La Agencia Tributaria registró cuatro discotecas en Canarias dentro de una operación estatal contra el fraude fiscal en el sector del ocio nocturno calificada como "la mayor efectuada hasta la fecha contra la economía sumergida" en España por sus dimensiones y por los medios humanos destinados, según informaron desde el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, que eludieron detallar tanto la ubicación como la denominación de los establecimientos.

Tampoco diversas fuentes de los sectores del ocio nocturno y la hostelería en el Archipiélago aportaron ayer datos sobre la operación Chopin, que supuso el registro de 87 locales de 11 comunidades autónomas pertenecientes a 110 sociedades empresariales. La inspección también afecta a 14 personas físicas vinculadas a las empresas, aunque no implicaron detenciones al tratarse de una intervención de carácter administrativo.

Más de 500 funcionarios de la Agencia Tributaria, con el apoyo de efectivos policiales, participaron en el dispositivo en las discotecas, pubs y oficinas, iniciado el jueves al cierre de los locales y concluido ayer. Coincidiendo con el comienzo de la temporada alta de las discotecas en las principales zonas costeras de la Península, Chopin afectó a establecimientos de Andalucía (10), Aragón (4), Asturias (1), Baleares (4), Canarias (4), Castilla y León (3), Cataluña (16), Extremadura (2), Galicia (16), Madrid (7) y Comunidad Valenciana (20).

En conjunto, las sociedades investigadas representan más del 20% de la facturación del sector del ocio nocturno en España, según apuntó la Agencia Tributaria a través de una nota de prensa. Inspección Tributaria se personó en las sedes de los contribuyentes con el fin de acceder directamente a la documentación e información contable o auxiliar real, incluidos los sistemas informáticos de procesamiento de los datos, así como al estudio de la recaudación del día y al funcionamiento ordinario de los medios de emisión de tiques, facturación y caja.

La investigación previa al lanzamiento de la operación Chopin arranca a comienzos de este año con la detección de un volumen de cobros con tarjeta declarados a Hacienda por parte de las sociedades ahora inspeccionadas que resultaba anormalmente alto (más del 76% en algún caso) para un sector en el que, por sus características, prima claramente el pago en efectivo, mientras que el uso de tarjetas de crédito es escaso, argumentaron desde Hacienda. Tras esta primera evaluación de riesgos fiscales, el departamento de Inspección detectó que el conjunto de las empresas afectadas por la operación declaraban un volumen de cobros con tarjeta de crédito que duplicaba los movimientos de efectivo en cuentas bancarias conocidos por la Agencia Tributaria.

La situación alertó sobre la posible existencia de un gran circuito paralelo de efectivo sin declarar a Hacienda, pero los investigadores también observaron diferencias sustanciales entre la actividad declarada y la que se traslucía a partir de un análisis pormenorizado del aforo habitual de los locales, el precio de las entradas y las consumiciones. Además, la previa observación de los locales permitió detectar una irregularidad formal muy extendida: la venta previa de tiques para consumiciones que posteriormente se eliminaban en barra. El tique se vendía al cliente por varios medios no susceptibles de control y después no se documentaba la consumición.