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Tamames: "La reforma laboral ha traído una caída del ritmo de mejora de las pensiones"

"La situación de China se ha exagerado indebidamente, sigue creciendo entre un 6% y un 7% anual", destaca el Catedrático de Estructura Económica

El catedrático de Estructura Económica Ramón Tamames en la terraza de su domicilio, en Madrid. LP / DLP

¿El crecimiento de la economía es real?

Lo es. Se ajusta a las normas de las cuentas nacionales de Eurostat. Otra cosa es que haya más o menos déficit y empleo, pero el crecimiento es efectivo.

¿Sería posible sin la respiración asistida del Banco Central Europeo?

Eso que llama respiración asistida es algo normal en todas las economías mundiales. Desde la mitad de la crisis, los bancos centrales han tomado protagonismo para estimular el crecimiento y la creación de empleo. Ya no solo apoyando a la banca a través de los sistemas de liquidez normales de un banco central, sino también ahora comprando bonos corporativos; en España los primeros creo que serán de Telefónica. Pero insisto en que es normal, la Reserva Federal de EEUU no solo compra deuda pública, también bonos corporativos de la General Motors.

¿Habrá un aterrizaje suave cuando se retire esta asistencia?

El propósito de Mario Draghi es continuar, por lo menos, todo el año que viene. No hay una fecha fija de abandono de estas facilidades. Se mantendrá en un nivel de 80.000 millones de euros mensuales, 60.000 para deuda y 20.000 para emisiones corporativas. Lo que hace el BCE es dar liquidez para impulsar la demanda, necesaria para que haya crecimiento.

¿Hay que tener miedo por la inestabilidad de China?

No, se ha exagerado indebidamente. China tiene un PIB mayor que el de EEUU medido en poder adquisitivo, pero no puede seguir creciendo indefinidamente a un ritmo de dos dígitos. Pasar del 14% que llegó a tener al actual 6,5% o 7% nosotros lo llamamos desaceleración, pero ellos lo califican como normalización, y tienen razón.

La inversión se ha frenado.

Claro. Esos grandes crecimientos que se anotaron estaban protagonizados por grandísimas inversiones que no siempre fueron adecuadas, los activos resultantes no son suficientemente rentables: autopistas, trenes rápidos. Además, están alcanzando su tope tecnológico.

¿A qué se refiere?

Sustituir máquinas manuales por automáticas incrementaba los rendimientos de un sector en un 300%, lo que ayudaba en gran medida a alcanzar ese 14% en el conjunto de la economía. Ahora el nivel de tecnologización ya es alto, por lo que no puede contarse con ese impulso.

¿Y qué pasa con su deuda?

Hay demasiada y parte de ella es dudosa para los bancos. Hay provincias que se han pasado de rosca y hay que reconducirlas, pero China va a seguir creciendo entre el 6% y el 7%. Insisto en que el ajuste es razonable, pero pasar de los crecimientos que tenía a los actuales hace que se resientan los mercados de materias primas, de alimentos, etcétera, y que bajen sus precios. Se nota en Brasil, en Argentina, en Australia, países suministradores de materias primas y energía.

¿Y la española es sostenible?

Las memorias de entendimiento que se firmaron con la troika en tiempos y que todavía tienen una serie de objetivos por cumplir, empezando por el déficit, obligan a controlar la deuda pública, que está ahora prácticamente en el 100% del PIB. Podría empezar a disminuir este año, pero lo importante es que el manejo de esa deuda ahora es razonablemente barato. En 2007, el coste de la deuda era del 4,5%, ahora estamos en poco más del 1%, a corto plazo tiene intereses negativos y, en el largo, en algo más del 1%. Lo que se planteará a largo plazo en Europa es una reestructuración de la deuda.

¿La Comisión Europea (CE) transigirá con ello?

La CE no lo quiere decir todavía, pero ya hay estudios en marcha para poner la deuda a larguísimo plazo. Incluso se habla de que esté a perpetuidad por encima del 60% del PIB, lo que la haría más soportable. ¿Si la CE transige? Bélgica está muy por encima del 100%, también Italia, y Francia y el Reino Unido tampoco están tan lejos. Está claro, a largo plazo nos interesará reestructurar la deuda, sobre todo cuando suban los tipos de interés que ahora están muy bajos, tanto que impulsan a endeudarse más.

