En los meses previos al estallido de la crisis -allá por 2007- dos bancos, Deutsche Bank y Bankinter, lanzaron una agresiva oferta comercial para un crédito hipotecario que incluía un diferencial sobre el euribor extremadamente exiguo. Era solo del 0,17%, el más bajo que se llegó a vender. Lo que no alcanzaron a anticipar los ideólogos de aquella campaña es que el euribor (que por aquel entonces rozaba 5%) iba a derrumbarse de tal manera que se iba a llegar a comer todo ese porcentaje. Ya ha ocurrido. El tipo de interés al que están referenciados la mayor parte de los créditos inmobiliarios en España cerró octubre en el -0,18%. Por el momento los bancos aseguran que los clientes que estuvieran acogidos a esas ofertas dejarán de "pagar intereses". Aunque, las organizaciones de consumidores advierten de que van a vigilar de que no haya irregularidades.

Deutsche Bank asegura que el hecho de que los clientes acogidos a aquella oferta dejen de pagar los intereses responde una de las recomendaciones de la Asociación Española Bancaria (AEB), la patronal del sector. Parece que no se contempla devolverles el dinero. De hecho, en el caso de que el euribor continúe con su vertiginoso descenso y ya no haya intereses que se puedan comer la estrategia parece que será ir descontando la diferencia del capital que cada mes tiene que pagar el hipotecado por su préstamo.

La previsión es que el euribor continúe despeñándose. Ante este panorama las entidades financieras han optado por cambiar totalmente su estrategia y subir el diferencial que aplica a estos créditos o incluso incluir en los contratos lo que se conoce como "cláusula cero", un suelo para blindarse cuando el euribor esté negativo, como ocurre ahora.

Lo que en principio parece una buena noticia para los hipotecados, desde un punto de vista global, puede valorarse negativamente ya que las pérdidas que se originarán en los bancos, contribuirá a la inestabilidad del sector y a disminuir la eficacia de la política de muy bajos intereses del Banco Central Europeo (BCE). Esta situación origina pérdidas por las operaciones de estos préstamos ya que no solo no se cubrirá el coste de los fondos que tienen que disponer para financiar la operación sino tampoco los costes de personal.