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Turismo Balance y perspectivas tras siete años de 'vacas gordas'

Canarias gana un millón de turistas más cada año entre 2011 y 2017

El presente año alcanzará los 16 millones de visitantes

Zona de facturación en el aeropuerto de Gran Canaria. QUIQUE CURBELO

En 2009, el impacto de la crisis económica en el turismo hizo que el número de visitantes que viajaban a Canarias descendiera desde los diez hasta los ocho millones. El dato alarmó al sector, que reaccionó igual que en cada recesión anterior, echando responsabilidades fuera y reclamando mayor inversión y apoyo del sector público.

Sin embargo, apenas ocho años después, esa cantidad está a punto de duplicarse, ya que las previsiones apuntan que 2017 se cerrará con 16 millones de turistas. O rozará esta cifra. Las Islas, por tanto, han ido ganado un millón de visitantes de media cada año desde la reactivación de la actividad turística, en 2011, hasta la actualidad.

¿Qué ha hecho posible ese crecimiento espectacular y sostenido durante estos siete años de vacas gordas? En este periodo, el turismo ha estado sometido a tensiones de nuevo cuño que han afectado a las reglas del juego que regían, hasta ahora, esta industria global "sin chimeneas". La irrupción del terrorismo y de la economía colaborativa son los dos fenómenos que han revolucionado el mercado turístico, modificando flujos y hábitos. Y la revalorización de Canarias como uno de los destinos vacacionales líderes tiene que ver, precisamente, con el primero de ellos.

La seguridad es, a día de hoy, el gran valedor del éxito turístico de las Islas en esta segunda década del milenio. Gracias a ella, se benefició del desvío de turistas tras la primavera árabe, las manifestaciones que se sucedieron en diversos países a partir de 2010. Y a las que sucedieron atentados yihadistas en hoteles, museos y playas de importantes destinos competidores: Túnez, Egipto o Turquía, pero también en emblemáticos referentes turísticos europeos como París, Londres e incluso Barcelona.

El balance para Canarias no puede ser más gráfico: se convierte en el destino preferido por los viajeros europeos, por encima de la capital francesa o la ciudad turística italiana por excelencia: Venecia, en número de pernoctaciones (más de cien millones ya). Y en este mismo indicador, tres municipios turísticos de Canarias integran el ranking de los ocho más importantes de España: San Bartolomé de Tirajana, Adeje y Arona.

¿Dónde está el límite?

El peso específico que, por su seguridad y clima, ha ganado Canarias en el mercado turístico internacional, ha provocado que en los últimos tiempos se alcen en las Islas algunas voces para verbalizar lo que piensan muchos: "¿Dónde está el límite?". Los empresarios turísticos no quieren, en general, que se plantee siquiera la pregunta. Y, de hecho, reaccionaron con el frentismo habitual cuando fue el propio Gobierno canario el que habló de la necesidad de realizar un estudio sobre la capacidad de carga de las Islas. El consejero de Turismo, Cultura y Deportes, Isaac Castellano, puntualizó en sede parlamentaria: "Pese a que este año se podríamos alcanzar los 16 millones de visitantes, no es cierto que no quepa un turista más". Y matizó que su propuesta se refiere a un estudio "a largo plazo".

Entre quienes apuestan por establecer o no límites a la actividad turística, dos portavoces se han significado por sus opiniones: "No hay ningún motivo para pensar que no podamos con 20 millones de turistas o más", soltó el vicepresidente de Binter, Rodolfo Nuñez, a mitad de año. "Hay síntomas de agotamiento del sector turístico", opinó sin embargo el presidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife al presentar su boletín de la situación económica de Canarias. Y Santiago Sesé añadió: "Canarias está rozando sus límites de crecimiento". Y recomendó poner el acento en "las reformas estructurales pendientes" del sector (renovación de la planta alojativa, pero también de los espacios públicos) o "evitar el uso ineficiente de los recursos públicos existentes" destinados al turismo (el Plan de Infraestructuras Turísticas no termina de dotarse de las inversiones que precisa).

¿Menos turistas o más gasto?

