es "velar por la prevención de cualquier accidente o incidente" aéreo, así como por el respeto de los derechos de los usuarios. No obstante, Pastor evitó avanzar las posibles medidas que Fomento podría tomar en relación a la aerolínea low cost.

Por su parte, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) ha abierto ya una investigación sobre la aerolínea irlandesa a raíz de tres aterrizajes de emergencia realizados el pasado 26 de julio en Valencia por escasez de combustible. "Para el Gobierno de España, para el Ministerio y para la ministra lo más importante es preservar la seguridad y garantizar que los ciudadanos españoles que viajen en avión, no solo en agosto sino a lo largo de todo el año, tengan las máximas garantías", remarcó Ana Pastor, quien anunció que no hará más declaraciones sobre el asunto "mientras esté en marcha la investigación".

Según la ministra, para el Ministerio lo más importante es "velar por la prevención por cualquier accidente o incidente", así como por el respeto de los derechos de los usuarios, "que los tienen". Asimismo, recordó que los billetes de avión son un "contrato", y por ello hay que velar para que "cada persona que suba a un avión tenga garantizados los derechos" recogidos en los mismos.

Desde el Sepla y Aprocta confían en que la actuación de AESA derive en la búsqueda de los responsables y "en sanciones" si así lo considera oportuno. "Ni la Administración, ni las empresas pueden dejar que la seguridad del sistema aéreo recaiga casi en exclusiva en pilotos y controladores a los que se somete a situaciones de enorme complicación y tensión", denuncian desde Aprocta.

"Volar en España es seguro y hay un número determinado de compañías donde los comandantes tenemos la facultad de poder tomar decisiones sin tener miedo a represalias", comenta el secretario del Sepla, quien añade que, sin embargo, "no se pueden bajar los brazos". "El sector del transporte aéreo no es ajeno a los tiempos de crisis que padece España y la tentación de reducir los márgenes de seguridad está ahí. La AESA ha de redoblar sus esfuerzos para evitar políticas que intenten ahorrar unos euros a costa de la seguridad", añade.