¿Cómo surge la unión de los cinco bufetes españoles para pleitear contra las preferentes?

Vimos un nicho de mercado en el que no pueden entrar los grandes despachos de abogados. Tampoco un solo bufete puede hacerse cargo, porque los afectados están en torno a los 400.000 en toda España. Tenemos cubierto prácticamente todo el territorio del Estado: Barcelona, Valencia, Málaga, Vigo y nosotros en Las Palmas.

¿Por qué no pueden ocuparse de este problemas los grandes despachos de abogados?

Porque algunos de sus más importantes clientes son precisamente los bancos que vendieron las preferentes.

¿Con qué tipo de casos se han encontrado?

La casuística es muy amplia, pero hay casos sangrantes. Por ejemplo, un jubilado de 75 años que coloca 75.000 euros en preferentes, sus ahorros de toda la vida, en el año 2009. No resulta creíble que invierta en productos de alto riesgo cuando lo más que ha tenido en su vida son depósitos a plazo fijo. Ahora, lo máximo que le ofrecen es un canje en el que pierde más de la mitad del dinero invertido.

¿Entonces, no al canje?

Los canjes son un engaño porque suponen la asunción de una pérdida patrimonial que va de un 20% a un 50% en función de la entidad. Estamos alertando contra el canje. Que no canjeen o, si lo hacen, que no firmen nada que les impida reclamar lo que están perdiendo. Es decir, acepto este pago, pero no me comprometo a no reclamar el resto.

¿Se puede llamar estafa?

No creo que cumpla los requisitos penales para poder llamarlo así, pero sí es un engaño practicado por instituciones que teóricamente eran de confianza de toda la vida. Por la vía penal hay que demostrar el ánimo de engaño caso a caso, que cada director de oficina cuando estaba colocando preferentes tenía el conocimiento de que ese producto iba a pasar en dos años de valer 60.000 a solo 20.000 euros y eso es indemostrable.

Ustedes son partidarios de los pleitos individuales y por la vía civil. ¿Por qué?

La acción colectiva entendemos que no es viable porque creemos que las acciones judiciales van a prosperar en función del perfil del inversor. Se complica mucho si se mete en un mismo saco a un dentista, un jubilado, un taxista... No todos tienen por qué presentar el mismo nivel de conocimiento sobre estos productos. Aparte hay un problema procesal evidente. Se puede llegar a un juicio con quince directores de oficina bancaria diferentes. Esta modalidad es mucho más compleja

¿Cuál es el punto de partida de los pleitos individuales?

Nos basamos en el vicio en el consentimiento: "Me decías que me estabas dando una pera y en realidad era una manzana". Traducido, los bancos exponían la alta rentabilidad, pero decían que la liquidez en caso de necesidad era inmediata y en realidad no había un plazo en el que recuperar el principal invertido.

¿Cuántos casos puede haber en Canarias?

No lo podemos calcular, pero es lógico que sean muchos habida cuenta de las emisiones que hubo solo en La Caja. Más que con números yo me quedo con los dramas humanos que hay detrás de cada caso y que ya hemos podido ir conociendo en cada presentación que realizamos.

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