La CEOE ha modificado al alza su previsión de crecimiento de la economía española hasta situarla en el 3 % en 2015 y en el 2,7 % en 2016.

Los servicios técnicos de la patronal destacan que España crecerá más que la media de la zona del euro y ampliará el diferencial positivo en este periodo.

Asimismo, auguran una tasa de paro del 22,3 % en 2015 y del 20,5 % en 2016 y aseguran que, entre 2015 y 2016, la creación de empleo podría aproximarse a un millón de personas (520.000 este año y 442.000 en 2016).

Además, calculan que España registrará un déficit del 4,2 % este año (igual que la previsión del Ejecutivo) y del 3,5 % en 2016 (frente al 2,8 % del Gobierno).

La CEOE indica que, en la recuperación, la demanda interna tiene un mayor protagonismo y que el sector exterior no quita crecimiento en 2015 y podría incluso aportarlo en 2016.

Todos los componentes del PIB registrarán tasas de incremento en 2015, siendo los más dinámicos la inversión de bienes de equipo y las importaciones.

La patronal señala que el consumo privado subirá por encima del 3 % en 2015 y que la inversión en construcción se situará cerca del 5 %.

En cuanto al IPC, la CEOE prevé que en 2015 sea negativo (0,2 %) y que en 2016 vuelva a la senda positiva, alrededor del 1,3 %, "siempre y cuando se produzca una recuperación gradual del precio del petróleo y no haya aumentos de impuestos".

La patronal afirma que este año predominan los riesgos al alza y en 2016 a la baja.

Entre los riesgos al alza, destaca un impacto mayor al previsto de las medidas adoptadas por el BCE en la mejora de las condiciones financieras; que la política fiscal menos restrictiva en España tenga un efecto positivo sobre el consumo mayor que el previsto; y que la mayor flexibilidad del mercado laboral y las nuevas medidas para la contratación favorezcan una mayor creación de empleo en España.

Respecto a los riesgos a la baja, cita que se estanquen las economías centrales de la Unión Europea y no se dé una respuesta coordinada a la desaceleración de su crecimiento; que se acentúe la inestabilidad financiera en Grecia, Rusia y Ucrania y algunos mercados emergentes; que no se equilibre el sector exterior; y la falta de impulso del crédito nuevo a empresas y familias.