La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Canarias supera ya la cifra de siete vehículos por cada diez habitantes

Su parque móvil es de 1,5 millones de unidades para una población de 2,1 millones de ciudadanos. El tráfico rodado es un gran contaminante del aire

Atasco en la carretera del norte de Gran Canaria. JOSÉ CARLOS GUERRA

Primero Volkswagen, después Fiat Chrysler y ahora Renault. Los casos denominados dieselgate se siguen sucediendo desde que la Agencia de Protección del Medio Ambiente acusara, hace aproximadamente un año y medio, al gran fabricante automovilístico alemán de manipular las emisiones de un gran número de sus vehículos. Al escándalo que ha puesto en cuestión el compromiso de parte de la industria automovilística con la protección del medio ambiente, se han sumado estos días episodios de contaminación extrema en ciudades como Madrid o Pekin, que ponen en evidencia el impacto del tráfico rodado en la contaminación del aire que respiramos.

Al tiempo, el propio sector automovilístico ofrece los datos de la consolidación de la recuperación de la industria, tras el impacto de los años de crisis. Al cierre del 2016, Canarias en concreto ha liderado el incremento de venta de vehículos de todo el país. El incremento llegó al 20% en el caso de los turismos y todo-terrenos, mientras en ninguna de las restantes comunidades autónomas el incremento llegó al 14%. En total se matricularon 56.370 nuevos vehículos en Canarias en 2015, un año calificado por la patronal de "fantástico".

Récords de España

Esta nueva remesa se incorporará al parque móvil ya existente en las Islas, que según los últimos datos de la Dirección General de Tráfico ascendía a finales de 2014 a más de un millón y medio. De esos 1.578.838 vehículos que circulan por Canarias, poco más de un millón son turismos (el 65%) y el resto se distribuye entre ciclomotores y motocicletas (11%) y camiones o furgonetas (22%).

Es decir, que el Archipiélago, con una población de 2.100.306 habitantes registrados en ese mismo periodo, tiene una relación de parque móvil en proporción a sus ciudadanos muy superior a las medias española y europea: 751,7 vehículos por cada mil habitantes, frente a los 479/1.000 del país. Es decir, más de siete vehículos (desde ciclomotor a turismos o camiones) por cada diez habitantes.

Estas cifras récords, ¿son sólo una buena noticia? Para el sector automovilístico, evidentemente sí. De hecho, la industria vive con euforia esta nueva etapa de reactivación de las ventas y la producción, tras años de soportar caídas muy significativas. Pero, ¿para la calidad del aire que respiramos? Desde el punto de vista medioambiental, la perspectiva es otra. De hecho, el tráfico rodado se ha convertido en uno de los grandes contaminantes de nuestro tiempo, sobre todo en las grandes ciudades.

Pero el problema no es exclusivamente ambiental por su incidencia en el cambio climático. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que la contaminación del aire es una de las principales causas de muertes prematuras en el mundo: en concreto el 12,5% del total. Y las emisiones que producen los vehículos son, junto a las grandes fábricas, uno de los factores más contaminantes: "El carbón mata 20 veces más gente que Chernóbil. Y proviene en concreto de la quema de combustibles fósiles, sobre todo los que queman los coches", explicaba recientemente en una visita a España Christopher Llewellyn Smith, director de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (comúnmente conocida por la sigla CERN).

El científico también explicó que en países como China o India, la contaminación ambiental puede llegar a producir un acortamiento de la vida de hasta diez años. Las recientes imágenes de la ciudad de Pekín, sometida a unos niveles de contaminación muy superiores a los recomendados y con gran parte de los pekineses paseando con máscaras protectoras, parecen sacadas de alguna película de ciencia-ficción.

Contaminación urbana

También Madrid ha iniciado el año viéndose obligada a aplicar su protocolo de medidas ante episodios de alta contaminación por dióxido de nitrógeno. Así, el equipo de gobierno municipal de Manuela Carmena activó "el escenario 3 del protocolo de contaminación". La medida supuso la prohibición de circular en el centro de la ciudad a los vehículos cuya matrícula acababa en número par o impar, para reducir el nivel de emisiones de su parque móvil. Independientemente de cual fuera su matrícula, si pudieron circular los vehículos de "cero emisiones", los híbridos y propulsados con gas licuado, las motos, los que transportan a personas con movilidad reducida, el transporte público o los coches de alta ocupación (es decir, con tres o más ocupantes).

Era la primera vez en su historia que se aplicaba una medida de este alcance en Madrid, pero no así en otras capitales como París, Londres o Roma. De hecho, más de 220 ciudades europeas han delimitado ya zonas de baja emisión, en las que el acceso de los no residentes está prohibido o solo se permite a los vehículos con menos emisiones de partículas contaminantes. El fenómeno se repite, pues, en las grandes urbes, donde el nivel de concentración de automóviles es muy elevado. Pero supone una seria advertencia no sólo para los principales capitales del mundo: cualquier centro urbano está sometido a una presión de incremento de la contaminación por las necesidades de movilidad de sus habitantes.

Incluso en las ciudades de Canarias, cuyo aire contribuye a mantener limpio los alisios, las instituciones más sensibilizadas con la calidad de vida de sus habitantes están tomando medidas relacionadas con la movilidad de sus ciudadanos. En el caso de las capitales que concentran mayor población se están tomando decisiones encaminadas a fomentar el transporte público, propiciar el uso de otros alternativos como la bicicleta y ampliando sus zonas de peatonalización, para evitar el paso de tráfico rodado en aquellas áreas de especial importancia histórica o comercial.

