Su residencia está ya en Miami. ¿Qué diferencias encuentra entre Estados Unidos y España?

Lo primero es que el empresario allí no está demonizado, es una persona totalmente respetable. Es más, ser empresario es un honor en Estados Unidos y tener fracasos es algo normal; se dice que para que un negocio salga bien otros siete han tenido que salir mal. Es una gran diferencia cultural con todos los países latinos, donde fracasar en un proyecto es una marca para casi toda la vida.

Partiendo de ese hecho, ¿se mueve la economía a una velocidad diferente?

La economía allí es tan dinámica que en cuanto les sale mal un negocio ya están pensando en el siguiente que van a montar. La gente admira la iniciativa empresarial, porque sabe que detrás de ella hay una creación de puestos de trabajo y riqueza.

¿Tan mal concepto considera que se tiene en España de los empresarios?

Aquí los políticos se han atrevido a insultarnos, a decir que lo único que queremos es corrupción, comisiones y no sé cuántas cosas más. Al final, aunque es cierto que tenemos algunos malos ejemplos dentro del empresariado, espero que sean los mínimos, el tiempo pone a cada uno en su sitio. Hemos podido comprobar que el mayor nivel de corrupción se produce en las instituciones públicas, en todas.

¿Merecemos el castigo de esta crisis? ¿Tan mal lo hemos hecho antes?

No se trata de merecer o no, pero desde luego se han hecho mal muchas cosas. Recientemente estuve en Pamplona. Llegué en avión a un aeropuerto que tiene seis vuelos diarios y en vez de quedarse con su antigua terminal y reformarla un poco, han hecho otra justo al lado completamente nueva, con unos techos altísimos. El frío que hace allí es considerable, con lo que el gasto de energía es tremendo. No era necesaria esa terminal, que es solo un ejemplo. Tenemos una España llena de edificios preciosos, los arquitectos se lo han pasado pipa. Por supuesto que no es culpa suya, pero ahora hay que mantener todas esas infraestructuras que no hacían falta. Como dicen los ingleses tenemos que empezar a pensar a la clave de wish to have or need to have, me gustaría tenerlo o necesito tenerlo. Las instituciones públicas deben aplicar una visión empresarial: esto no lo voy a rentabilizar en la vida y por eso no lo voy a hacer tan grande o con esos materiales, que no son necesarios. En suma, hacer las cosas de una manera más racional.

¿Se ha polarizado la opinión pública española entre recortes y oposición frontal a las medidas que impone Europa?

Hemos radicalizado el país. Eres del PSOE o del PP, del Barça o del Madrid o, vistes de rojo o de verde, eres catalán o eres de España. Hemos dividido este país y esa división provoca que no vayamos todos por el mismo camino. Hay una cosa que me encantó de las elecciones entre Obama y Romney. En cada jardincito había un cartel pidiendo el voto para uno u otro. Imagine eso en España, la casa termina con pintura, los coches con las ruedas rajadas... El nivel de respeto que hay allí por lo que cada uno piensa es enorme.

¿Cuál debe ser el camino para salir del bosque?

Pasarán muchos años hasta que podamos llegar a un punto saludable. Tenemos que refundar la sociedad y eso significa que nos impregnemos de los valores que nos han enseñado en casa: honestidad, seriedad, esfuerzo... Pero eso tiene que empezar desde la guardería y el colegio. Valorar las cosas, saber que se ganan por medio del esfuerzo y no por medio de engañar o coger atajos.

¿Olvidar los pelotazos?

No se hace un patrimonio enorme en una generación, en veinte años. Nuestra compañía tiene 78 años y lo que tenemos lo hemos conseguido año tras año, con el esfuerzo de generaciones de personas trabajando en la compañía. Lo que no es normal es que en quince años se haga una fortuna, nadie es tan listo ni nadie es tan tonto. Lo que ha marcado la diferencia para que en España unos crecieran rápidamente y otros no tanto es la diferente aplicación del código ético. Si hay unas reglas que unos respetamos y otros no, quienes no lo hacen tienen una ventaja competitiva que, sinceramente, no la quiero para mí. Hay que lograr que esta sociedad considere los valores como un patrimonio. Valores de honestidad, de esfuerzo, de seriedad, que no tengan cabida el robo, la corrupción, el engaño. Si no conseguimos tatuar eso en la mente de las próximas generaciones, los que se queden en el país, porque otros muchos tendrán que emigrar, no vamos a ser capaces de refundar esta sociedad.

Usted se marcha a Miami, ¿tiene Domingo Alonso entre sus planes salir de Canarias?

Conste que mantengo mis responsabilidades en Canarias gracias a las nuevas tecnologías. Domingo Alonso seguirá en Canarias, pero si resulta que todo esto que ha pasado, esta mala gestión por parte de las diferentes instituciones públicas, termina en que tengamos que pagar el pato siempre los mismos, la clase media, la clase alta, empresarios, autónomos, a través de más subidas de impuestos, se puede producir una emigración de las compañías. Así no podemos ser competitivos. Es uno de los grandes problemas que tenemos en España, que nadie está pensando en bajar los impuestos. Porque no se puede, yo lo entiendo, pero no pueden seguir subiéndolos.

¿Le sorprendió que los subiera el PP tras prometer en su campaña electoral que no lo harían?

