Rodrigo Rato, ex vicepresidente y ex ministro de Economía y ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), sumó unos ingresos durante los casi dos años y medio que estuvo al frente de Caja Madrid y de Bankia, de 5,5 millones de euros brutos.

Además el político gijonés se había fijado unos blindajes e indemnizaciones de 8 millones de euros -equivalente a cuatro anualidades- en el caso de que fuese destituido y de 4 millones -dos anualidades- en el supuesto de que causase baja voluntaria en la entidad.

Ambas compensaciones, a las que finalmente renunció tras dejar el grupo bancario en mayo de 2012, se justificaron, según lo que es práctica habitual en este tipo de contratos, como compensación por no ejercer funciones análogas en grupos competidores de Bankia durante un periodo determinado tras la marcha del grupo.

La renuncia de Rato a los 4 millones que le hubiese correspondido por dimitir en mayo de 2012 como presidente de Bankia se produjo en un contexto de gran controversia sobre su gestión, cuando muchos clientes, inversores en acciones y en productos híbridos de capital empezaban a expresar su enojo por los perjuicios que les causó la nacionalización del grupo y cuando ya estaba en marcha la denuncia judicial que planteó UPyD y por la que fueron imputados diversos gestores y consejeros del grupo, incluido el propio Rato.

El importe de los cláusulas de blindaje que figuraban en el contrato de Rato, desvelados ayer por el diario «El Mundo», fueron comunicadas por los actuales responsables de Bankia al juez que lleva el caso a petición de éste.

En su primer año como presidente de Bankia (2010), Rato ganó 2,76 millones de euros brutos, de los que 2,01 millones fueron retribución fija. Al año siguiente (2011), cobró 2,34 millones y en los cinco meses de 2012 en los que permaneció en el cargo tuvo unos ingresos aproximados de unos 300.000 euros tras haber limitado el Gobierno el salario de los ejecutivos de grupo financieros que hubiesen solicitado ayudas públicas.