El secretario general de PSOE, Pedro Sánchez, avivó ayer el debate sobre el futuro de las pensiones españolas, cuya sostenibilidad económica está en cuestión. El líder socialista propuso reforzar la financiación del sistema con la creación de dos impuestos: uno para gravar las transacciones financieras (las operaciones de compraventa de valores y otros instrumentos) y otro sobre la banca. "Los españoles han tenido que rescatar al sistema financiero con el sudor de su frente, por lo que es justo también que el sector contribuya a sostener el sistema público de pensiones", argumentó Sánchez. Su propuesta suscitó el rechazo del PP y de Ciudadanos, evidenciando las profundas diferencias que mantienen los partidos sobre la forma de apuntalar las cuentas de las pensiones.

El planteamiento del PSOE llega después de que el Gobierno desvelara que este año tendrá que inyectar un préstamo de 15.000 millones de euros en la Seguridad Social para cubrir el déficit del sistema de prestaciones. La idea socialista de crear nuevos impuestos para aligerar ese agujero generó una réplica inmediata del Gobierno. El secretario de Presupuestos y Gastos, Alberto Nadal, defendió que lo que sostiene a las pensiones "no es la creación de impuestos, que destruyen empleo y reducen el crecimiento, si no las aportaciones de empresarios y trabajadores al sistema de la Seguridad Social". El Gobierno cree que la mejora del mercado laboral es el estribo sobre el que apoyar el futuro del sistema de pensiones español. "Lo que sostiene las pensiones son los 20 millones de españoles que trabajan y mejor si son 22 millones", dijo Nadal.

Pedro Sánchez considera que es justo que la banca ayude a financiar las pensiones después de que el sector financiero español fuera rescatado con 60.000 millones de euros de dinero público durante la crisis y recordó que países como Francia y Reino Unido disponen de tasas similares. Según los cálculos del PSOE, con la creación del impuesto a la banca se podrían recaudar entre 800 y 1.000 millones de euros anuales, que habría que sumar a los de la tasa por transacciones financieras. Entre las dos se podrían recaudar 2.745 millones. Sánchez no precisó de qué manera se podría evitar que tales gravámenes acabasen, aguas abajo, recayendo sobre los ciudadanos y las empresas, clientes de la banca, a través de una encarecimiento del crédito o de mayores comisiones. El líder de los socialistas se reafirmó además en la necesidad de corregir la reforma del sistema de pensiones del PP, que desde 2014 desvinculó la actualización de las prestaciones de la inflación.

Pablo Iglesias, líder de Podemos, no rechazó la creación de los impuestos, pero reprochó a Sánchez que haya "copiado" del partido morado la idea de crear un impuesto a la banca con el mismo objetivo. Y animó al líder socialista a presentar "mañana mismo" una iniciativa conjunta en el Congreso. "Es una buena noticia que otros partidos hagan suyas nuestras propuestas. Los impuestos a la banca son una necesidad democrática, social y económica", aseguró Iglesias en un mensaje difundido por "Twitter".

Ciudadanos lo rechaza de plano. El secretario general de esta formación, José Manuel Villegas, rechazó la iniciativa y censuró que a los socialistas siempre se les ocurra la fórmula de subir los impuestos para solucionar los problemas de España. "Hay que esforzarse un poco más", aseguró.

Los partidos políticos no han llegado a ningún acuerdo relevante sobre las pensiones después de un año de trabajos y debates en la Comisión del Pacto de Toledo, cuyas conclusiones aún no se han redactado.