Un grupo de periódicos alemanes publicó a principios de septiembre una crónica de su corresponsal en Madrid, la periodista y economista del Handelsblatt Stefanie Claudia Müller, que no tenía desperdicio. El artículo se ha convertido en 'objeto de culto' para muchos internautas españoles disconformes con el modo de afrontar la 'tormenta perfecta' que asuela a las economías europeas. Este alegato contra el pensamiento único y lo políticamente correcto para el núcleo duro del neo-liberalismo europeo de importación se expande por la red a gran velocidad, convenientemente traducido.

Con motivo de la visita a Madrid de una amplia delegación del gobierno alemán, la periodista sostenía en su artículo radiográfico que el problema de España no era la deuda, que está en niveles aceptables en la UE, ni la baja productividad, que no es tal; ni el gasto social, que es menor que el de muchos países de su entorno. No. El problema de España es una clase política corrupta, que no persigue como debiera la corrupción, y un exceso de administraciones y enchufados.

Visión demoledora

La crónica enviada el seis de septiembre era extremadamente precisa, y muy acorde con lo que piensan los 'españoles de a pie'. Decía Stefanie Claudia Müller que "España no debería recibir más dinero sin que se cambie a fondo el sistema político y económico, hoy en manos de una oligarquía política aliada con la oligarquía económica y financiera, y sin que se aumente la participación ciudadana real en las decisiones políticas. (?) Las razones verdaderas de la crisis del país, en consonancia con lo dicho, nada tienen que ver con salarios demasiado altos -un 60 % de la población ocupada gana menos de 1.000 euros/mes-, pensiones demasiado altas -la pensión media es de 785 euros, el 63% de la media de la UE-15- o pocas horas de trabajo, como se ha trasmitido a veces desde Alemania. A España tampoco le falta talento, ni capacidad empresarial ni creatividad. Tiene grandes pensadores, creativos, ingenieros, médicos excelentes y gestores de primer nivel.

La razón de la enfermedad de España es un modelo de Estado inviable, fuente de todo nepotismo y de toda corrupción. (?) En España no existe separación de poderes, ni independencia del poder judicial, ni los diputados representan a los ciudadanos, solo a los partidos que los ponen en una lista. (?) Las ayudas para España, igual que para otros posibles candidatos de rescates, no deben ir a bancos ya casi en bancarrota y fuertemente politizados. (?) ¿Por qué se ha utilizado el dinero de los españoles (FROB) en vez de esperar los fondos de la UE? Es lícito suponer que la razón es la siguiente: los bancos no quieren que la UE investigue sus cuentas."

Los números cantan

Para justificar la crisis se ha confundido la gimnasia con la magnesia. Angela Merkel dice a sus parroquianos que los españoles están todo el día de juerga, que hay muchos puentes y que trabajan poco. No es verdad. Tanto la oficina de estadística de la UE, Euroestat, como las estadísticas de la OCDE revelan lo contrario: los países del sur de Europa trabajan más que los del centro y norte, traducido: los países pobres trabajan más que los ricos. Países ricos, como Alemania, tienen superávits a costa de las deudas de los pobres, como dijo en un discurso en Berlín en 2011 el canciller socialdemócrata Helmut Schmidt, que pedía al gobierno de Merkel y a todos los alemanes que no olvidaran nunca que el 'milagro alemán' fue posible gracias a la solidaridad del resto de Europa; y también la reunificación, que fue una ruina para la Unión Europea durante algunos años. Hasta que la locomotora unida se puso en marcha.

Los números son los números: la media de horas trabajadas en 2010 en la OCDE es de 1.776, y España trabaja 1.690, por delante de Países Bajos (1.379), Alemania (1.413) Noruega (1.426), Francia (1.476), Reino Unido (1.625), etcétera. Cuando Juan Roig, el propietario de Mercadona, dice en marzo, en la presentación del exitoso balance del grupo, que una de las soluciones de los problemas de España está en trabajar como chinos, olvida que en el franquismo los españoles ya lo hacían, y que durante la dictadura y los primeros años de la Transición el objetivo laboral era trabajar como los europeos. Aún no se ha conseguido. Estos datos son de 2010, en 2012 muy probablemente se ha agrandado la brecha con las sucesivas reformas laborales, que irá a peor en 2013, como ya indican algunas previsiones. Ahora se trabaja más, y con menos estabilidad, lo que según muchos expertos se traducirá en un menor coeficiente de productividad.

