¿Hasta dónde puede soportar el sector de la automoción la escasez de ventas?

Las cifras son muy malas. El sector está bastante debilitado y aguantan quienes tomaron medidas a su debido tiempo. El resto, lo tiene más complicado.

¿Y Domingo Alonso?

Nosotros aguantamos. También es cierto que estamos internacionalizados y eso es un factor positivo.

¿Los mercados en los que están presentes se comportan mejor que el nuestro?

Hay de todo. Estamos en Cabo Verde, un mercado muy pequeño que fue nuestro estreno en la internacionalización. También tenemos presencia en Angola. En ambos caso tenemos un socio portugués muy valioso que es el Grupo Caetano. Con ellos tenemos muy buena sintonía.

¿Es necesario tener un socio local o que conozca el mercado en que se decide desembarcar?

Es conveniente ir con alguien que conozca el sector y el país para que abra el camino. No siempre las experiencias de los socios son buenas, pero afortunadamente las malas experiencias que hemos tenido han sido limitadas y no nos han afectado mucho. El segundo paso fue ir a Venezuela. Allí teníamos un gran negocio, probablemente el mejor de todo el grupo pero con las políticas actuales eso se ha deteriorado bastante. Hay limitaciones en licencias, en divisas... También estamos en Cuba, un mercado limitado pero que funciona sin sobresaltos, sabemos lo que hay y podemos hacer fácilmente previsiones y es un país que no nos aporta mucho pero tampoco es negativo, funciona. Luego estamos en Colombia. Allí funciona muy bien el libre mercado y las políticas son atractivas para el inversor.

Llama la atención que estén en Cuba, con régimen comunista, o en Venezuela.

Estoy de acuerdo, pero son casos diferentes. En Cuba no hay sobresaltos ni caprichos. Haces previsiones y más o menos se cumplen. Yo diría que incluso hay bastante seriedad en el trato con nuestros clientes, que son empresas del Estado. Lo de Venezuela es diferente, porque se toman medidas a veces improvisadas y se genera más incertidumbre.

¿La internacionalización es la única vía de escape?

Una cosa es que las empresas con visión de futuro consideren que deben hacerlo y otra distinta es que se vayan porque están asustadas con lo que está pasando aquí. Voluntariamente sí, porque es lo que tienen que hacer las empresas, tratar de crecer y desarrollarse todo lo posible, pero que la gente se vaya porque saben que invertir aquí es un fracaso seguro; eso sí que es lamentable.