El próximo domingo, 25 de octubre, se abre un nuevo escenario aéreo en Canarias. Tras años de billetes a precios prohibitivos para viajar a la Península, la entrada de un nuevo operador, Norwegian, ha abierto una guerra de precios que beneficiará en primer lugar al canario de a pie. Desde ese día, se podrá volar a Madrid o Barcelona a una media de 30 euros el viaje de ida, tanto desde Gran Canaria como desde Tenerife o Fuerteventura. Es la oferta con que la aerolínea escandinava inicia su actividad en el mercado aéreo canario, y que está provocando que el resto de compañías aumente también su número de plazas y ajuste el precio de sus billetes.
Canarias perdió hace más de un lustro el alto nivel de competitividad aérea del que gozó en tiempos no tan lejanos. Las conexiones de las Islas con la capital fueron, junto al puente aéreo Madrid-Barcelona (antes de la estocada que supuso la irrupción del AVE), las rutas aéreas más rentables que se operaban en los aeropuertos españoles. A partir de 2010 entró, sin embargo, en una progresiva pérdida de competitividad provocada y acusada por diversos factores.
Volar menos por más
El accidente de Spanair fue, además del mayor accidente de aviación ocurrido en España en los últimos 25 años, un primer mal augurio para el sistema aeroportuario canario. De esa fecha en adelante, Canarias en su conjunto ha ido perdiendo progresivamente cada vez más rutas y asientos. Y, en consecuencia, soportando un creciente encarecimiento de los billetes.
Así, entre los años 2011 y 2014, se pierden casi un centenar de conexiones desde los diferentes aeropuertos que existen en Canarias, que suponen la reducción de casi un millón y medio de asientos. Paralelamente, el precio de las tarifas aéreas aumenta en ese período hasta en un 10,6%. Es decir, el mismo eslogan con que Iberia Express se promociona en la actualidad, Volar más por menos, pero a la inversa.
¿Cómo competir?
En 2011, y ante la alarmante pérdida de pasajeros tanto internacionales como nacionales -pero especialmente estos últimos- a consecuencia de la crisis, el Gobierno central establece unas bonificaciones aéreas que contribuyen a ampliar el número de compañías y por tanto la oferta de vuelos. Es el periodo en que las low cost se consolidan en el mercado aéreo canario, con retraso por cierto respecto al resto de aeródromos españoles y europeos, ofreciendo billetes a precios más asequibles para el mermado bolsillo del canario medio. La irrupción de un competidor agresivo como Ryanair, que logra situarse a la cabeza en pasajeros en la mayoría de aeropuertos insulares, crea sin embargo gran malestar en las compañías tradiciones, sobre todo Air Berlin e Iberia, que denuncian que las bonificaciones están concebidas de tal forma que benefician a las compañías de bajo coste y suponen "una competencia desleal". En 2012, el actual Gobierno modifica la políticas de tasas aéreas, que se convierten en uno de los agrios pulsos que enfrenta a Canarias y el Estado en esos años.
Han tenido que pasar tres años más para que, finalizando 2015, un nuevo competidor se decida a irrumpir en el cautivo sistema aeroportuario canario. La ruta de Norwegian a Madrid será puesta en marcha el 25 de octubre con vuelos diarios, y a partir del día siguiente a Barcelona con tres vuelos semanales; además de una conexión con Málaga con dos vuelos. En total, la aerolínea operará 28 frecuencias semanales entre la Península y Canarias, que suponen 230.000 plazas aéreas para toda la temporada de invierno.
La recuperación del mercado nacional es otros de los factores que está contribuyendo a ampliar y mejorar la oferta de vuelos desde la Península a Canarias. Así Iberia Express ha destacado la buena acogida que han tenido sus rutas entre Canarias y Madrid este verano, creciendo el número de pasajeros hasta un 14,4%, y ha aumentado por ello su oferta. También sus tarifas se han ido ajustando, con descuentos que en algunos casos llegan al 50% respecto al 2014. Sus billetes también rondan ya los 39 euros por trayecto -27 euros para residentes- siempre que se compren la ida y la vuelta. También Vueling, por lo que respecta a Barcelona, tiene previsto abrir nuevas rutas con diversos aeropuertos canarios como Gran Canaria y Lanzarote a precios igualmente más asequibles a los que los canarios han tenido que pagar todos estos años de crisis.
Con estas tarifas, consecuencia también de la bajada del precio del combustible, ciudades como Barcelona o Madrid estarán a partir de ahora más cerca de Canarias si, como se dice en el mundo de la aviación, la capacidad de volar cada vez más lejos a menos precio supone "la muerte de la distancia". Por esa misma regla de tres, si el preciso de los billetes a la Península se mantienen en el tiempo a los 30 euros , y no se abarata a su vez el coste de los vuelos interinsulares, paradójicamente quedarán a la misma distancia, o más lejos incluso, las islas entre sí que de la capital de Cataluña o de España.