Al Gobierno actual le faltó información para valorar el agujero que había. Le han dejado un solar. Todo el mundo es capaz de apretarse el cinturón para una subida temporal de impuestos. Un año, dos, que me piden un tercero, vale, pero no quiero volver a tener casos de corrupción, ineficiencias en la Administración, estar subvencionando esto, lo otro y lo de más allá. Tenemos que empezar a ser racionales con los ingresos de todos los ciudadanos. Dejémonos de fiestas. No podemos permitirnos lo mismo que antes. Entre otras cosas porque tenemos que priorizar y todo el mundo, tanto la derecha como la izquierda, tienen clara la priorización de la Sanidad, la Educación...

¿Todos igual de claro?

No es un monopolio de la izquierda o la derecha, lo es de la socialdemocracia en la que vivimos, que tendría que ser similar a la alemana. Allí ni la derecha ni la izquierda están hablando de recortar gastos sanitarios. Se está hablando, como siempre, de buscar la mayor eficiencia. En España lo que no puede pasar es que la abuela esté sacando las medicinas para los nietos. Todos hemos utilizado mal el sistema y al final tenemos lo que tenemos.

Canarias ha cumplido el objetivo de déficit, ¿pero estamos en la senda cuando el consumo no remonta?

Si Canarias hubiera conseguido lo que tiene que conseguir, no tendría que ir al fondo de liquidez (FLA). Una compañía sin liquidez cierra las puertas. El que no haya entendido que esto va de cash flow, es que no ha entendido en qué situación estamos. Que no me hablen de conseguir el objetivo de déficit. Dicen que hay falta de liquidez por la banca, pero si las Islas tuvieran la calificación de triple A, no tendrían problemas para que le presten dinero. Se vuelve a engañar a la ciudadanía, no hemos logrado lo que tenemos que lograr.

¿Y el consumo?

Seguimos sin hacer la reforma suficiente en la Administración pública. El otro día se volvió a decir que Canarias necesita los tres niveles de la Administración. En Gran Canaria sobra el 50% de los ayuntamientos, pero nadie quiere meterle mano, todos quieren seguir con su reino de taifa, su auditorio, su piscina climatizada aunque se utilice solo un mes al año. Ya no nos lo podemos permitir. Yo no puedo tener 28 exposiciones abiertas cuando el mercado solo me admite tener tres. Hay que reducir ayuntamientos.

¿Cuál es el límite para el adelgazamiento del Estado?

Hay que ser más eficientes con el gasto, los mismos funcionarios se quejan de la gestión de los políticos, dicen que se les ordenan una serie de labores que no son las adecuadas. Los funcionarios muchas veces son las primeras víctimas de la gestión política de los últimos 30 años. Por supuesto hay que parar la contratación de empleados públicos y hay que incentivar cualquier tipo de jubilación o prejubilación. Además, hay que analizar los presupuestos línea por línea, si los gastos son necesarios, si se está gestionando de una manera eficiente, cómo repercute ese gasto en la economía, en la ciudadanía. Sigo viendo en los periódicos, cómo invertimos en fiestas, en arte... No tengo nada en contra de la cultura, pero la prioridad es el paro que tenemos y deberíamos dedicarle todo el dinero y todos los esfuerzos.

Insisto con el consumo. Desde el punto de vista de alguien que vende coches, ¿qué salida se le ve a la falta de demanda?

El consumo tiene una influencia psicológica bastante grande. La inestabilidad lleva al consumidor a retraerse. Poco a poco, los próximos meses iremos notando una ligerísima mejoría. No deberíamos caer más, pero está claro que el consumo va a tardar en mejorar. Todo el mundo está hablando del segundo semestre y yo hablo más bien de 2014. Nos quedan como mínimo cuatro años más, pero no para llegar a niveles de 2006 o 2007, que no volveremos a ver más o, si acaso, dentro de 20 años. Hace falta consumo, pero para ello tiene que incrementarse la confianza de la población y bajar el paro, que eso sí es dramático.

¿Y cómo lo bajamos?

Nos guste o no, con la iniciativa privada. Para que se resuelva, tienen que empezar a montarse grúas. Si los diferentes presidentes de los cabildos quieren proteger cada piedra y llenarse la boca con la palabra sostenible... Lo que no es sostenible es el paro, nos lleva a un empobrecimiento espectacular y, sobre todo, a una emigración. A este paso vamos a resolverlo cuando el 20% de la población activa se vaya fuera de Canarias. La inactividad del Gobierno autónomo parece la única salida, estarse quietitos esperando a que vaya emigrando la gente y mientras, cada proyecto parado tarda año y medio en poner la primera grúa. No podemos seguir actuando como en los últimos treinta años.

¿Cuánta confianza le genera el comité creado por el Ejecutivo para agilizar inversiones?

No va a llevar a nada. El problema no es de comités. Si lo fuera, parece mentira que la estructuración normal de un Gobierno no pemita que la economía crezca, que para eso haya que crear un comité. Ese comité no tiene poder ejecutivo alguno. Lo que hay que hacer es cambiar las leyes, sacar las medidas urgentes necesarias para resolver en un mes una inversión. En Florida tuve el certificado de apertura en un mes y lo hice por Internet, me vino el inspector, lo vio y se fue. Esa es la gran diferencia.

¿Cuenta Domingo Alonso con el respaldo de la banca?

Hasta ahora, gracias a dios, sí. Se está siendo muy injusto con la banca. Ha tenido que absorber la mala gestión de los políticos en las cajas. La banca estaba muy bien como estaba hasta que se abrió el melón de las cajas y entre el Banco de España y el Gobierno intentaron colocárselas a los bancos porque sabían que ahí había un desastre de gestión. Se ha querido enchufar el problema de las cajas a los bancos y ahora todo el mundo protesta. El problema han sido las cajas, que llevaban 30 años manipuladas por los políticos.