Más de 150 jóvenes miembros de familias empresarias españolas se han reunido en Lisboa este fin de semana para debatir sobre los retos de la sucesión, el liderazgo y la innovación, en la XIII edición del Encuentro del Fórum Familiar del IEF y sus Asociaciones Territoriales. Organizado por el Instituto de la Empresa Familiar y las AATT, con la colaboración de Deloitte y Banco Popular, y la participación de la Asociación de Empresas Familiares de Portugal, éste ha sido el primer encuentro con carácter internacional en las trece ediciones que se llevan celebradas.

Ofrecer un mayor conocimiento de los retos que plantea la gestión de este tipo de compañías, construir un espacio de conocimiento mutuo y el intercambio de experiencias empresariales y personales, a veces más allá de la empresa familiar, han sido los ejes fundamentales de la reunión. En palabras de Jesús Casado, director general adjunto del IEF, con esta primera incursión internacional del Fórum, “pretendemos también contrastar experiencias a la hora de intentar resolver cuestiones similares en el seno de vuestras familias y que como miembros del Fórum toméis conciencia de vuestro papel relevante en la sociedad como ‘actores del cambio’, para mejorar el entorno”.

El Fórum está formado por más de 500 jóvenes, con edades comprendidas entre los 20 y los 45 años, pertenecientes a destacadas familias empresarias españolas, socios del IEF y de las Asociaciones Territoriales vinculadas.

El Encuentro se abrió el viernes con una recepción en la residencia oficial del embajador de España en Portugal, Juan Manuel de Barandica y Luxán.

Posteriormente, el sábado se desarrolló una intensa jornada académica, que comenzó con una mesa redonda en la que Pablo González, de Pangea (plataforma de talento internacional de jóvenes entre 14 y 25 años) y Juan Suárez, creador de Aristocrazy (de Joyerías Suárez), moderados por Elsa Varela, de Deloitte, debatieron sobre las claves de la innovación y la importancia de identificar nuevos talentos como palanca para la transformación de las empresas. “Pese a los mensajes negativos que escuchamos todos los días, creo que nunca antes había habido tantas oportunidades como ahora. El que se lo curre, da igual de dónde parta, porque llegará a donde él quiera”, señaló González. Suárez, por su parte, destacó que el gran reto de la empresa familiar es en estos momentos, además de la internacionalización, la creación de cultura digital a nivel interno.

A continuación, Gaia Marchisio, prestigiosa especialista internacional en Empresa Familiar, impartió una conferencia sobre las claves para ser un líder eficaz e innovador en el entorno de la empresa familiar. “Todos somos distintos; el líder de la familia empresaria ha de saber reconocer los talentos en su equipo y buscar un rol para cada uno de ellos”, dijo.

De izquierda a derecha, Miguel Ángel Luna ( subdirector general de Banco Popular), Peter Villax (presidente de la Asociación Portuguesa de Empresas Familiares), Juan Antonio Bordás (socio de Deloitte) y Jesús Casado (director general adjunto del IEF).

El caso de la familia Simões

En esta primera incursión internacional han tenido también un destacado papel representantes de las empresas portuguesas. Así, José Luis y Elisabete Simões, de la familia del mismo nombre, líderes logísticos internacionales fuertemente implantados en España, protagonizaron una interesante y emotiva sesión, en la que explicaron cómo su familia lleva ya quince años preparando el relevo en la gestión, cultivando especialmente la complementariedad entre las diferentes generaciones. La moderación de esta mesa corrió a cargo de Mario Carranza, director de la Asociación Andaluza de la Empresa Familiar.

También se abordó el tema de la filantropía, en una mesa redonda titulada “Filantropía, pegamento familiar y tendencia empresarial”, moderada por Ángel Bonet, socio de Minsait by Indra, en la que participaron María Entrecanales (presidenta de honor de la Fundación Balia para la Infancia), Maite Arango (vicepresidenta del Consejo de Administración del Grupo Vips y presidenta del Patronato de la Fundación Ashoka España) y Pedro Lantero (vicepresidente de la Fundación Tomillo).

Bonet destacó que los más de 150 jóvenes presentes en el encuentro de Lisboa representan a compañías familiares con verdadera capacidad para cambiar el mundo y hacerlo mejor, y los animó “a buscar y afianzar su ADN social y trascender”. Igualmente, recordó el nivel de exigencia que la sociedad ha desarrollado hacia las empresas, tal y como demuestra el hecho de que el 44% de los consumidores hayan dejado de comprar productos de empresas que han tenido actitudes negativas hacia el medio ambiente.

Filantropía y empresa social

En esta misma línea, María Entrecanales hizo un llamamiento a las empresas familiares para que se mentalicen de que ellas son también agentes del cambio, y que la transformación de la sociedad sí es posible. Maite Arango señaló que el sector social se ha profesionalizado, está aprendiendo a aprovechar el talento, y empieza a hablar el mismo idioma que el sector empresarial. “Hemos pasado de la filantropía clásica a la colaboración estratégica entre los dos sectores”. Lantero, por su parte, explicó entre otras cosas el trabajo que la Fundación Tomillo, de la que es vicepresidente, realiza con jóvenes de zonas marginales, para evitar que abandonen los estudios o para buscarles un futuro laboral.

Por su parte, Cristóbal Colón (fundador de La Fageda) y Xavier Pont Martín (socio de Ship2B y consejero del Grupo Borges) debatieron sobre cómo crear una cultura de emprendimiento social ligada a los valores de la empresa familiar. La presentación de esta mesa corrió a cargo de David Rodés, director general de ISP.

Colón, psicólogo clínico y empresario, contó a los asistentes el proyecto de La Fageda, una empresa de la comarca de La Garrotxa, dedicada desde hace treinta años a la elaboración de yogures y otros productos naturales, que da empleo a discapacitados psíquicos y que se ha convertido en un ejemplo a nivel mundial de economía social. “Yo descubrí que trabajar es importante para las personas. Nos hemos dedicado a devolver a la gente su dignidad, su humanidad y su libertad a través del trabajo. Sin un plan estratégico ni nada parecido. Lo conseguimos porque no sabíamos que era imposible”, dijo Colón.

La importancia del crecimiento

La última mesa redonda de la Jornada contó con la participación de Enrique Isidro, vicepresidente de Europac, y Antonio Rios de Amorim, presidente del Grupo Corticeira Amorim, quienes bajo la moderación de Carlos Fernández Zancada, director comercial de Popular Banca Privada, disertaron sobre las oportunidades empresariales derivadas de las relaciones entre España y Portugal.

Ambos coincidieron en la importancia que para la empresa familiar ha de tener el crecimiento. “Si una empresa no crece, no tiene futuro”, señaló Ríos de Amorim, cuyo grupo es el mayor productor mundial de tapones de corcho, de los cuales elabora 18 millones de unidades al día. Isidro, por su parte, afirmó que es imprescindible aprender de los mejores y aseguró que, en este sentido, su importante presencia en Portugal no hubiera sido posible sin el esfuerzo de toda la organización y la colaboración de sus socios y proveedores locales.

La clausura del XIII Encuentro del Forum Familiar corrió a cargo del embajador de España en Portugal, Juan Manuel de Barandica y Luxán.