La incertidumbre ante el resultado de las elecciones griegas y la perspectiva de nuevas políticas de estímulo por parte del Banco Central Europeo (BCE) llevaron ayer al euro a niveles mínimos de hace cuatro años, por debajo de 1,20 dólares. El Ibex 35 cerró la sesión con una caída del 3,45%, lo que ha llevado al selectivo a perder la cota psicológica de los 10.000 enteros (9.993,3). En el mercado de deuda, la prima de riesgo se colocó en 108,6 puntos básicos, con la rentabilidad del bono a diez años en el 1,611%.

Las alarmas saltaron en toda Europa con la publicación por parte de la revista alemana Der Spiegel, apoyada en fuentes oficiales no identificadas, de que el Ejecutivo germano considera viable una salida de Grecia del euro y la ve incluso como mal menor frente a la posibilidad de hacer concesiones a un eventual Gobierno de izquierdas en Atenas, presidido por Alexis Tsipras -considerado el Pablo Iglesias heleno-.

El Gobierno de Alemania afirmó ayer que la canciller Angela Merkel no ha cambiado su postura y que "el objetivo es estabilizar la zona euro con todos sus miembros, incluido Grecia. No hay ningún cambio en nuestra posición".

La Comisión Europea (CE) rehusó ayer inmiscuirse en la campaña electoral griega, pero mandó un mensaje de calma a los mercados y a aquellos que temen o agitan el miedo a una ruptura de la eurozona al afirmar que la pertenencia de Grecia a la moneda única "es irrevocable".

El otro factor que ha puesto bajo presión al euro es la posibilidad de que el BCE decida nuevas medidas de expansión monetaria, para combatir los bajos niveles de inflación en los que muchos ven ya tendencias deflacionarias.

Ya el viernes de la semana pasada, el presidente del BCE, Mario Draghi, advirtió, en una entrevista con el periódico económico Handelsblatt, que muy probablemente los actuales tipos de interés de la eurozona, que marcan mínimos históricos, durarán mucho tiempo.

Con ello quedó prácticamente descartado que el BCE abandone a corto plazo su política monetaria expansiva y se abrió incluso la posibilidad de nuevas medidas que ratifiquen esa política.

El propio Draghi aseguró en el mismo medio que el BCE ya está realizando los preparativos técnicos para ello, lo que ha sido interpretado como el anuncio de que el programa de compra de títulos de deuda soberana puede ponerse en marcha próximamente.

Actualmente, el tipo de interés de referencia, fijado por el Banco Central Europeo, es de 0,05 %, con lo que la capacidad de maniobra para bajar más los intereses es prácticamente nulo, por lo que los inversores internacionales esperan otro tipo de medidas.