Las empresas y los hogares canarios ya pueden gestionar la producción y el consumo de la energía que obtienen a través de fuentes renovables. Canarias es la segunda comunidad, después de Navarra, que autoriza la implantación de instalaciones de autoconsumo eléctrico a empresarios y particulares. El objetivo de esta medida, que se adelanta a la regulación estatal, es abaratar la factura de la luz al tiempo que reducir las emisiones de dióxido de carbono.

"El consumo eléctrico de quienes apuesten por esta vía estará regulado por una instalación [un aparato] que se conecta a la red interna del usuario y que evita la producción de excedentes de energía. Se produce lo que se consume", explicó ayer la consejera de Empleo e Industria Francisca Luengo.

Para poner en marcha esta instalación interna, el interesado no precisa la autorización de la empresa distribuidora, así como tampoco ha de darse de alta como generador, ni inscribirse en ningún registro. "El trámite es tan sencillo como presentar un proyecto técnico o memoria a la Consejería de Industria junto al certificado del instalador", apuntó la directora general de Energía, María Antonia Moreno. Sólo las instalaciones de más de 100 kilovatios necesitan autorización administrativa previa.

Parte de la financiación de esta iniciativa procede de un fondo de 20 millones de euros del que dispone el Ejecutivo regional a través de la Consejería de Economía, Hacienda y Seguridad y "que se creó hace dos legislaturas", puntualizó Luengo. La otra vía de respaldo a las instalaciones que permiten el autoconsumo eléctrico proceden del proyecto Jessica Fidae a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI). "Se trata de una línea de crédito específica que gestionará el BBVA y que se destina a cualquier empresa que quiera hacer esta inversión", comentó la consejera.

Según un estudio realizado por la Industria la instalación de un sistema de autoconsumo de cinco kilovatios en un pequeño comercio supondría una inversión de 10.000 euros, que se recuperaría tras 10 años "con el ahorro en las facturas eléctricas". Para un establecimiento hotelero, un sistema de 500 kilovatios requeriría invertir 250.000 euros, que se amortizarían en seis años. "Si en las Islas se pudieran instalar entre 300 y 600 megavatios de aquí a 2020, el ahorro generado por este sistema sería de 300 millones cada año", señaló Moreno.

Otra medida que ayudaría a reducir el consumo energético sería el establecimiento de los bombeos hidroeléctricas y de las interconexiones eléctricas entre las islas. "Tenemos 1.047 millones de euros de sobrecoste al año se puede reducir en 300 millones con estas dos medidas", apuntó Francisca Luengo. La consejera regional afirmó que apostar por el autoconsumo eléctrico "ayudará a generar puestos de trabajo directos e indirecto", sin especificar de que cantidad de empleo se crearía.

Luengo aseguró que producir energía a través de fuentes renovables es "tres veces más barato" en el Archipiélago que en la Península. Esto permitiría que las empresas que apostarán por este modelo de autoconsumo "fueran más competitivas" al reducir hasta en un 30% sus gastos en energía.

Asimismo, la consejera señaló que el Archipiélago dejará de ser "el territorio que ahuyentó inversiones" con la supresión de las primas a las renovables aprobada por el Ministerio de Industria porque el autoconsumo va a "atraer de nuevo la inversión" a ese sector.