¿Cómo se desarrolló el proyecto de Santiago, en Cabo Verde?

Se ha electrificado un poblado de 700 habitantes, que hasta hace un mes no tenía energía, con una central híbrida eólico-fotovoltaica. Tenemos paneles solares, aerogeneradores y acumuladores electroquímicos para almacenar energía y utilizarla cuando no se está produciendo. Contamos además con un pequeño equipo diésel de apoyo para las horas en las que hay mucho consumo de la población.

¿Cuál es la valoración una vez puesto en marcha?

El proyecto desmitifica lo que se ha dicho sobre las energías renovables, como que no se consigue con ellas producir todo lo que se necesita. En este plan hemos conseguido cubrir el 90% del consumo y el grupo diésel solo va a intervenir en momentos muy puntuales. También se dice que las renovables son costosas, pero en este caso producimos por debajo del precio de las convencionales en Cabo Verde.

¿Qué futuro tienen este tipo de soluciones en África?

En regiones aisladas, en países africanos, estamos ante una solución idónea. Las energías renovables tienen la ventaja de ser modulares, no necesitan las redes de la convencional, que no son las óptimas en el continente. Además, se permite el desarrollo de actividades que sin energía no son posibles y, por supuesto, un desarrollo sostenible en el futuro.

¿Hay comparación posible con Canarias?

Hablamos de una apuesta ganadora en estos momentos. Aquí en Canarias seguimos consumiendo energías fósiles de forma masiva, salvo algunas excepciones, como El Hierro. El modelo es replicable en todo el planeta, pero especialmente en zonas como Canarias.

¿Y por qué no se apuesta por ello en las Islas?

La ciudadanía no sabe que aquí el coste de la electricidad convencional es muy superior al que tiene en la Península. Las renovables son capaces de revertir la situación. Hay fórmulas técnicas muy conocidas para permitir almacenamiento a costes muy bajos. En Canarias el megavatio hora está a 200 euros y las renovables pueden producirlo a, por lo menos, casi la mitad de precio. Lo que ocurre en el Archipiélago es que las energías convencionales están siendo fuertemente subvencionadas, con mil millones de euros al año de sobrecoste. En Africagua intentamos hacer entender que las renovables son una oportunidad más barata y viable, especialmente en zonas aisladas de África. En Cabo Verde lo están entendiendo y el índice de penetración está en un 30% en todo el país. Ya nos superan.