El FMI dice que deberían ampliarse los plazos para el cumplimiento del objetivo de déficit. ¿Usted también lo piensa?

Estoy plenamente de acuerdo. Es la primera vez en mucho tiempo que oigo una frase tan coherente a un organismo tan importante como este. Lo que el Banco de España o los gobiernos han hecho mal en tantos años sin que nadie haya puesto remedio es imposible resolverlo en los plazos que está dando Europa. A corto plazo ni España ni Portugal ni Italia van a hacer los deberes. En primer lugar porque no hay consumo. Es decir, se recorta en todo y con ello se para la actividad de un país. Así no saldremos jamás de esta.

Lo cierto es que a día de hoy los plazos son los que son. ¿Con las decisiones que se están tomando podemos salir del pozo?

La UE nos está obligando a tomarlas y mi preocupación mayor es que si Europa nos interviene, va a ser mucho peor para el conjunto de los ciudadanos. Dicho eso, si no generamos consumo y se reactiva el crédito, cada vez vamos a ser mucho más pobres, cada vez va a haber más desconfianza, cada vez va a haber menos dinero en circulación y lo peor que puede pasarle a un país es que se comience a generar desconfianza dentro de él. Al final, como está ocurriendo, se está desviando mucho dinero hacia fuera de España. Como no sepamos parar esto entre todos, se nos puede ir de las manos, por decirlo suavemente.

¿Qué le parece el papel que está jugando la banca?

Reconociendo que tienen que hacer frente a grandes deudas, los bancos no han estado a la altura de la confianza que históricamente se había depositado en ellos. Han ido a salvarse y se han olvidado de que tiene que haber una banca que dé crédito y sepa dialogar con los clientes. El problema más grave que tenemos es la pérdida de las pólizas de crédito que tenían las empresas. Y como también se ha cerrado el grifo a los particulares, el consumo y la actividad empresarial se han hecho inviables.

¿Esperaba que el Gobierno central del PP adoptara las decisiones que está tomando en su primer año de mandato?

Entiendo perfectamente las obligaciones que tiene que afrontar el Gobierno central. Se ha gobernado tan mal en los últimos diez años en este país, que con la que está cayendo llega un gobierno nuevo y tiene que tomar decisiones. Pero teniendo en cuenta esas circunstancias, también digo que la Comunidad Autónoma de Canarias debe tener unas condiciones diferenciadas por las dificultades de lejanía que todos conocemos y porque así está reconocido hasta en el Tratado de Lisboa. No se puede encarecer la vida y crear más dificultades a los canarios de hoy para mañana. Tengo la certeza de que los diputados y los propios miembros del PP en Canarias están haciendo un trabajo en Madrid para intentar algunos cambios que suponen un castigo para los canarios. Ya nos cuesta muchísimo vivir aquí y nos está costando muchísimo más con todos los recortes que están haciendo.

¿No cree que en Madrid ya saben que las Islas deben tener un trato diferenciado?

En líneas generales, en la España continental hay un desconocimiento de Canarias. Saben que son islas afortunadas, entre comillas, pero no saben todas las dificultades que supone vivir en un archipiélago: el supercoste entre islas, la lejanía. Ahí todos tenemos que hacer un esfuerzo. No se trata de defender una opción política, sino a los empresarios canarios y a los ciudadanos en su conjunto. No merecemos que nos obliguen a hacer muchos más esfuerzos y sacrificios después de los que ya hemos hecho.

Críticas a las decisiones de cualquier partido no han faltado durante sus más de cinco años en el cargo. ¿Esa independencia le ha traído problemas?

Soy el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) y lo único que defiendo son los intereses empresariales. Cuando un partido, en la oposición o gobernando, hace los deberes como hay que hacerlos, nosotros le apoyamos sea del signo que sea. Pero cuando no los hace también lo denunciamos y esa libertad es lo que ha hecho grande a la CCE en los últimos años.

¿No ha sentido que le movían la silla cuando criticaba al PP?

En absoluto. A lo mejor he criticado más al Gobierno canario y tampoco en ese caso he tenido nunca esa presión.

¿La reforma laboral es la que se necesitaba?

