En diciembre de 2011 un informe elaborado por la Dirección General de Supervisión del Banco de España situó la solvencia del Grupo BFA-Bankia por encima de los niveles de Banco Santander y BBVA. Tan aparente buena salud no hacía temer que meses después el patrimonio aportado por La Caja de Canarias, integrada junto a otras seis entidades en el banco que comandaba Rodrigo Rato, se esfumaría por la nacionalización del BFA.

El informe, incorporado al sumario del caso que instruye la Audiencia Nacional y dado a conocer por El País, situaba la ratio de solvencia de BFA-Bankia en el 13,66% en diciembre del año pasado. En la misma tabla se atribuía un 11,16% al Banco Santander y un 10,92% al BBVA.

Los activos de La Caja en el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, suponían un 2,45% de dicho conglomerado de cajas integrado por Caja Madrid, Bancaja, Caja de Ávila, Caja Segovia, Caixa Laietana y Caja Rioja, además de la entidad isleña.

En términos absolutos, La Caja de Canarias tenía un participación valorada en 140,9 millones de euros, que se esfumaron cuando se conocieron las abundantes pérdidas, hecho que ocurrió solo seis meses después de que el regulador español atribuyera buena salud a la solvencia de Bankia.

El informe atribuye a la salida a Bolsa la "mejora experimentada por las ratios de solvencia (...) durante el tercer trimestre del ejercicio 2011". Eso sí, hace una salvedad al estimar que "una parte importante" de los buenos datos presentados por el banco "se deben a las preferentes suscritas por el FROB, que aportan 228 puntos básicos a la ratio mencionada".

En palabras del catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de La Laguna, José Ángel Rodríguez, el resumen y conclusión de todo ello es que "se fue La Caja Insular de Ahorros".

Rodríguez atribuyó a "la ingeniería financiera" el hecho de que se pudiesen presentar unos datos positivos en apariencia cuando la realidad de la trastienda iba a conducir a la quiebra un semestre después. Ni siquiera la intervención del Estado en el banco es garantía, según el catedrático, de futuro para la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri.

"¿Hay espacio para un cuarto banco?", se preguntó José Ángel Rodríguez, dando por sentado que el espacio principal del negocio financiero español lo ocuparán Santander, BBVA y Caixabank. En su opinión, "no lo hay".

Bankia es para el catedrático un banco al que le crecen los problemas por la imagen a la que tiene que enfrentarse: la pérdida de patrimonio de las cajas, su elevada exposición al ladrillo y la judicialización del caso a instancias de UPyD.

"La están manteniendo de forma artificial con la promesa de los 19.000 millones" de euros que deben llegar de Europa, expuso el catedrático de la ULL. A su juicio, "crecen las dudas" sobre si esos fondos públicos "se convertirán en dinero tirado" y señaló las advertencias del Fondo Monetario Internacional sobre la conveniencia de dejar caer a las entidades que padezcan profundas heridas.

Ni siquiera entiende que la vía del banco malo sirva para poner el reloj otra vez en hora, sino que provocará "mayor desvaloración" frente a otros bancos que puedan negociar en una posición de mayor fuerza.

Para el catedrático de Economía Aplicada de la ULL, José Ángel Rodríguez, el desfile de exdirectivos de Bankia ante el juez Fernando Andreu no está dejando en buen lugar la imagen de la entidad. "Entiendo que estén pasando un trago amargo, pero que todos digan que no tenían ni idea de lo que ocurría allí dentro es una declaración de que la entidad estaba en manos de personas que no tenían ni idea de a qué se enfrentaban", señaló. A juicio del catedrático, no son testimonios que ayuden a disipar las dudas que clientes y empresas tienen sobre Bankia. J. G. H.