Canarias se queda sin suelo para colocar parques eólicos, pero está rodeada por un océano infinito. Este concepto es el que ha llevado al consejero de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento del Gobierno de Canarias, Pedro Ortega, a promover en Madrid la idea del Archipiélago como banco de pruebas para la eólica off shore y convertirse en el primer campo de eólica.

Así lo señaló este viernes durante la celebración del Foro LA PROVINCIA celebrado en el Hotel Santa Catalina de la capital grancanaria con el patrocinio de Gas Natural-Fenosa, RIU, la Universidad Fernando Pessoa, Astican y Satocan.

Bajo el título Una Canarias ilusionante, Ortega ofreció una conferencia en la que desgranó los logros alcanzados por su equipo a lo largo de los más de dos años que ha cumplido como integrante del equipo que dirige el jefe del Ejecutivo del Archipiélago, Fernando Clavijo.

El consejero estructuró su intervención en cuatro partes fundamentales: los avances en el ámbito del Régimen Económico y Fiscal (REF), el incremento de las fuentes de energía limpias en el mix energético de las Islas, los preparativos para la internacionalización de la economía isleña y el apoyo a la modernización y fortalecimiento de la pequeña y mediana empresa.

Ortega enfatizó en los avances logrados en la instalación de potencia renovable en las Islas, con el desbloqueo en solo un mes de un proceso que llevaba atascado "diez años" en solo un mes. En ese cambio de modelo energético hacia uno "más barato y menos contaminante", destacó la salida a información pública, "hoy misma", de las obras para la construcción de la red de aire propanado que la empresa Redexis Gas promueve en Telde.

Insistió, además, en la conveniencia de contar con el gas natural licuado como tecnología de respaldo para completar la demanda en la proporción en que no puedan hacerlo las renovables y al respecto recordó que el objetivo del Ejecutivo es que el 45% de la energía suministrada en 2025 provenga del viento, el sol u otras fuentes naturales.

El resto lo continuarán proporcionando los combustibles fósiles. "¿Por qué no contar entonces con uno que sean más barato y menos contaminante?", se preguntó.

Pedro Ortega atribuyó ambas características al gas, cuya existencia en las Islas, en nada afecta al despliegue de renovables, según explicó. "Si la central de Granadilla se hubiese construido en 2009, habríamos ahorrado 50 millones de euros por año. Hasta 2016 esa reducción del coste habría alcanzado los 383 millones de euros, mientras que la regasificadora cuesta entre 270 y 300 millones de euros", recalcó. Con esas cuentas, el consejero de Economía no halló explicación a "por qué estamos despreciando".

En ese contexto de penetración de renovables, el integrante del equipo de Clavijo abundó sobre las limitaciones del territorio por el alto grado de protección medioambiental que tiene Canarias y las servidumbres aeronáuticas, sobre todo en Gran Canaria, que impiden colocar aerogeneradores por interferir con la seguridad del tráfico aéreo.

Por ello, explicó la conveniencia de explorar las posibilidades del océano como campo eólico. En este caso, además, expuso el potencial del Archipiélago como campo de pruebas. Con el aliciente de que en las Islas es factible llegar a la base del molino con mayor facilidad que en Escocia, donde abundan los temporales y la distancia hasta la costa puede ser de unos 30 kilómetros. "Aquí estamos a entre tres y seis", resaltó Pedro Ortega.