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Primera orden de busca y captura de la Justicia canaria por delito fiscal

El empresario iraní Hossein Sabet, fundador del Stella Canaris, se enfrenta a cinco años de prisión

Hossein Sabet, a la derecha, posa en una imagen de archivo junto a uno de los gerentes que tuvo el Stella Canaris.

Hossein Sabet, el multimillonario empresario iraní que fundó el macrohotel Stella Canaris en Fuerteventura en los años 70, se ha convertido en el primer hombre contra el que la Justicia de las Islas emite una orden de busca y captura por delitos fiscales. Su última apelación contra dicha medida fue rechazada por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas el 13 de octubre.

Hace ya tiempo que no se ve a Sabet por el Archipiélago. "Ni se le verá", señalaron este mismo lunes fuentes del sector turístico majorero. De lo contrario, tendría que hacer frente a los cinco años de prisión y más de diez millones de euros a los que le condenó en 2012 el Juzgado de lo Penal número 2 de Las Palmas por sendos delitos contra la Hacienda pública. Los consiguientes recursos que presentó no variaron el fallo y tan solo sirvieron para dar a este el carácter de firme.

Dos millones de fraude

En el origen de esta condena aparecen impagos del Impuesto de Sociedades por valor de 1,9 millones de euros y casi otro millón por no atender las obligaciones del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Dos años y seis meses de prisión se le impusieron por cada uno de dichos delitos, parte del pago de lo debido más intereses y sendas multas que multiplican por tres cada una de las cantidades adeudadas.

La reforma del Código Penal acometida en plena crisis (2012) endureció los castigos contra quienes defraudan a la Agencia Tributaria, que ahora tienen más cerca la entrada en prisión. Para confirmarlo, basta observar parte de la sentencia emitida en mayo de 2014 por la Sección Primera de la Audiencia Provincial en la que se desestimó el recurso de apelación presentado por Sabet.

"La incuestionable trascendencia (?) que para el erario público tienen las conductas evasivas imputadas les confiere una especial gravedad, con la consiguiente y proporcionada reprobación punitiva, pues la individualización de la pena no puede ser indiferente a la mayor antijuricidad que ello supone, lo que nos lleva a concluir que la finalmente impuesta es benignamente proporcionada al desprecio del acusado para con sus obligaciones (económicas) con la sociedad", señalaba el texto judicial, en el que, además, se le condenó a pagar las costas de la apelación.

En diciembre del pasado año, y ante la imposibilidad de localizarle para comunicarle la sentencia, el Juzgado de lo Penal número 2 de Las Palmas emitió un auto de busca y captura. Precisamente contra este el empresario iraní presentó un recurso de reforma que resultó desestimado hace tres semanas.

En su descargo, Hossein Sabet afirmó que no había recibido la sentencia condenatoria. Responsabilizaba de ello a los propios tribunales canarios, que incluso pusieron en marcha una comisión rogatoria para que la Justicia de Alemania, país en el que el condenado tiene fijada su residencia, le hiciera llegar la decisión en su contra.

"La sentencia dictada en los presentes autos ha alcanzado firmeza y, si bien mantiene el recurrente que la misma no le ha sido notificada personalmente, lo cierto es que ha venido presentando escritos (...) interesando la suspensión por la solicitud de indulto o informando de que ha presentado recurso de amparo (...), lo que pone de manifiesto que la sentencia sí fue notificada al penado". En estos términos se pronunció la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas contra el recurso de apelación que interpuso el empresario iraní tras saberse en busca y captura.

Además, esa misma resolución de 13 de octubre recuerda que hubo de solicitarse "asistencia judicial [a Alemania] para la notificación del auto que denegaba la suspensión de la ejecución de la pena por la solicitud de indulto". La respuesta del fiscal general jefe de Berlín fue que Hossein Sabet se encontraba temporalmente fuera del país, por lo que fue imposible llevar a cabo el encargo.

La sala, presidida por la magistrada Pilar Parejo, señaló que, aun en el caso de producirse errores en la comisión rogatoria que debía comunicar su situación al condenado, la sentencia era firme, lo que obligaba al titular del juzgado de lo penal que lo condenó a ordenar la ejecución de esta, "adoptando las medidas necesarias para ello". Entre ellas, la de declararlo en busca y captura.

Hossein Sabet es un empresario iraní octogenario que llegó por casualidad a Fuerteventura en los años 70. El aterrizaje de emergencia en Morro Jable del helicóptero en el que viajaba le llevó a idear la construcción del hotel Stella Canaris junto al Saladar de Jandía, un complejo que daba empleo a 140 trabajadores y que contaba en los jardines anexos con 15.000 palmeras y un parque zoológico propio en el que habitaban especies exóticas.

A principios de siglo, Sabet se vio obligado a vender el inmueble al Grupo Dunas. Ya aparecían los problemas de un establecimiento que multiplicó su número de camas exponencialmente. Sin embargo, en 2010 el iraní, que fabricó su fortuna en el negocio de la venta de alfombras persas, volvió a hacerse con la gestión a través de su empresa Befasca, que entró en concurso de acreedores en 2014.

Antes de ese año ya comenzaron los impagos a los trabajadores, que iniciaron una huelga en el mes de julio de 2013 en el interior de las instalaciones. Los cortes de los suministros de agua y luz condenaron a la vegetación a una lenta agonía y las autoridades municipales e insulares se implicaron ante el problema de imagen que la decadencia podría suponer para el turismo de la isla en general.

El mes pasado el holding egipcio FTI (Sawiris) se hizo con la titularidad del Stella Canaris, que explotará bajo su marca Labranda Hotels & Resorts. Del paradero de Hossein Sabet nadie tiene noticia.

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