En lo que sí coincidieron ambos dirigentes empresariales fue en la necesidad de "incentivar que los turistas que vienen consuman más". O en palabras de Rodolfo Nuñez: "Lo que importa en realidad no es cuántos entran, sino el tiempo que se quedan y cuánto gastan".

La respuesta a la gran pregunta requiere, efectivamente, un análisis de otros indicadores turísticos, además del número de turistas. Entre ellos el gasto, que en los primeros diez meses de 2017 creció un 17% frente al 7% del incremento de viajeros durante el mismo período. En lo que va de año, los ingresos por la actividad turística han ascendido a 13.700 millones frente a los 14.600 millones que obtuvo en 2016. Pero tanto Baleares, como Cataluña pese a perder turistas, obtienen mayor gasto acumulado que Canarias (18 y 22%).

Según la interpretación del sueño del faraón (tras siete vacas gordas, las siete vacas famélicas), al septenio de bonanza sucede el mismo período de escasez. En economía se recurre con frecuencia a la profecía bíblica para advertir sobre los riesgos de euforia. Y en esta tesitura se encuentra precisamente el turismo canario, que más pronto que tarde tendrá que afrontar el retorno al "marco de competencia normalizada" en expresión del empresario Gabriel Escarrer.

Algunos analistas sostienen que la recuperación de dos destinos competidores como Egipto y Turquía supondría para Canarias perder en torno a dos millones de "los turistas prestados".

Y hay otros síntomas: en un estudio de Rumbo sobre los destinos cálidos preferidos por los españoles para pasar las Navidades, Canarias ni aparece pese a su fortaleza actual. Y el precio, que junto a otros indicadores también se ha disparado en Canarias en estos años de sucesión de récords, podría ser un factor añadido de pérdida de competitividad, como vienen advirtiendo turoperadores y expertos.

El balance del 2017 y de los seis años previos de éxito turístico abre, en fin, nuevos interrogantes sobre el futuro del sector: ¿Podrá Canarias mantener su liderazgo en un escenario de competitividad normalizada? Cuando la hubo, desde el inicio de siglo hasta la crisis, se estancó en diez millones de turistas y fue incapaz de renovar su planta obsoleta. Lo ha hecho (a medias) en los últimos años por la presión de la demanda, no por la conciencia de necesidad de cualificar la oferta. De ahí que, al hablar de sostenibilidad, lo conveniente sería debatir sobre el techo y el suelo del turismo canario. Porque, si en lugar de 20 millones volviéramos a 10, ¿cuánto empleo perdería su economía, cuya tasa de paro sigue por encima del 21%?

El lugar de las Islas en el mapa turístico mundial

  • Con sus 15 -16 millones de turistas, Canarias representa el 1,2% del total en el mapa turístico mundial. Una cifra nada despreciable si se la compara con el conjunto de África (salvo los países integrados en Oriente Medio), a dónde viajan cada año sólo 58 millones de turistas. Pese a la inmensidad del continente y a la enorme variedad y riqueza de sus atractivos turísticos, supone apenas el 5% del total. De hecho, países con un altísimo potencial turístico como Marruecos reciben cinco millones de turistas menos que las cercanas Islas Canarias. Por su parte, a todo Oriente Medio (que incluye destinos de la envergadura de Egipto o Turquía) se trasladan cada año para pasar sus vacaciones otros 50 millones de viajeros (el 4%). Las dos Américas y Asia se reparten el 16% y 25% por ciento: 300 y 200 millones de turistas respectivamente. Pero el primer receptor mundial de turistas es, con diferencia, Europa. Recibe 615 millones de turistas al año, entre los que se incluye, evidentemente, los que lo hacen a las Islas Canarias. Un destino situado, sin embargo, en una zona geográfica alejada de las dos grandes focos turísticos de Europea: el Báltico y el Mediterráneo. Escogen el viejo continente la mitad de los 1.200 millones de personas que viajan por el mundo. Que serán 1.50 millones en el 2020, según las previsiones de la Organización Mundial del Turismo. La comparativa de estos datos fue la que llevó en una ocasión al conejero Enrique Martinón, uno de los empresarios canarios más internacionalizados con inversiones también en Cuba, República Dominicana o México, a decir: "Ya tiene mérito que unas islas perdidas en el Atlántico tengan los millones de turistas que reciben cada año".

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