El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha considerado accidente laboral el suicidio de un empleado de la antigua Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) que se quitó la vida después de que la entidad le abriera un expediente disciplinario por revelación de secretos. Cuando el empleado bancario acabó con su vida, tras 22 años de antigüedad en la empresa, no sufría patologías psíquicas. Fue expedientado por facilitar un informe de solvencia de la entidad a un cliente.