Una etiqueta con el precio de un kilo de papa bonita en Platea Madrid, el centro gastronómico más grande España, ha desatado una gran polémica. Cada kilo se vende por 25 euros, muy por encima de su valor real, y no todas las papas que aparecen en el cesto son verdaderamente bonitas ni frescas. Además, está prohibido exportar por la cuarentena decretada como consecuencia de la plaga de la polilla guatemalteca, que está causando estragos.

La asociación de vecinos de Icod el Alto, donde están las mejores fincas de papa bonita, ha denunciado que se trata de contrabando, lo que avalan los propios productores. Anatolio Luis Domínguez, presidente de la Asociación de Cosecheros de Papa Bonita de Icod el Alto señaló que el "contrabando es muy perjudicial para el sector", que continúa "en cuarentena" y no puede vender en el exterior. "No sabemos quiénes se llevan las papas para hacer este negocio irregular pero se deben tomar medidas", afirmó.

La polilla guatemalteca ya de por sí limita muchísimo la actividad de estos agricultores. "Se están buscando soluciones y estamos recibiendo el apoyo del Cabildo y la Universidad de La Laguna para tratar de acabar con esta plaga, pero es muy complicado", señala Domínguez. De esta forma, los cosecheros no pueden ampliar sus producciones y se cierra la puerta a este tubérculo tan apreciado por cocineros de la Península, Alemania, Inglaterra o Italia.