Los peritos judiciales del caso Bankia, Antonio Busquets y Víctor Noguera, han ratificado la existencia de irregularidades en las cuentas empleadas por Bankia en la operación de salida a Bolsa de 2011 al "no reflejar la imagen fiel" y "no cumplir la normativa de aplicación". Así lo exponen ambos expertos en sendos informes remitidos al juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, en los que señalan como "especialmente falsas y contrarias" a la normativa los estados contables de 2010 tanto de Bancaja como de Caja Madrid, dos de las siete entidades que dieron lugar a Bankia, entre las que se encontraba La Caja de Canarias.

Para los peritos, que ahora se apoyan en los correos del inspector "cabecera" José Antonio Casaus a sus superiores, críticos con el estado y la viabilidad del grupo BFA-Bankia, Bancaja declaró ese ejercicio un "falso beneficio antes de impuestos de 75 millones" con José Luis Olivas, después vicepresidente de Bankia y ahora investigado, al frente de la entidad.

Cuantía superior la que atribuyen a Caja Madrid, que ascendería hasta los 236 millones, coincidiendo con la presidencia de Rodrigo Rato.

Sobre los detalles de las reuniones mantenidas en 2011 entre los inspectores del Banco de España y los directivos de Bankia y su matriz, BFA, expone Busquets que la institución "no incluyó información sensible" como muestra que no exista comunicación alguna en la que se trate el descuento inicial del 74% aplicado a las acciones de la entidad, algo que califica de "increíble".

Además, rebate el contenido de los contraperitajes realizados por expertos de las defensas, y defiende que se investigue la labor de la firma auditora Deloitte en el proceso de constitución de Bankia al considerar su participación activa y por tener la obligación de velar porque no existan "fraudes o irregularidades". Insiste en que las entidades "no se tornan inviables de la noche a la mañana" y desconfía tanto de las supuestas "auditorías intachables" de Deloitte como de la declaración de su socio auditor, Francisco Celma, quien argumentó ante el juez que "en agosto de 2011, justo después de la salida a bolsa, el mundo cambió".

Sobre la reformulación de las cuentas en 2011, niega que ésta se produjese por los efectos de una "inesperada recesión", como achacaron algunos de los entonces integrantes del equipo de supervisión del Banco de España investigados.