La segunda mayor aerolínea alemana en número de pasajeros, la gigante Air Berlín, operará los últimos vuelos de su larga historia, cuyo origen se remonta a la década de los años veinte del siglo pasado, el próximo día 28. Así lo adelantaron ayer fuentes de la compañía, ya declarada insolvente, a la agencia Reuters. De momento, según explicaron estas fuentes, las conversaciones con Lufthansa -su hasta ahora mayor competidora y principal aerolínea no ya de Alemania, sino incluso de toda Europa- y easyJet, que intentan adquirir los activos de Air Berlín, siguen adelante, si bien no terminan de cristalizar.

En lo tocante a Canarias, el impacto de la bancarrota de la firma germana ha quedado amortiguado por la entrada en el mercado regional de la aerolínea de bajo coste Niki. La empresa con sede en Austria que creó el expiloto de Fórmula 1 Niki Lauda, que lleva colaborando con Air Berlín desde 2004, asumió la operativa de los vuelos de la entidad berlinesa con salida o destino en el Archipiélago desde el pasado marzo. Desde Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) explicaron ayer que Niki heredó de Air Berlín rutas con cuatro de los ocho aeropuertos de la Comunidad Autónoma, los de Gran Canaria, Tenerife Sur, Lanzarote y Fuerteventura. Fuentes del ente estatal que depende del Ministerio de Fomento agregaron que el hecho de que Niki cogiera las riendas de los vuelos de la firma en bancarrota resta trascendencia al anuncio del final de Air Berlín el próximo día 28, ya que en AENA cuentan con que la empresa de Lauda continúe ocupando el espacio que dejó la aerolínea alemana en la región.

El sector convulsiona

Hay que recordar, en cualquier caso, que el capítulo de Air Berlín es solo uno de los varios que han dado lugar a cierta convulsión en el sector. En consecuencia, también la economía canaria, altamente dependiente del turismo y, por tanto, de las conexiones con el exterior, mira estos días con cierta preocupación el futuro tras la quiebra de Monarch Airlines -que el pasado día 2 anunció el cese en sus operaciones-, los problemas financieros de Alitalia, que amenaza caer como Air Berlín, o las numerosas cancelaciones de la compañía de bajo coste por excelencia, Ryanair, envuelta en un conflicto con parte de sus trabajadores.