Este planteamiento no es nuevo en España; ni tampoco es inédito que en Alemania políticos influyentes hayan advertido a Angela Merkel con los efectos secundarios de una política que rompe el 'consenso' tradicional de la RFA sobre las relaciones financieras entre ellos y los países 'periféricos'. La argumentación es simple, pero en absoluto simplista: el excanciller Helmut Schmidt, socialdemócrata, dijo en el último congreso del SPD en Berlín, el año pasado, que los alemanes no protagonizaron en solitario su desarrollo, sino que fueron ayudados por el resto de Europa, que se volcó con ellos. Ahora, insiste, Alemania ha de estar a la altura de su deber. Porque, además de ello, Alemania no puede olvidar que su riqueza es consecuencia de la deuda de los países que ahora lo están pasando mal, que los bancos alemanes, y por lo tanto el estado alemán, se está beneficiando de la crisis. Propone Helmut Schmidt un mayor compromiso que aleje de sus socios el miedo a una nueva forma de expansionismo, esta vez no basado en armas y en política sino en un excesivo peso económico. Si a los socios les va mal, afirma, a Alemania le irá mal.

El pasado domingo una de las biblias del capitalismo, el influyente The Wall Street Journal' hablaba del "misterioso Mariano", con gran jolgorio de muchos eurodiputados que chistean sobre el estereotipo gallego. Este semanario no logra entender la estrategia del presidente del Gobierno español, y se ha sumado al coro que alerta de algo que podría traducirse al lenguaje corriente como el cuento de la lechera, o, con mayor exactitud, el caso de la burra del gitano, que cuando había aprendido a no comer, justo en ese momento se murió. La receta milagrosa del PP para solucionar los problemas de España ha pasado por varias fases: una primera, el problema era exclusivamente Zapatero, como se proclamó hasta el empacho en la campaña electoral. En cuanto se fuera el líder socialista, se multiplicarían los panes, los peces, las palomitas de maíz y el yogur de fresa y llovería el maná desde el cielo en 'paquete azul'.

Visión equivocada

A esa visión de cuento infantil contribuía, con un extraño sentido del patriotismo según la actual doctrina de García Margallo y de otros populares que piden a la oposición cerrar filas de cara al exterior, el expresidente Aznar, jefe de los ideólogos del PP que tiene el mando sobre la máquina de ideas (y la oposición dice que ocurrencias) llamada FAES. Después se puso sordina a la campaña contra ZP y se alude a que "ahora pagamos la deuda que dejó Zapatero", una deuda que según los expertos no justifica la agresión de las agencias de rating y las tropas neoliberales que empujan a los mercados afines a atacar a los países más débiles de la periferia de la UE. Como han dicho muchos protagonistas de la construcción europea -Delors, Giscard D'Estaing, Prodi, Mario Soares, Felipe González, Helmut Kohl, Gerard Schröder, Helmut Schmidt?- la solución es más Europa. Pero más Europa del espíritu de los emprendedores que la fundaron y de Maastricht, y menos de los nuevos nacionalistas.

Los sondeos sociológicos que se hacen en España detectan uno de los problemas que se han enquistado, y que los partidos no han tenido suficientemente en cuenta a pesar de haberse denunciado reiteradamente por los auditores autonómicos y por el Tribunal de Cuentas. Es lo que la corresponsal alemana Müller engloba en su diagnóstico sobre una "clase política corrupta", pues en el fondo estos problemas constituyen un conjunto de corrupciones que han minado segmentos importantes del sistema político-administrativo español.

La nueva Ley de Costas es un ejemplo paradigmático, que ha tenido en Canarias unos prolegómenos vergonzosos. La construcción ilegal en las costas quiso ser puenteada por el Parlamento de Canarias con una proposición no de ley a propuesta del grupo Popular (diario de sesiones de 17 septiembre de 2010) cuya finalidad declarada sin tapujos, era, precisamente, evitar las consecuencias de las sentencias judiciales que defendían la legalidad vigente. Desde que Costas empezó a denunciar casos flagrantes de usurpación del dominio público, y los jueces comenzaron a sentenciar, ya a los políticos se les ocurrió una idea para beneficiar a núcleos clientelares afectados por las demoliciones: declararlos bienes de interés cultural. Hacerlo así -decía un Apuntes'- era como declarar bien de interés gastronómico a la cagarruta de cabra. 'El País' de 5 de marzo de 2009 resumía los intentos previos en una frase: "Canarias tramita una norma para burlar la ley de costas". Al final, la ley que impulsa el PP para legalizar miles de construcciones en el litoral español, puede entenderse por una parte de los ciudadanos como un elogio de la impunidad y consecuencia de la corrupción política.

