El buen comportamiento del paro en agosto no consuela a los 286.081 canarios que buscan en las oficinas de empleo un salida al bache que atraviesan. El objetivo es común a todos ellos, si bien los puntos de partida difieren claramente. Los jóvenes lamentan que se les exija experiencia cuando nadie les da una oportunidad, los autónomos exponen su indefensión cuando vienen mal dadas, y así hasta el infinito, porque cada desempleado se enfrenta a unas circunstancias personales propias que, y esto también es común a todos, les tienen en vilo.

A los 16 años y recién terminado el Bachillerato, Tracy Suárez acudió a la oficina de empleo en busca de un puesto de trabajo. Hoy tiene 20, hasta la fecha no ha tenido éxito y ve difícil encontrar hueco en el mercado laboral. "Te piden que tengas experiencia y si no te dan empleo, es imposible adquirirla", relata. Vive con su madre, el marido de esta y un hermano, el único que ahora mismo tiene trabajo. "Es así de triste, pero es que no hay nada".

Tracy se plantea ahora volver sobre sus pasos y realizar un ciclo formativo de grado superior con objeto de ampliar el abanico de empresas en las que poder dejar un currículo que hasta la fecha ha circulado "por todas las tiendas".

Igualmente deseosa de encontrar un trabajo se encuentra Anastasia del Rosario, de 50 años. Con formación universitaria en Comunicación Social y amplia experiencia en peluquería, lamenta que a "las empleadas del hogar", su último empleo, no se las tenga "en cuenta para pagar el paro".