Era imprescindible y se tardó muchísimo en elaborarla. No ha dado resultado porque las circunstancias económicas del momento no han sido las más propicias. El día que tengamos una actividad empresarial normal será un instrumento muy importante para generar muchos puestos de trabajo. Ha sido positiva, pero el momento en que se aprobó no es el adecuado. A corto y medio plazo va a dar un resultado muy bueno.

Exhibe con orgullo la ausencia de votaciones en la CCE durante su mandato. ¿De verdad nunca ha hecho falta votar nada?

Cuando se hacen las cosas pensando en la globalidad, en el conjunto de actividades empresariales sin defender los intereses de alguien en particular, y se conduce la gestión con transparencia y rigurosidad no es necesario.

Dígame que al menos debate sí ha habido.

Hombre, una mesa sin debate no es mesa ni nada. Pero debate sano, transparente, sin acritud. Cada uno expone sus razones y al final se decide lo que es coherente, que es lo que hemos intentado hacer siempre. Y no es algo que se pueda atribuir en exclusiva a mis años al frente de la CCE. Ya en la segunda etapa de mi predecesor, Mario Rodríguez, ocurría lo mismo.

¿Le parece buena idea que al cierre de su mandato haya un presidente ejecutivo al frente de la patronal de Las Palmas?

Lo normal es que el presidente sea un empresario, pero debe saber de antemano que tiene que dedicar tiempo. En el día a día son muchos los asuntos que hay que atender. En mi caso, he tenido la crisis encima desde que llegué al cargo y eso ha provocado muchas más reuniones, más diálogo... Lo ideal sería encontrar un empresario que tenga tiempo para atender una agenda muy cargada. Si no, pues tendremos que buscar una persona que pueda dedicarle el tiempo necesario y sea un presidente ejecutivo, pero yo me inclino por un empresario.

¿Cree que será posible que su sucesor continúe por la senda del diálogo y la unanimidad?

El esfuerzo que hemos hecho, con el apoyo de todas las sectoriales, los miembros de la junta directiva y el comité, debe tener continuidad. Si hay alguien que pueda pensar en que la CCE no siga en la misma línea, flaco favor nos estaremos haciendo todos. No tendría sentido el esfuerzo anterior. Yo abogaría por buscar una persona de consenso que venga con la idea de trabajar para todos y no para una sectorial o una empresa en concreto. Eso sería lo peor que nos puede pasar. La tranquilidad y el respeto que se ha ganado la CCE desde la segunda etapa de Mario Rodríguez debe impulsarnos en la búsqueda de esa persona que mantenga la misma línea.

Descríbame a ese candidato al menos someramente.

Un empresario que no dependa de la Administración, que no recibe subvenciones, que tenga un criterio de diálogo permanente como es mi caso y que cuente con el apoyo que he tenido yo. Así hemos logrado que tanto yo como presidente, como la propia confederación, tengamos una opinión totalmente independiente para dar en cada momento la respuesta que consideremos oportuna. No he recibido ni una sola llamada para dirigir a esta confederación, no sé si por mi carácter o por mi forma de pensar, en ese aspecto no he tenido ni insinuación ni de empresarios ni de sectoriales ni de partidos políticos ni de nadie. Siempre hemos tomado la decisión que creemos correcta en defensa de los intereses empresariales.

¿Pertenecería al Círculo de Empresarios?

Nunca se me ha pasado por la cabeza. Lo que tengo que hacer desde que termine mi mandato el año próximo es pensar en mi familia y disfrutar mucho más de ella.

¿La crisis le ha hecho alguna vez pensar en abandonar como empresario?

A más dificultades, más imaginación. Cuando vienen estas épocas de situaciones difíciles y complejas pensamos más y buscamos fórmulas para intentar salir. Aquí no puede existir ningún capitán araña que nos embarque a todos y nos deje en tierra. Estamos en la línea de echar más coraje y más imaginación.

¿Me puede definir en pocas palabras el AIEM?

Un invento perjudicial para el conjunto de la sociedad, que ha tenido que pagar mucho más por los artículos de importación. Mi propuesta en estos momentos es defender lo que se produce en Canarias justificando el porcentaje de volumen de fabricación y de mercado. El resto de productos hay que sacarlos del listado, porque los que están pagando son los ciudadanos. El último año se recaudaron 125 millones de euros, que no tenían que haberse pagado en la gran mayoría de los casos. Las sectoriales mayoritarias de la CCE tienen esta misma postura.