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Canarias tiene el menor número de oficinas bancarias de los últimos 18 años

La Comunidad Autónoma ha perdido tres de cada diez sucursales con las que contaba antes de la crisis financiera. Los cierres continuarán este año

Una ciudadana retira dinero de un cajero automático en la capital grancanaria.

Canarias tiene en la actualidad poco más de un millar de sucursales bancarias después de que el sector atravesara un proceso de reestructuración sin precedentes. Un proceso de ajustes, de despidos y de progresiva concentración del negocio que, con todo, dista mucho de haber concluido. El Banco de España acaba de publicar los datos relativos al último 31 de marzo, día en el que se contabilizaban en el Archipiélago, exactamente, 1.007 oficinas de las distintas entidades de crédito.

Para contextualizar esta cantidad basta con apuntar que es la más baja en casi 20 años. En otras palabras: la red de sucursales de la comunidad autónoma es la más pequeña desde 1998, es decir, de los últimos 18 ejercicios. Es más, la reorganización del sector llevó al cierre a casi medio millar (486) de las 1.493 oficinas que había en las Islas a finales de 2008, apenas meses antes de que comenzara la reestructuración, que, por tanto, acabó con tres de cada diez sucursales.

Desde 1998 no solo ha habido tiempo para que la red de oficinas tocara techo y se redujera luego sensiblemente. Los canarios vieron en ese período cómo las dos principales entidades en el territorio, La Caja Insular y CajaCanarias, terminaban convirtiéndose en fundaciones tras perder sus respectivos negocios financieros.

También vieron cómo los grandes bancos del país, Santander, BBVA o Popular, conformaban un entramado que ahora, poco a poco, van adelgazando. No en vano, entre abril y julio se dieron a conocer los planes de diversas entidades para echar el cierre a la actividad de más de 2.000 sucursales en toda España a lo largo de este año.

En diciembre de 1998, las 999 oficinas bancarias que había en la región manejaban un volumen de depósitos que ascendía a tan solo 10.390 millones de euros. Las 1.007 que hay en la actualidad, el menor número desde aquellas 999, tienen confiados depósitos de la Administración pública, de las familias y de las empresas que suman más de 24.800 millones. El crecimiento del negocio ha sido espectacular, pero el modelo ha cambiado de forma drástica en los últimos años.

La reestructuración se inició en marzo de 2009 y apenas unos meses antes, en septiembre de 2008, la red de sucursales tocaba techo en la autonomía con aquellas 1.493 oficinas. En consecuencia, las sucursales se han reducido en 486 (-33%) a raíz de la reorganización del sistema financiero español, necesaria por los problemas de capital que el estallido de la crisis económica dejó al descubierto, problemas agravados, además, por la peculiar estructura de las cajas de ahorro.

A este proceso se ha sumado también en los últimos ejercicios el auge de las nuevas tecnologías, esas que posibilitan lo que hace no tantos años habría parecido una quimera: hacer una transferencia, pagar un recibo o comprobar el saldo de una cuenta con solamente apretar los botones de un teléfono móvil.

Los expertos de BBVA Research, la división de banca electrónica de BBVA, aseguran que el empleo de las nuevas tecnologías para llevar a cabo trámites bancarios se ha duplicado desde 2008, hasta el punto de que ya un 40% de la población española de entre 16 y 74 años aprovecha las ventajas que ofrecen. Hay que puntualizar, eso sí, que este porcentaje llega a un 70 en determinados países del norte de Europa.

Solamente en los seis primeros meses del año, y según cifras que avanzó Cinco Días, las entidades de crédito de todo el país cerraron 636 sucursales más. Además, esperan hacer lo propio con otras 1.464 de aquí a final de ejercicio. De cumplirse estas previsiones, el volumen de clausuras será ya parecido al del período más duro de la crisis financiera, lo que evidencia que la reorganización no ha terminado.

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