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Cuba quiere ser Canarias

El Gobierno cubano aspira a llegar a los 10 millones de turistas en 2020 P Los grandes inversores norteamericanos pujan por desplazar a las cadenas españolas

Cuba quiere ser Canarias

Quince meses después del anuncio de la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, el sector turístico de este atractivo país caribeño crece a pasos acelerados. Tanto la llegada de turistas como las inversiones se han disparado en el último año y el Gobierno cubano se ha propuesto alcanzar el reto de llegar a los 10 millones de visitantes en 2020. Es decir, convertirlo para el área del Caribe en un destino similar a Canarias en cuanto a su volumen medio de turistas.

Con esta perspectiva, ¿puede Cuba restar turistas a Canarias en los próximos años? Un análisis desde el punto de vista de la procedencia de los turistas que reciben ambos destinos insulares no hace augurar que esto vaya a suceder, al menos a corto plazo. El 80% de los visitantes que optan por pasar sus vacaciones en Canarias sigue siendo europeo, mientras la mayoría de los que viajan a Cuba son en primer lugar canadienses, seguidos de los europeos y de los mexicanos. Pero el 80% será norteamericano al final de esta década, según las últimas proyecciones.

Cuba recibe hoy poco más de tres millones de turistas, frente a los trece millones que han llegado Canarias. Una cifra récord que ha alcanzado por el masivo abandono de destinos competidores del norte de África. El riesgo de atentados ha convertido a la seguridad en el factor clave que pesa sobre la selección de los turistas y Cuba es, como Canarias, también un destino seguro. De sus tres millones de visitantes, en 2015 fueron sólo 160.000 los norteamericanos que, sorteando las restricciones que aún quedan, viajaron a la isla; supusieron un 77% más que el año anterior y crecerán otro 100% este 2016.

Según los cálculos, el número de europeos que opte por este destino en los próximos años también crecerá; y éstos sí podrían suponer una competencia para Canarias. Pero hay un factor de podría desincentivar este previsible aumento del número de turistas a Cuba procedentes de Europa: la probable subida de los precios que tendrá lugar a medida que aumente el número camas en las principales ciudades cubanas. Sobre todo en La Habana, que está protagonizando un auténtico maratón empresarial por ganar cuota del mercado. Actualmente, son más de un millón los europeos que, atraídos por el reclamo cubano, viajan cada año a la isla; son fundamentalmente alemanes y británicos, pero también españoles y, en menor proporción, de otras nacionalidades.

El factor del gasto

El crecimiento del precio es un factor que, sin embargo, no le restaría competitividad ante un visitante como el norteamericano. Y no sólo por la cercanía con el continente, sino porque el turista de Estados Unidos, país con una de las rentas más altas del mundo, es uno de los que más gasta. Aunque el que más crece en número y en gasto en la actualidad es el turista chino, que está por cierto a la misma distancia tanto de Cuba como de Canarias. Por otro lado, la economía cubana está entrando en lo que algunos han denominado "proceso de dolarización", tras décadas de prohibición de su compra venta en el país de los Castro.

Además, las rutas que conectan la isla con América del Norte se multiplican de mes en mes, tanto por aire como por mar. Ya están previstos 110 vuelos diarios desde y hacia el continente y, a partir del próximo mes de junio, la potente compañía Carnival prevé un desembarque comercial en toda regla desde Miami con varios cruceros. Esta sí que pudiera ser una oferta altamente competitiva: de hecho, el anuncio de la apertura económica con Cuba provocó que en julio del pasado año, MSC Cruceros anunciara el desvió de su crucero MSC Opera a La Habana como puerto-base a partir de la próxima temporada, lo que implicaba la cancelación de una veintena de escalas en diversos puertos de las Islas. Además de Canarias, cuya cuota de cruceros es significativa y crece, pero es aún menor en proporción a las áreas del Mediterráneo y el Caribe, el puerto que más se puede ver afectado por el potencial de Cuba es Barcelona, a donde viajan muchos norteamericanos.

En plena carrera por invertir en uno de los destinos más prometedores del actual mercado turístico mundial, por sus atractivos naturales e históricos, las grandes empresas turísticas norteamericanas pujan ya por desplazar a las grandes cadenas turísticas españolas, que han sido históricamente sus principales inversores. Tras la histórica visita del presidente de Estados Unidos a la isla, hace apenas dos semanas, se ha acelerado el volumen de inversión en Cuba. Apenas dos días después de la visita, la gran multinacional turística de EE.UU., la asociación Marriott-Starwood, anunció la apertura de tres hoteles en La Habana, dos de ellos de lujo. Y, seguidamente, la plataformas de alquiler Airbnb y la agencia de viajes on line Booking explicaron sus planes para entrar en la isla del Caribe. El wifi, introducido en el verano de 2015, está sometido aún a restricciones y un precio excesivo. Pero las mayores facilidades de acceso a Internet que deben ganar los cubanos para consolidar en su mercado a los intermediadores turísticos mundiales van a ser impulsadas por potencias tecnológicas como Google y PayPal, que ya han alcanzado un acuerdo con las autoridades cubanas.

La puja cubana

Todo ello no quiere decir que los inversores europeos, con los citados españoles a la cabeza, hayan bajado la guardia: Meliá ha sido, junto al canario Grupo Martinón, un inversor histórico desde los tiempos más duros del bloqueo. De hecho, España es el tercer socio comercial de Cuba, tras Venezuela y China. Se cifra en más de 200 las empresas españolas que operan ya en el país, y en el sector turístico gestionan el 60% de los hoteles de cuatro estrellas y hasta el 90% de los alojamientos de categoría superior. Además, otras cadenas como Iberostar, Barceló y NH Hoteles o compañías aéreas como Iberia -que a partir de junio volará a diario a La Habana- han intensificado también desde hace años su apuesta por el mercado cubano.

Lo que está en juego ahora es la apertura de más de 30.000 nuevas plazas turísticas y una inversión potencial para España de unos 2.200 millones al año, según datos ofrecidos por el ministro de Turismo en funciones, José Manuel Soria. De ahí que también algunos empresarios canarios de peso en el sector turístico hayan mostrado un alto interés por invertir en la otra isla. De hecho, el cónsul de Cuba en Canarias, Ulises Barquín, recordó estos días que tres establecimientos hoteleros con capital canario están a punto de abrirse cerca de la ciudad de Santa Clara y recordó que esta inauguración coincidirá con la reapertura de vuelos directos entre Gran Canaria y Cuba. Ya en noviembre del pasado año, tras el Encuentro Canarias-Cuba que tuvo lugar en Gran Canaria, Lopesan y Cordial Mogán habían mostrado al embajador de Cuba en España su predisposición a expandirse al país. El embajador Eugenio Martínez Enríquez explicó entonces a los empresarios canarios que el turismo es, junto al tecnológico y la agricultura, el sector económico que Cuba abría a los inversores extranjeros ofreciendo todo tipo de facilidades. Pero, algunos analistas sostienen que el vacío institucional que vive España está afectando al impulso decisivo de las inversiones de este país en Cuba, frente al claro apoyo que está recibiendo por parte de otras autoridades: Francia por ejemplo, además de la propia administración de Estados Unidos. Aún así, en este maratón empresarial por llegar primeros a Cuba, algunas empresas españolas como Globalia han cerrado ya acuerdos para instalar un nuevo hotel y abrir, a partir de julio, una nueva ruta desde Madrid con Varadero.

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