Medios económicos aturdidos

Esta manera de afrontar los problemas ha puesto a Rajoy en el espejo del microscopio de muchos periódicos y semanarios especializados. 'The Wall Street Journal' del 8 de octubre, la biblia de las biblias económicas, lleva a portada (debajo de información de Venezuela y la foto de Hugo Chávez) el escándalo de las 'preferentes', y vaticina que la fuga de capitales persistirá por la creciente desconfianza en la banca. "El vergonzoso enfrentamiento entre los bancos y sus clientes está erosionando aún más la confianza en un sistema que ya sufre enormes pérdidas ligadas a la burbuja inmobiliaria", advierte.

El 'Financial Times' del 27 de septiembre mantenía que "lo que comenzó como una tormenta económica ha derivado en una crisis política en gran escala. En medio del descontento popular y de las protestas separatistas, España ha tropezado con una encrucijada: sin una acción decidida del gobierno, el pacto democrático pos-Franco está en riesgo'. Para el editorialista, "España persiste en una austeridad excesiva".

Es el ejemplo que se ponía en su momento y que enervaba a los partidarios obsesivos de 'la ortodoxia'. La historia demuestra que mientras la Iglesia más se empeñaba en ortodoxia, menos avanzaba la ciencia. En la economía la ortodoxia pocas veces da buenos resultados, porque, como afirmaba Heráclito, es imposible bañarse dos veces seguidas en las mismas aguas de un río. Las aguas siempre cambian.

El Financial Times es duro con el líder del PP. "? Su Gobierno ha jugado a un juego partidista antes que a construir un consenso". Y The New York Times cree que los recortes indiscriminados de Rajoy traerán "más miseria y protestas".

Y por si eran pocos "parió la abuela". El semanario británico The Economist además de calificar de "misterioso" a Rajoy expresa su temor de que España se adentre "en una espiral de muerte al estilo griego". El elevado déficit que no cesa de aumentar, la caída del PIB, la ebullición del movimiento independentista catalán. "Los problemas de Rajoy están empeorando, no mejorando".

Las previsiones del Fondo Monetario Internacional son descorazonadoras: El lunes 8 de octubre, el FMI da un nuevo varapalo al Gobierno en sus previsiones para 2013. Frente a una ligera contracción del 0,5%, el FMI prevé un -1,3%. Y vaticina que la recesión se extenderá por la eurozona y que "ni siquiera" Alemania es inmune.

Si se tienen en cuenta todas estas opiniones de estos medios, que la derecha tradicionalmente ha considerado amigos, Rajoy tiene un problema de credibilidad. Ha dejado de ser parte de la solución hasta para los que jalearon su victoria.

El descrédito de los políticos

Todo eso, en medio de un descrédito galopante de la 'clase política'. Las lágrimas de cocodrilo de la derecha por la frase del juez Santiago Pedraz en el auto en el que no ve delito en la concentración 'rodea el Congreso', "la convenida decadencia de la clase política", han sido una anécdota pronto sepultada por la contundencia de los datos estadísticos que la confirman.

Todas las encuestas van aproximándose al diagnóstico mientras la gente está alejándose de los grandes partidos, el PP y el PSOE, en distintas proporciones, pero con una tendencia inercial constante. Benito Pérez Galdós solía viajar en vagones de tercera para observar los perfiles de los personajes que luego el escritor canario reflejaba en sus Episodios Nacionales. Probablemente, el entorno de los políticos, la primera clase en aviones, los coches oficiales, las comidas de trabajo, el alterne con las elites, les ha ido separando de la gente corriente, la que mueve a la opinión pública. Uno de los pocos políticos españoles que ha 'tomado nota' afectiva del malestar y la indignación es Jerónimo Saavedra, actual Diputado del Común, que ha cambiado la solemne sede institucional alquilada de San Bernardo por una casona de la calle Cano, anteriormente ocupada por la Escuela de Servicios Sociales y Sanitarios; que ha renunciado a nombrar a los tres adjuntos que permite la Ley, y que asimismo ha dejado los dos coches oficiales, uno en cada capital, por el servicio público de taxis.

