Este Primero de Mayo de 2013 viene marcado con un sello propio en Canarias. Más allá de la convocatoria de los sindicatos a nivel nacional -bajo el lema No tienen límites-, las organizaciones sindicales canarias han dado un paso adelante, anunciando una huelga general específica contra el Gobierno de Canarias. La primera de su historia.

Entienden los sindicatos que Canarias se encuentra en "una situación de emergencia" que difiere del resto del Estado por su mayor gravedad. "Estamos próximos a un estallido social", diagnostica el secretario general de la UGT, Gustavo Santana, y añade que "ninguna de las medidas que ha tomado el Ejecutivo canario ha servido para paliar las políticas estatales. Todo lo contrario: cinco años de recortes, falta de estímulos para impulsar el crecimiento, reducción de las partidas sociales en los presupuestos...

Y aunque el anuncio de la convocatoria se produjo tras conocerse los datos de la EPA elevando a seis millones el número de desempleados en España y 382.000 en Canarias, y tras el reconocimiento por el Gobierno central de que la salida de la crisis se retrasa dos años, la decisión no es producto del impacto de ambas noticias. "Llevamos tiempo meditándola. Hace tiempo que venimos diciendo que las políticas aquí tienen que cambiar", explica Santana. Y añade: "Ha llegado la hora de plantar cara a unas instituciones que no están ofreciendo respuestas ante lo que se parece mucho a otros estallidos sociales que se han producido en las Islas en diversos momentos históricos".

Sin diálogo social

El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, lleva tiempo reiterando públicamente la necesidad de alcanzar una mayoría social, y haciendo un llamamiento expreso a la sociedad para que le apoye en el pulso que mantiene con el Gobierno estatal. Coincide con los sindicatos en el diagnóstico: Canarias atraviesa una situación socioeconómica más delicada que el resto de España. Y poco más. El secretario general de UGT dice que el jefe del Ejecutivo canario "práctica una política de maquillaje para eludir sus responsabilidades y ha renunciado a cualquier tipo de acuerdo".

Del mismo modo opina el resto de dirigentes sindicales, quienes aseguran sentirse ninguneados por el Gobierno regional. Sostienen que la mesa de concertación social no se reúne hace dos años y que el equipo de Rivero no ha acertado a consultarle "ninguna de las decisiones que ha ido tomando en los últimos tiempos, pese a la gravedad de la situación"; ni sobre las modificaciones fiscales, ni en la elaboración del Plan de Competitividad y Empleo o la próxima reforma del Régimen Económico y Fiscal... "El Gobierno de Canarias no tiene sintonía social, ha ligado su suerte al sector empresarial", resume Santana.

El secretario insular de Comisiones Obreras en Gran Canaria, Antonio Pérez, insiste en que "no puede ser que, cuando aparecen cifras cercanas a los 400.000 parados en las Islas, los cabildos, ayuntamientos y el propio Gobierno de Canarias no se den por aludidos. Máxime cuando tiene asumidas las competencias en materias sanitarias, educativa, protección social y políticas de empleo".

Los sindicatos canarios responsabilizan, en definitiva, tanto al Gobierno central como al autónomo de que el índice de desempleo haya llegado en el archipiélago al 34,2%, siete puntos por encima del porcentaje estatal, que a su vez se sitúa por encima del 27%. Indicadores que la Unión Europea ha calificado de "intolerables" .

La falta de sintonía entre los gobiernos de Rivero y de Mariano Rajoy, con su ministro canario José Manuel Soria como principal interlocutor, no es ni siquiera un agravante para las centrales sindicales. Así, la firma de un posible Pacto por Canarias -que se rompió a consecuencia del conflicto en torno a las prospecciones petrolíferas- tampoco habría contribuido a mejorar la situación, "porque era un acuerdo estrictamente político, cuando es precisamente la gestión política lo que está fallando. Lo que hizo fue poner de manifiesto el déficit democrático".

Una iniciativa arriesgada

Pero, ¿qué garantía de éxito tiene un convocatoria de huelga en una sociedad donde una parte importante de trabajadores están desempleados, y por tanto no pueden secundarla, y sobre el resto pesa el temor a perder el empleo? Las organizaciones sindicales no creen, no obstante, que el recurso a la huelga general sólo en Canarias sea una iniciativa arriesgada -las nueve convocadas en democracia han sido convocatorias estatales-: "la clave del éxito está en la unidad sindical", puntualiza Socorro. Y explica que en la plataforma convocante "no sólo está representado el 93% de las organizaciones sindicales, sino que están los sectores estratégicos como la comunicación y los transportes, la sanidad, la enseñanza, el sector público..."

Además, el anuncio se ha realizado sin fecha determinada, porque los sindicatos han acordado darse el tiempo necesario para realizar un paciente trabajo de concienciación de los trabajadores.

El índice de participación en la jornada del Primero de Mayo del pasado año es, para ellos, una muestra más de las posibilidades de que sea secundada. En efecto, la celebración del día de los trabajadores de 2012 registró uno de los mayores índices de seguimiento popular en Canarias, con unos 40.000 manifestantes según los sindicatos -cifra que fue rebajada a 10.000 por la Delegación del Gobierno en Canarias-. La jornada del día de hoy será un termómetro para medir la capacidad de movilización que conservan las fuerzas sindicales en las Islas, tras una crisis que por un lado les situó en una posición defensiva durante los últimos años y, por otro, ha provocado la proliferación de movimientos sociales que ellos han sentido como una amenaza a su representatividad.

El secretario general de CC OO, Juan Jesús Arteaga, ha resumido ambas efectos analizando que: "cuando empezó la crisis teníamos el temor de qué efectos prácticos inmediatos iba a tener en la negociación colectiva y con las distintas administraciones, y vivimos ciertas contradicciones. Después reaccionamos y centramos el debate en la defensa del mantenimiento del empleo con los empresarios y de mantenimiento de las prestaciones sociales con las administraciones. Al agravarse la crisis, en los últimos tiempos hemos asistimos a una causa general contra todo. Ya no se salva nadie: la Monarquía, el Gobierno, los partidos políticos... Tampoco nosotros, los sindicatos". De momento, han recuperado la iniciativa.