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Francia se rinde al defensor del plátano

Leopoldo Cólogan es nombrado caballero de la Legión de Honor de Francia por su defensa de las producciones agrícolas de las regiones ultraperiféricas de la UE

Francia se rinde al defensor del plátano

La carta llegó el jueves y no podía suponer una mayor sorpresa: el Gobierno francés distingue como caballero de la orden nacional de la Legión de Honor a Leopoldo Cólogan. El canario pasará a la historia como el defensor en Europa y medio mundo del plátano de Canarias primero, y después de las producciones de todas las regiones ultraperiféricas de la Unión Europea, entre ellas, claro, los dos enclaves galos: Guadalupe y Martinica. Dos islas de las Antillas, en el Caribe, que desde hace 25 años -junto a Canarias, Madeira y Azores (ambas de Portugal)- conformaron la Asociación de Productores Europeos de Plátanos (APEP) para defender su producción singular frente a la procedente de América, especialmente, y que empezaba entonces a cosechar nutridas concesiones arancelarias a la importación.

La misiva, firmada por el embajador francés en España, Jérome Bonnafont, venía a comunicarle que a propuesta del ministro de Asuntos Exteriores y Desarrollo Internacional, el pasado 15 de enero "usted fue nombrado caballero de la Orden Nacional de la Legión de Honor".

"Una justa recompensa", añade la carta, "a sus numerosos esfuerzos por estrechar los lazos entre Francia y España".

El secreto es la unión

Cólogan aseguraba que ni fue avisado, ni conoce quién pudo tener la idea de que fuera premiado con una de las más altas distinciones de la república que preside ahora François Hollande. "Desde luego", reconocía, "son muchos años de mucho trabajo para lograr la unión de todos los productores. El secreto del éxito de la APEP, creo yo, y creo que es la razón por la que me han distinguido, es la unión que se ha conseguido entre todos y que debe permanecer en el futuro. De otra forma será imposible defendernos frente a producciones mayores y con mucha menos carestía. No hay otra asociación en la Unión Europea", subraya", que represente a productores de distintas procedencias como la nuestra. Y pese a lo alejados que estamos unos de otros nos entendemos. Porque la defensa es la misma. Es cuestión de supervivencia", sostiene antes de apuntar que después de hablar telefónicamente con el embajador galo y leer y releer la famosa misiva, aún no tiene claro cuándo será el acto en el que se le hará entrega de la medalla que lo engrandece ante los franceses.

No en vano, esta distinción, creada por Napoleón en 1802, se concede a hombres y mujeres, franceses o no, por méritos extraordinarios realizados dentro del ámbito civil o militar.

Cólogan, nacido en Puerto de la Cruz, ha sido una pieza clave en las negociaciones agrícolas con las altas instancias comunitarias durante la creación de la Organización Común de Mercados (OCM) del plátano; tuvo una participación destacada también en el establecimiento del primer Programa de Opciones Específicas por la Lejanía y la Insularidad de las Islas Canarias (Poseican), y contribuyó de forma decisiva en la introducción de las producciones canarias en la Política Agrícola Común (PAC) de la UE. Amén de que fue uno de los impulsores, en los albores de la década de los noventa del pasado siglo, de la controvertida, entonces, Ley de Aguas de Canarias.

No es raro, pues, que sus méritos hayan sido reconocidos más de una vez aquí y fuera. "A eso no se acostumbra uno nunca", aseguraba ayer humilde.

Se ha reconocido su trabajo con la Medalla de Oro de Canarias en 2006; la Encomienda de Número de la Orden del Mérito Agrícola, Pesquero y Alimentario; la Distinción Honorífica de los Premios Agrarios, Pesqueros y Alimentarios de Canarias y la Insignia Honorífica del Gobierno de Madeira.

En su haber laboral tiene una larga lista de presidencias y vicepresidencias en distintas asociaciones empresariales empezando por la de Agricultores y Ganaderos de Santa Cruz de Tenerife (Asaga), la Confederación de Santa Cruz de Tenerife (CEOE); fundó la Asociación de Productores Europeos de Plátanos (APEP) y la Unión Económica de las Regiones Ultraperiféricas de la Europa Comunitaria (UPEC); la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan); y la Asociación para el Desarrollo Económico de las Islas Canarias en la Unión Europea (Eurocan).

El actual consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, José Ramón Hernández, decía de él cuando se cumplían los 23 años de la APEP, que en el carácter emprendedor de Cólogan se adivinan sus ancestros irlandeses, que llegaron al Valle de La Orotava en el siglo XVIII y no tuvieron miedo en salvar todo tipo de dificultades -de distancia, idiomas y cultura- para establecer lazos comerciales más allá de las Islas y extender a los mercados de Europa y América el "buen nombre" de Canarias.

Ese carácter familiar y el no arredrarse ante los retos lo colocó desde muy joven -es el menor de diez hermanos- al frente de la empresa familiar y de ahí a dejarse embaucar por el cultivo del plátano, al que prácticamente ha dedicado su vida. Es, sin duda, uno de los mejores embajadores de la marca canaria más conocida en el mundo.

"Desde luego", insistía ayer una y otra vez, "es una gran satisfacción recibir esta distinción para la que, por supuesto, nunca pensé que se me tuviera en cuenta".

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