No es lo habitual. Los parlamentarios europeos se han negado a dejar la clase 'bussines' para ir y venir de Bruselas a Barajas, algo que algunos consideran "irrenunciable". También la 'primera clase' y las salas VIP son común entre los diputados y senadores isleños que se desplazan semanalmente a Madrid, que no despiertan lo que se llama admiración entre los pasajeros que guardan la cola. La falta de gestos convincentes de solidaridad se traduce gota a gota en las encuestas. Ni en ayuntamientos, cabildos, diputaciones, autonomía, se ha llevado a cabo un acto de contrición y propósito de la enmienda. José Manuel Castelao, lenguaraz y dimitido político, dijo en una reunión oficial que "las leyes, como las mujeres están para violarlas", y echa más leña al fuego del desprestigio corporativo. Pero no hay duda de que las leyes se violan sistemáticamente, y que los corsés de las de Función Pública saltan por los aires.

Asesores, enchufados y contratados ilegales, sustituyen desde hace años a los cauces reglamentarios de acceso. El mérito y la capacidad han sido cambiados frecuentemente por la amistad y el favor. "¿Son tan idiotas los políticos que tenemos que necesitan tantos asesores?", preguntaba, afirmando, una vecina de cortado de media mañana en Dulcepan. "Mujer? probablemente, pero lo que son, sin duda, son unos redomados carotas". Risas de la concurrencia.

"Esto se ha degradado y requiere soluciones radicales inmediatas", afirma con rotundidad Jerónimo Saavedra. ¿El 'ocupa el Congreso' tiene motivos, se han alejado del pueblo los parlamentarios? Responde que "sin duda". "La clave está en que el sistema de partidos ha degenerado hacia la 'partitocracia'. Los partidos se han convertido en islotes para leales que llegan a la política como quien lo hace a una profesión". Ex ministro de Administraciones Públicas, considera que no hay un exceso de funcionarios "sino de altos cargos" y asimilados. "A pesar de que los presupuestos dejan en cero euros muchas actividades, los empleos se mantienen tal cual, cuando lo que habría que hacer es reubicar a los trabajadores, porque muchos servicios están desasistidos, como todo lo social". "Estamos en un terreno abonado para los populismos; tenemos en América latina sobrados ejemplos de a dónde puede conducir esta situación". Considera "urgentísima" una reforma de la ley electoral para acercar los diputados a la ciudadanía. "Si no hay una mentalización rápida? puede ocurrir cualquier cosa".

La perversión partitocrática

El Barómetro del CIS de septiembre es preocupante. Cuatro de cada diez españoles son partidarios de revertir el estado autonómico, mediante su simple supresión o su adelgazamiento. Y uno de cada cuatro españoles, un 26,9%, ve a la 'clase' política y a los partidos como "un problema", cifra solo superada por el paro, mencionado por casi el 80% de los encuestados, y los problemas económicos, que inquietan al 49,4 %. Mientras el terrorismo y la violencia han sufrido un fuerte bajón, los políticos suben con fuerza en el ranking de las preocupaciones nacionales. También la corrupción y el fraude escalan posiciones: la sanidad preocupa al 9,1%, la corrupción y el fraude a un 8,5% y la educación al 6,6%.

Las estadísticas siempre reflejan una realidad personal; es decir, detrás de cada 'frío' dato hay inevitablemente situaciones personales. Cada porcentaje es un porcentaje de caras, de fracasos y de anhelos, de NIF y de vidas rotas.

El 10 de octubre se celebra la tradicional Fiesta de la Banderita de la Cruz Roja. La ONG más importante del mundo, con su sede central en Ginebra (Suiza), saca a la calle sus voluntarios para recaudar fondos, a 'cambio' de una pegatina en solapa o pechera. Alrededor de cada mesa petitoria, en las que por lo general hay personalidades de la vida social y la política, la Reina Sofía, la princesa Letizia?, se despliega un ejército de sonrientes jóvenes redonda hucha blanca en mano. Somalia, Ruanda-Burundi, Congo?. han sido desplazados en 2012 por la urgencia de atender a más de 300.000 nuevos necesitados en España. España, pues, ha desplazado en esta ocasión a los pueblos más atrasados y misérrimos de África e Hispanoamérica en la prioridad de la ONG de cabecera.

Para comprender mejor lo que está pasando, hay una pregunta clave: ¿Se vive ahora mejor que antes? Respondan ustedes.

(tristan@epi.es)