Hace un año el barril de crudo Brent cotizaba a 108 dólares y hoy lo hace a 91. Sin embargo, este abaratamiento del 15,7% de la principal fuente energética actual no tiene traducción en las gasolineras y las del Archipiélago no son una excepción. El precio medio del litro de gasolina de 95 octanos se situaba hace doce meses en los 1,05 euros y hoy es tres céntimos más caro. La falta de una competencia real en el sector es la causa de que esta caída del precio del crudo en los mercados internacionales no llegue a los bolsillos de los ciudadanos.

Los docentes economistas explican a sus alumnos que si, al entrar en una habitación, se ve un cadáver y junto a este a alguien con una pistola aún humeante, resulta sencillo atribuir el rol de sospechoso. Es un eufemismo para evitar hablar de un pacto de precios, una práctica ilegal sobre la que solo los organismos que deben vigilar la sana competencia en los mercados tienen potestad para decidir.

Los investigadores trabajan con datos para extraer conclusiones. Así lo hace el profesor e investigador del Departamento de Análisis Económico Aplicado de la ULPGC, Juan Luis Jiménez, quien señaló ayer que con las cifras en la mano "está claro que los precios" que pagan los ciudadanos en las gasolineras "podrían ser más bajos". Sin ir más allá, a su juicio, "la falta de competencia" es el factor que impide que los surtidores reflejen en toda su dimensión la caída del precio de petróleo.

"Hay teorías académicas contrastadas que demuestran que el incremento del coste de la materia prima [el petróleo] se repercute muy rápidamente en el producto final", la gasolina, explicó Jiménez. Sin embargo, esas mismas teorías ponen de manifiesto que cuando se produce una caída del precio del barril de crudo, esta "o tarda mucho en llegar" a los surtidores "o directamente se obvia".

Junto al profesor Jordi Perdiguero, de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Jiménez ha seguido durante años el comportamiento del mercado de los hidrocarburos en todo el país, atendiendo también al capítulo aparte que constituyen las Islas por su especial fiscalidad. "Lo que queda demostrado es que allí donde entran en juego operadores independientes los precios son más bajos", explicó el investigador de la ULPGC.

Este hecho queda constatado en los precios por islas que ofrece la Dirección General de Industria y Energía del Gobierno de Canarias. En Tenerife tiene mayor presencia Petrolífera Canaria, SA (Pcan), ajena a las banderas tradicionales -Disa, Repsol, Shell...-, lo que motiva la existencia de precios más asequibles para los consumidores finales.

El precio medio del litro de gasolina de 95 octanos arrancó el año en Gran Canaria situado en los 1,05 euros, dos céntimos más caro que en Tenerife. Cuatro meses después la diferencia había llegado a los cuatro céntimos por litro. Es decir, por cada 30 litros que se depositan en el tanque del vehículo, los grancanarios pagaron 1,20 euros más que los tinerfeños. El litro de gasolina de 95 y 98 octanos alcanzó los 1,18 y 1,25 euros, respectivamente, durante la última semana de junio, un céntimo menos que en septiembre de 2013. Solo en el caso del gasoil, su precio se mantiene en 1,11 euros desde diciembre del año pasado.

Retornando al comportamiento de los precios en el conjunto de Canarias, el gasóleo, combustible que alimenta los motores diésel, sí refleja una leve caída de un céntimo en el último año hasta llegar a los 1,03 euros actuales. De nuevo la mayor implantación de Pcan en Tenerife motiva que esta isla refleje con mayor vigor el abaratamiento del barril de crudo.

En estas fechas se ultiman las conclusiones del primer estudio que reflejará los datos que se derivan de las medidas introducidas por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo para la implantación de marcas blancas de suministro de crudo en los polígonos industriales de la Península. Será el momento para determinar el impacto que esta medida, que no ha tenido reflejo práctico en las Islas, puede tener en los precios.