En Las Palmas de Gran Canaria, el proceso de peatonalización gana terreno mandato tras mandato, pese a las resistencias históricas de comerciantes y taxistas. El éxito de la peatonalización de Triana, hace ya más de tres lustros, va sumando tímidamente áreas nuevas: parcialmente la Avenida de Mesa y López, que se prevé ampliar también a Ciudad Jardín. El carril bici y, sobre todo, la implantación de la metro guagua, son otras de las medidas que se están impulsando. Así, el ayuntamiento de la capital grancanaria destinará este año 5,6 millones a la citada metro guagua con un préstamo del Banco Europeo de Inversiones y que prevé trasladar hasta 2.500 viajeros por hora y sentido.

También Santa Cruz de Tenerife está impulsando la transformación de su red de transporte público e, igualmente, su proceso de peatonalización. En el primer caso, cuenta con el apoyo del Cabildo de la isla, así como de otros ayuntamientos afectados, para resolver uno de los principales problemas que padecen sus habitantes: la congestión de sus principales redes viarias. La iniciativa institucional trata de fomentar el uso de los transportes públicos entre los jóvenes y trabajadores, tras detectar a través de un estudio que sólo el 5,7% del total de los 4.600 universitarios residentes utiliza a diario la guagua.

En cuanto a su peatonalización, además de la intervención en la Plaza de España, el ayuntamiento de la capital tinerfeña promueve la creación de un paseo peatonal al borde del mar en la zona de Cabo Llanos.

La conexión puerto-ciudad, con propuestas de soterramiento de determinadas vías o de construcción de pasarelas, es también un objetivos para las principales ciudades de Canarias, presionadas por la creciente llegada del turismo de cruceros y del nivel de exigencia de quienes la visitan. Con estas medidas, además de combatir el cambio climático, los equipos municipales persiguen convertir a sus respectivos centros urbes en ciudades "más amables y vivibles", una tendencia mundial del nuevo urbanismo.

Contaminación global y local

La contaminación del aire es un problema global, que afecta al conjunto del planeta tras un proceso de acumulación de emisiones; pero la solución para mitigarlas es sobre todo local, según advierten los expertos. De ahí que el uso racional del coche se haya situado en el ojo del huracán entre quiénes la combaten y quiénes contaminan.

Y es que, además de en la salud pública, la contaminación del aire incide también en la economía, la política y hasta la convivencia de los habitantes de las zonas más afectadas. Por lo que respecta a la industria del automóvil, el pulso se ha centrado en el coste económico que supone para cualquier industria aplicar las medidas de control de emisiones. Las manipulaciones de los mecanismos de control de las emisiones se ha saldado con la imposición de multas millonarias a Volkswagen, que en 2015 registró pérdidas por primera vez en quince años. A media que la Agencia de Protección del Medio Ambiente ha cuestionado los sistemas de control de los fabricantes de automóviles, tanto Volkswagen como Fiat Chrisler o Renault han registrado caídas de sus valores en bolsa.

Ante el escándalo, la Unión Europea ha preparado un plan para reforzar los mecanismos de control y evitar que, a través de "agujeros regulatorios", los fabricantes eludan la responsabilidad de controlar las emisiones. Las medidas llegan además en un momento en que la industria recobra dinamismo tras la crisis, tanto dentro como fuera de España.

En el conjunto del país las cifras mejoran año tras año y no sólo por lo que respecta a las ventas. También la producción y exportación va viento en popa para el sector automovilístico español, que ocupa la segunda posición en el ranking de fabricantes de turismos en Europa y la octava a nivel mundial. La industria aporta el 10% del PIB español y facturó en 2015 más de 60.800 millones de euros, un 18,3% más que en el año anterior.

En España existen 17 fábricas pertenecientes a nueve empresas, que produjeron el pasado año 2,2 millones de vehículos. Todas ellas están ubicadas en la mitad norte de la Península, sobre todo en Cataluña y Castilla y León, que concentran el 39% de la fabricación. En Canarias, donde no se produce pero se consume tradicionalmente mucho automóvil, Volkswagen sigue siendo el coche más vendido. A los consumidores de las Islas no parece haberle afectado el caso de manipulación de las emisiones y han revalidado, con la compra de 8.500 vehículos, su confianza en el fabricante alemán.

Unas ventas, por cierto, que no están impulsadas por el aumento de la capacidad adquisitiva de la población de Canarias. Una región que sigue registrando indicadores económicos preocupantes. Es, una vez más, la pujanza del sector turístico el responsable de la "fantástica" mejora del consumo de coches en las islas. La propia patronal automovilística reconoce que "la buena coyuntura económica ha contribuido a esta subida de las ventas en 2016, especialmente impulsadas por las matriculaciones de empresas y alquiladores de coches".

Más piernas y bicicletas

El incremento de la venta de coches de alquiler sí es una buena noticia también desde el punto de vista medioambiental. Y es que la carrera en el renting ya no es tener una flota lo más amplia posible, sino lo "más limpia". En general, los vehículos para alquiler son un 5% más ecológicos y consumen un 11% menos que la media.

No obstante, en la carrera por el control de la contaminación a través de usos más racionales, el arquitecto Jan Gehl, referente de la apuesta por la sostenibilidad de las ciudades, resume el futuro así: "El coche era una tecnología inteligente hace cien años. Hoy urge una combinación de piernas, bicicleta y transporte público".

Compartir el artículo

stats