Cataluña grava desde ayer las pernoctaciones hoteleras con entre 0,45 euros y 2,25 euros por persona y noche. Se convierte así en la primera comunidad autónoma que pone en marcha la tasa turística después de que el Gobierno de Paulino Rivero rechazara, en mayo pasado, la propuesta procedente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gome-ra y El Hierro (Ashotel) como alternativa a la subida de dos puntos del IGIC. Ante el desacuerdo con las patronales de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, junto con Exceltur, el Gobierno continuó con su primera opción: subir los impuestos canarios -del 5 al 7 % en los establecimientos hoteleros- para ajustar el déficit público.

La ley catalana establece para los huéspedes de hoteles de cinco estrellas y cruceros que estén más de 12 horas en el puerto una cuota de 2,25 euros por día; en los hoteles de cuatro estrellas pagarán 1,10 eu-ros en Barcelona y 0,90 euros en el resto de la Comunidad; el resto de establecimientos pagarán 0,65 euros en Barcelo- na y 0,45 euros fuera de la Ciudad Condal.

La Generalitat prevé recaudar unos 50 millones de euros al año con este nuevo impuesto, la mitad de lo previsto inicialmente, y ha rebajado la cuota que establecía la ley de creación del impuesto para poder incluir el 10 % del IVA en el precio final que deberá hacer efectivo el turista.

Al igual que Canarias, el gobierno balear de José Ramón Bauzá (PP) descartó a mediados de año seguir la senda de Cataluña. Desde el punto de vista de Bauzá el resultado de su implantación sería semejante a la ecotasa establecida en ese archipiélago entre 1999 y 2003. Es decir, "ningún tipo de resultado".