Dicen que las segundas oportunidades no siempre son buenas, sin embargo hay quienes han hecho de ellas un negocio fructífero en plena crisis. La difícil coyuntura económica que atraviesa el país desde 2008 ha provocado que el comercio de segunda mano se extienda y cada vez surjan más establecimientos dedicados a dar una segunda oportunidad a objetos que parecían tener el trastero o la basura como único destino.

La Dirección General de Comercio del Ejecutivo canario carece de cifras oficiales que reflejen el incremento experimentado por este tipo de negocios. Una tendencia que, sin embargo, sí que perciben los propios comerciantes. "Es evidente que cada vez hay más tiendas que se dedican a este negocio porque la gente busca el poder comprar cosas lo más baratas posible. Esa es la prioridad de muchos", explica Mónica Martel, encargada de La Brujita, uno de los primeros establecimientos en dedicarse a la compraventa de artículos de segunda mano en las Islas.

En 2007, Silvano Para abrió las puertas de La Brujita en Vecindario. Hoy cuenta con cuatro puntos de venta en Gran Canaria. "Desde que empezamos hasta ahora, el volumen de personas que acuden a nosotros para vender cosas que ya no utilizan o no necesitan se ha multiplicado", apunta. Por otro lado, la cantidad de clientes que acuden a este local en busca de gangas se ha mantenido. "Tenemos más clientes que hace seis años porque hay más cultura de acudir a las tiendas de segunda mano. Sin embargo, el volumen de ventas no ha crecido porque con la crisis la gente no tiene dinero", señala Para.

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