La OCDE considera que las reformas estructurales llevadas a cabo en Grecia, Irlanda, Italia, Portugal y España constituyen una "base sólida" para la recuperación de la competitividad y el incremento del empleo.

En su informe de perspectivas económicas a corto plazo publicado hoy en París, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) precisa sin embargo que esas bases proporcionarán los efectos mencionados cuando se logre una recuperación de la demanda.

La OCDE estima que los costes a corto plazo de esos ajustes estructurales se reducirán como consecuencia de una mejora en la oferta de crédito en los países más endeudados y que las reformas ayudarán a reequilibrar la actividad y la demanda en las economías que tienen excedentes.

La organización considera que aunque el crecimiento en los países de la eurozona es decepcionante, "el reequilibrio subyacente de la economía está en marcha. Al proceso todavía le queda camino", matizaron los autores del informe.

La OCDE cree que se ha hecho ya "un avance considerable en la reducción de los déficit presupuestarios estructurales, y en la mayor parte de los países de la eurozona ya se ha aplicado la mayor parte del ajuste fiscal que se necesitaba tras la crisis".

En su informe, los expertos de la OCDE se fijan además en la reciente crisis chipriota y avisan de que "se tendrá que avanzar rápidamente en la aplicación de un sistema general de supervisión bancaria, con mecanismos claros de resolución de crisis y de apoyo".

"La reciente crisis chipriota, aunque sea un caso excepcional, muestra lo importante que es abordar las crisis bancarias de manera directa y decidida, pero también de poner en marcha las instituciones adecuadas en la eurozona para mantener la estabilidad del sistema bancario", agrega el informe.

En sus previsiones para el primer semestre de 2013, la OCDE indica que las tres mayores economías de la eurozona (Alemania, Francia e Italia) tendrán un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de solo el 0,4 % en los primeros tres meses; en los tres meses siguientes crecerán un 1 %.

En el caso de Alemania, la OCDE precisa que su crecimiento será del 2,3 % entre enero y marzo, y que aumentará al ritmo del 2,6 en los tres meses siguientes.

En Francia, la economía sufrirá un retroceso del 0,6 % en el primer trimestre y se recuperará en el segundo, cuando su PIB crecerá un 0,5 %.

En Italia, la OCDE pronostica una caída de su PIB del 1,6 % entre enero y marzo y del 1 % en los tres meses posteriores.

En el conjunto de los países miembros del Grupo de los Siete, la organización estima que el crecimiento del PIB alcanzará el 2,4 % en el primer trimestre y que se ralentizará en el segundo hasta el 1,8 %.

En este informe de perspectivas a corto plazo, la OCDE reconoce que serán los países emergentes los que tiren de la economía mundial, puesto que la organización solo detecta un "moderado crecimiento" en Estados Unidos y un aceleración, pero desde niveles bajos de partida, en la economía de Japón.

Para Estados Unidos pronostica un crecimiento del 3,5 % entre enero y marzo y del 2 % en los tres meses siguientes; en Japón prevé un 3,2 % en el primer trimestre y un 2,2 % en el segundo.

En el caso europeo, los expertos de la OCDE reconocen que la recuperación llevará algo más de tiempo y detectan que de nuevo se verá una divergencia entre el crecimiento de Alemania y el de los otros países, que será moderado o negativo.

El Reino Unido experimentará, según las previsiones del organismo, un crecimiento del 0,5 % y del 1,4 %, respectivamente, en el primer y segundo trimestre; para Canadá, la OCDE prevé un 1,1 % y un 1,9 %.