El precio medio del gasóleo se ha encarecido un 1,3% esta semana y ha rebasado el umbral de los 1,4 euros el litro, lo que no ocurría desde febrero, cuando este combustible marcó su máximo del año, según datos recogidos por Europa Press a partir del Boletín Petrolero de la Unión Europa (UE).

Tras la subida de la última semana, el litro de gasóleo alcanza de media los 1,401 euros, mientras que el de gasolina se sitúa en 1,477 euros, después de haber registrado un encarecimiento del 0,4%.

El gasóleo acumula subidas del 2,2% en lo que va de mes, si bien se encuentra un 2,9% por debajo de los niveles de la misma semana del año pasado, cuando alcanzó el récord histórico de 1,444 euros. Desde enero, su precio ha subido un 1,9%.

En cuanto a la gasolina, su precio actual es un 1,4% superior al de comienzos de mes y un 5,5% superior al de enero. No obstante, cuesta un 2,9% menos que en la misma semana de hace un año, cuando marcaba máximos históricos.

La subida de precios de los principales combustibles de automoción se produce después de que el barril de crudo haya contenido la escalada de las semanas anteriores, en las que la tensión en Siria provocó presiones al alza y la retirada de pedidos del mercado.

El barril de crudo Brent, de referencia en Europa, se ha abaratado en cuatro dólares en la última semana, hasta 111 dólares, con lo que regresa a niveles similares a los anteriores al inicio de las tensiones en Siria. No obstante, el Texas 'sweet light' mantiene un precio de 107 dólares.

En el escenario actual, un automovilista con un vehículo de gasolina de 55 litros de capacidad paga 81,2 euros por llenar el depósito, 1,3 euros más que hace una semana, mientras que en el caso del gasóleo el precio asciende a 77 euros, un euro más.

Los carburantes siguen costando en España menos que en la media de la UE, donde el litro de gasolina asciende a 1,609 euros, y a 1,642 euros en el caso de la zona euro. Por su parte, el precio del litro de gasóleo asciende a 1,474 euros de media en la UE de los 27, y a 1,459 euros en la zona euro.

El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos autonómicos y a los nuevos gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal.