Las personas en riesgo de pobreza o exclusión social aumentaron entre 2009 y 2013 en España en más de1,32 millones, hasta situar este colectivo por encima de los 12,86 millones, el 27,3% del censo nacional (2,6 puntos más que en 2009), según un estudio de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza. En Canarias la tasa alcanza el 35,5% de la población, más de 752.131 personas, ocho puntos por encima de la media pese a que ha disminuido un 2,7% desde el año 2009, cuando había 803.725 individuos; es decir, 51.594 personas del Archipiélago han salido de esta situación de vulnerabilidad.

Así, el 71,6% de los canarios -1,5 millones de personas- no es pobre, frente al 19,6% que vive en situación de pobreza -411.633 personas- y el 8,8% de los isleños que vive bajo una severa pobreza -183.820 individuos-.

Aunque desde 2011 el ritmo de aumento de la población española en extremas dificultades se está desacelerando, y en 2013 sólo creció una décima, el informe alerta de que se trata de una atenuación aparente y que está inducida "no por una mejora en las condiciones de vida de la población pobre", sino por el "empobrecimiento general" y "la reducción de ingresos en amplias capas de la población" (por lo que también se atenúan los estándares relativos de pobreza extrema respecto a la media) y por la vuelta a sus países de origen de inmigrantes depauperados.

El colectivo de población en riesgo de pobreza y de exclusión social se agrupa en tres categorías. El 11% de los españoles es pobre pero no sufre una privación material severa y son "pobres con empleo": aquellos cuyos ingresos (bien por las reducciones salariales o porque tienen ocupaciones a tiempo parcial) no cubren las necesidades de forma suficiente. Otro 15,7% de los ciudadanos vive en hogares con baja intensidad de trabajo, lo que se ha más que doblado desde 2009 y creció en 2013 en 1,4 puntos pese a la caída del paro. Y el 6,2% está en situación de privación material severa. Estos tres colectivos suman casi 6 puntos más que el colectivo total en riesgo de pobreza o de exclusión porque hay personas que están encuadradas a la vez en más de un subgrupo.

La privación material severa creció en el país el 38% entre 2009 y 2012 (pasó del 4,5% al 6,2% de la población), el grupo de personas que no pueden comer carne, pollo o pescado al menos cada dos días aumentó el 66% (del 2,1 al 3,5% de los españoles), el 11% de los ciudadanos retrasan el pago de los gastos de su vivienda por imposibilidad de hacer frente a esos desembolsos y el 67% de las familias tienen dificultades para llegar a fin de mes.

El estudio es coincidente con los recientes informes de la OIT, FMI, OCDE y Oxfam sobre el aumento de la desigualdad en España desde 2008.

Por regiones, la tasa de pobreza y de exclusión es menor en la mitad norte de España. De Madrid hacia arriba, todas las regiones están por debajo del promedio nacional. Por debajo de Madrid, la tasa de pobreza aumenta y de forma progresiva -por lo general- cuanto más al sur. Navarra es la región con menor incidencia (14,5% de la población), casi la mitad que España (27,3%). Ceuta -el caso más grave, con el 47%- está más de 24 puntos por encima de Navarra. Mientras, Canarias Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía, oscilan entre el 35% y el 39%. El informe destaca el caso de Ceuta, donde casi la mitad de su población (47%) vive en esta situación.

Esta divergencia española entre el norte y el sur persiste pese a que entre 2009 y 2013 algunas regiones norteñas aumentaron su ratio más que el incremento medio nacional (2,6 puntos).

Respecto a la privación material severa, se señala la gran variabilidad de la tasa de Privación Material Severa en los distintos territorios, que oscila entre el 0,6% de Navarra y el 15,3% en Ceuta. Aquí, no obstante, ha caído un 0,6% el volumen de personas en baja intensidad de empleo.

La situación también varía en función de los perfiles. Al cierre de 2013 el colectivo más afectado era el de jóvenes entre 16 y 30, con un 33% en riesgo de pobreza y exclusión, seguido de los niños, con un 31,9%.

En total, la tasa de pobreza infantil para menores de 16 años es del 26,7%, seis puntos por encima del conjunto de la población.