Simon Manley fue entre 2006 y 2009 jefe de la política antiterrorista del Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores), además de dirigir el departamento de Defensa y Amenazas Estratégicas hasta 2011. Por eso el diplomático conoce a la perfección el nivel de colaboración en la Unión Europea en la lucha contra el terrorismo yihadista y aseguró que, pese al brexit, "el compromiso como país con la seguridad europea es pleno y debemos a partir de ahora desarrollar nuevas medidas para asegurar la continuidad de la colaboración policial y de los servicios de inteligencia". Asimismo, Manley valoró el "esfuerzo" que realizan las fuerzas de seguridad de España a diario para garantizar la tranquilidad de los ciudadanos españoles y británicos.

El embajador aseguró que Europa seguirá defendiendo la libertad y la "fortaleza" de sus valores frente a la ideología "horrible" de los yihadistas, por lo que advirtió que se terminará venciendo a los terroristas.

Sin embargo, el dirigente británico avisó que es muy difícil evitar todos los atentados y que no se puede seguir a todos los "lobos solitarios", un fenómeno que está en crecimiento en los últimos atentados que se han producido en Francia, Bélgica o el propio Reino Unido. Manley puso en valor la reacción de los ciudadanos que, tras los atentados, siguen usando el metro o yendo al Parlamento con el fin de hacer vida normal pese a los intentos de los terroristas de alterar la convivencia.

El jefe de la legación británica indicó que, pese a la próxima salida del país británico de la UE, "somos y seremos un país europeo, con los valores de siempre y afrontamos las mismas amenazas y retos que el resto de la UE, por lo que queremos hacerlo junto a nuestros socios europeos". Manley cree que el resultado del brexit se debió a que los ciudadanos británicos "habían perdido la confianza" por la situación del país dentro de la UE y añadió que se trata de un escenario que no tiene vuelta atrás porque todos los partidos importantes del país han votado a favor de poner en marcha la desconexión con Bruselas.