¿Y cuándo paramos?

Me refiero a que es un factor que lleva a tener más deuda, pero indudablemente hay que poner freno. Las deudas hay que pagarlas y los tipos pueden variar.

En un escenario de contención del gasto público, ¿debe temer Canarias recortes en las aportaciones que llegan de Europa?

España está abocada a ser país contribuyente neto. Todavía no lo somos porque, por ejemplo, el peso de la agricultura nos hace recibir fondos del Feaga y continuamos percibiendo aportaciones del Feder o el Fondo Social Europeo. Eurostat ya dice que el año que viene estaremos por encima de Italia en términos de renta per cápita y ese país ya no es un perceptor neto. Vamos camino de eso.

¿Pese a los efectos de la crisis?

Todavía tenemos que recuperarnos, no cabe duda. De los 8,5 puntos del PIB que perdimos, aún nos quedan pendientes tres o cuatro. Hasta 2018 no estaremos plenamente recuperados. En cualquier caso, sí quiero aclarar que no será ninguna desgracia ser un país contribuyente neto, sino una demostración de que estamos alcanzando un buen nivel. Eso sí, el escenario va a variar según las regiones y Canarias puede prorrogar su situación de perceptor. Eso va a depender de los programas que se presenten. Los gobiernos regionales, junto al de la nación, tienen mucho que hacer a la hora de instrumentar programas que interesen a la CE.

¿Se mantendrá entonces tratos diferentes no solo por estados sino también por regiones?

Depende de lo que los canarios y el resto de regiones ultraperiféricas vayan planteando. Estas cosas son dinámicas, no estáticas.

El PIB se recupera, ¿pero qué pasa con el empleo?

El problema del empleo va a ser muy serio. La robotización y la automatización van a influir en que cada vez necesitemos una fuerza de trabajo más tecnificada, más formada. Habrá que hacer ajustes en la normativa del empleo porque va a ser complicado ocupar a las personas poco preparadas. Mucha gente confía en los futuros yacimientos de empleo, que pasan por el envejecimiento del país. En España vamos a necesitar cantidad de gente que normalmente llamamos cuidadores y mano de obra en los servicios sociales atendiendo a una población que en más de un 30% va a estar fuera de la edad de trabajo, jubilados, pensionistas y con una salud ya no de mozos de 20 años.

¿Con un 30% de la población no ocupada es sostenible el sistema de pensiones?

Definitivamente no, el año pasado ya hubo un déficit muy fuerte. Es cierto que en la medida en que se recupere el empleo, ese problema se va aminorando. Lo que pasa es que la reforma laboral ha tenido consecuencias no previstas, porque con unos costes laborales unitarios mucho más bajos se contribuye con menos cuota a la Seguridad Social. Lo mismo ocurre con las facilidades dadas mediante las tarifas que se establecieron para estimular el empleo, que también se traducen en menos ingresos. La reforma laboral ha traído una caída importante del ritmo de mejora de las pensiones y ha habido que echar mano de la caja como habrá que echar mano de los impuestos, que ya en algunos caso se ha hecho. Habrá que generar un sistema que siga siendo contributivo, pero con ayudas que provengan del presupuestos del Estado.

¿Ve por dónde puede caminar la economía española toda vez que la construcción pasó a mejor vida?

Los colegios de arquitectos nos están diciendo que la demanda de visados para vivienda nueva están creciendo de una manera importante. En Canarias no conozco el dato exacto de las viviendas vacías de reciente construcción, pero el volumen va disminuyendo y la presión para nuevas construcciones se empieza a notar ya sensiblemente, aunque parte de bases muy bajas porque había caído mucho. En 2006 hubo 900.000 viviendas iniciadas según los colegios de arquitectos y en 2014 solo 40.000, cayó casi el 95%, ha sido un colapso tremendo. Cuando alguien se pregunta por qué en España hay más paro que en otros lugares, la respuesta es clara: porque había más construcción.

¿Y en Canarias?

Los canarios se quejan como todo el mundo, pero resulta que se han puesto a la cabeza del turismo por delante de Cataluña. El optimismo y el entusiasmo son comburentes para las soluciones. No es mío, sino de Arthur Lewis, el primer Nobel de raza negra hace muchos años en su Teoría del desarrollo, que sigue siendo un libro muy bueno para leer.

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