¿Es posible el georgismo en pleno siglo XXI?
El georgismo, tal y como lo concibió Henry George en el siglo pasado, no es posible. Ciertos principios básicos, sí.
¿Cuáles?
Gravar lo más cerca posible del 100% la renta de la tierra y los recursos naturales. Es lo que también propone Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía.
¿Alcanzaría para pagar todos los gastos del Estado?
Por su puesto que no, porque hay cosas nuevas que hay que gravar también, como el espectro radioeléctrico, que no existía en su época.
¿Por qué el impuesto sobre el suelo hubiese impedido la burbuja inmobiliaria en España?
El valor de la tierra es la renta capitalizada. ¿Por qué vale la tierra? Vale porque se puede alquilar y apropiar. Si el Estado se lleva parte de esa renta, entonces el valor cae matemáticamente y, por tanto, la burbuja inmobiliaria sería mucho menor. En todos los países donde hay propiedades privadas ha habido burbuja inmobiliaria, pero en pocos estados ha sido tan grave como en España porque la imposición de la renta del suelo es muchísima mayor.
¿En qué se materializa esa diferencia?
Para darse cuenta de la gravedad, hay que ver algunas cifras. Singapur tiene 7.713 habitantes por kilómetro cuadrado, Hong Kong 6.629; Corea del Sur 518; Holanda 500 e Israel 380. Ninguno de estos países tiene problemas de vivienda. España, en cambio, con 93 habitantes por kilómetro cuadrado, sí. Hay un millón de casas vacías y gente que no puede comprarlas.
¿Está el suelo secuestrado?
Está secuestrado en manos privadas. Si se quita a la vivienda el valor del suelo, éstas serían mucho más baratas y no habría problemas de especulación. Los políticos quieren resolver el problema de la vivienda sin tocar la especulación con el suelo porque no se atreven y precisamente atacándola es como se resuelve.
¿Y la banca?
La banca es un partícipe necesario, porque la especulación no hubiera sido posible si no hubiese financiado. Y los políticos quieren resolver el problema con parches. Dan viviendas protegidas acá y allá cuando en realidad todas deberían ser protegidas. En Corea del Sur, por ejemplo, se tomaron medidas radicales. Se calculaba el valor de la tierra y se gravaba el aumento del mismo. Había que pagarlo aunque no se vendiera la tierra. Así se terminó con la especulación, pero en España ningún partido lo propone.
¿Y por qué no lo hacen?
Porque todos están comprometidos. El PP y el PSOE porque fueron los que permitieron la burbuja. Ciudadanos ni toca el tema y Podemos, que sí reconoce el problema, no se atreven con el tema de la especulación inmobiliaria. Propusieron que habría que tomar medidas con quienes tenían más de diez apartamentos sin alquilar. Yo les digo: ¿Y los que tengan nueve?
¿Estamos caminando hacia otra burbuja inmobiliaria?
Sí. Estamos volviendo a otra, dando los mismos pasos y todas terminan igual: con un estallido.
¿Con un sistema fiscal así cabe eliminar el resto de tributación?
Habría que bajarla. Los tributos al consumo son impuestos a los pobres. Los portugueses lo han bajado y aquí se puede reducir del 15% al 21%. También se podría suprimir el impuesto a los salarios.
¿Por dónde habría que comenzar a implantar este sistema?
Habría que empezar con las propiedades comerciales, que en España están infragravadas. Al empezar, habría que dejar fuera del esquema a los pequeños propietarios para evitar la resistencia porque el gran propietario lo que hace es buscar el apoyo de los pequeños.
¿Cuánto se recaudaría con este modelo tributario?
Estableciendo una tasa promedio del 2% sobre el 80% del valor comercial se recaudaría 49.000 millones. Si se aplica un 3%, se podrían obtener 73.000 millones. Una cifra más que suficiente para reducir al mínimo el IRPF, bajar el IVA y financiar una renta básica.
¿Con el impuesto a la tierra habría menos evasión fiscal?
La evasión fiscal con el impuesto a la tierra es imposible porque el suelo no lo puedes llevar a un paraíso fiscal, no lo puedes esconder.
¿Por qué los ciudadanos no claman por un cambio así?
Los ciudadanos se dan cuenta de lo que pasa, pero no de cuál es la solución. No lo saben. Además, la gente no reclama porque de alguna forma el pequeño propietario es cómplice del gran propietario porque él también tiene su pequeño apartamento que se valoriza con la especulación inmobiliaria. Hay una especie de silencio de los corderos frente al gran especulador.
El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, defendió eliminar los estímulos monetarios, ¿está España preparada?
Mientras no haya una reforma del sistema fiscal, no se pueden tocar los estímulos monetarios porque es lo único que va a salvarnos de la crisis. Y no hay más salida.
