UGT Canarias inició ayer su VI Congreso regional, en el que sentará las bases para los próximos cuatros años, con una advertencia clara al Gobierno canario: no habrá recuperación económica sin diálogo social.

El secretario general del sindicato en Canarias, Gustavo Santana -será reelegido hoy como único candidato al cargo- apuntó que UGT acompañará "donde haga falta" si el Ejecutivo de Paulino Rivero ejerce sus competencias y pone en marcha medidas como una cooperativa de crédito público, que permitiría acceder al crédito a las familias y a las pequeñas y medianas empresas.

El dirigente sindical aseguró, en su intervención inicial en el Congreso, en Santa Cruz de Tenerife, que a pesar de que la actividad económica ha crecido en Canarias lo suficiente como para crear empleo el paro en las Islas sigue subiendo, y además es la región donde se pagan los salarios más bajos, circunstancias que atribuye a la cultura empresarial y la carga de fraude fiscal que existe.

Santana reclamó la unidad sindical y social para salir de la crisis, alertó contra los que han pretendido criminalizar a los sindicatos.

Rivero coincidió con Santana en que la lucha por el empleo tiene que ser el principal reto del Ejecutivo, y confió en que este Congreso sirva para reflexionar sobre la actual situación y medidas que se deben adoptar entre todos para mantener la cohesión social y territorial de Canarias. En su intervención , el presidente criticó al Gobierno central y aseguró que en la historia democrática del país no ha habido un Ejecutivo nacional tan poco sensible e inteligente en el tratamiento hacia su territorio más alejado como el actual. "Simplemente por garantizar la cohesión del Estado, el Gobierno central debería evitar situaciones de agravio, de abandono y de demagogia", señaló al tiempo que apeló a los esfuerzos que, dijo, ha hecho el Ejecutivo que preside para garantizar la cohesión social de Canarias en tiempos de recortes.

Por su parte, el secretario general de CCOO, Juan Jesús Arteaga, pidió a UGT que reflexione sobre la posibilidad de convocar en las Islas una huelga general para el próximo otoño, tal y como se anunció el Primero de Mayo.