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La reactivación de la competencia turística frenará la economía en 2018

La reactivación de la competencia turística frenará la economía en 2018

Turquía, Túnez y Egipto restarán varias décimas al alza del PIB a partir del segundo semestre

El turismo seguirá siendo un año más el principal motor de la economía canaria, pero el motor no puede continuar aumentando su potencia en la medida en que lo ha hecho en los últimos ejercicios. La reactivación de la competencia de países como Turquía, Túnez o Egipto -este último en menor medida- restará negocio a la primera industria del Archipiélago y, en definitiva, será el principal factor de la ralentización de la economía regional en 2018.

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), cuya división tinerfeña preside José Carlos Francisco, calcula que el Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunidad Autónoma cerró 2017 con un crecimiento de un 3,3%, tres décimas por encima del incremento experimentado un año antes. Un dato notable que tiene su explicación en el extraordinario comportamiento del turismo, con prácticamente 16 millones de visitantes a lo largo de 2017, y con el no menos "extraordinario", en palabras del propio Francisco, crecimiento del empleo, con 40.000 nuevos puestos de trabajo, una cifra "brutal", subrayó el que fuera consejero de Hacienda del Gobierno autonómico. Sin embargo, y aunque continuará al alza, la economía isleña habrá crecido a fecha del próximo 31 de diciembre solamente un 2,5%, es decir, ocho décimas menos. Una pérdida de fuerza que se hará notar sobre todo a partir del segundo semestre y especialmente en el último trimestre del ejercicio, cuando los destinos turísticos que compiten abiertamente con Canarias, lastrados hasta la fecha por la inestabilidad e incluso el terrorismo internacional -los atentados en Egipto, por ejemplo, han dejado centenares de muertos-, habrán recuperado definitivamente su imagen a ojos del turista internacional. ¿Quiere esto decir que el turismo irá mal en las Islas? Ni mucho menos, pero sí que será ya imposible mantener las cifras de crecimiento de los últimos ejercicios, en los que se batieron récords año tras año.

Esa cierta ralentización del extraordinario pulso de la primera industria canaria está detrás, al menos en parte, de la menor creación de puestos de trabajo que prevé la CEOE. Frente a esos 40.000 nuevos empleos de 2017, la cifra en 2018 se quedará en alrededor de la mitad, unos 20.000, una cantidad que, eso sí, permitirá reducir la tasa de paro a alrededor de un 20%, lo que supondría cerrar el ejercicio con la tasa de desempleo más baja desde finales de 2008, esto es, la tasa más baja del último decenio.

En la presentación del Informe de coyuntura correspondiente al último trimestre de 2017 y de las previsiones de la patronal de cara a este año, acto en el que también estuvo presente el director territorial de Cajamar en Canarias, Sergio Durán, el presidente de CEOE-Tenerife hizo hincapié en que "no puede exigírsele al turismo un crecimiento como el de los últimos cuatro años", de ahí esa menor previsión de nuevos puestos de trabajo.

No obstante, José Carlos Francisco puntualizó que, en cambio, el sector de la construcción, el más depauperado por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y los muchos años de crisis económica, "tiene un larguísimo recorrido por delante en el empleo". Algo que ocurre también en el caso de la actividad de la Administración, en definitiva en la obra pública, que se reactivará durante el año y que aunque no lo haga hasta cifras extraordinarias, sí será suficiente como para compensar en mayor o menor medida la ralentización turística.

Así pues, el binomio que forman la obra pública y la construcción -pendiente de que se destraben definitivamente los problemas burocráticos y políticos que han impedido la firma de, por ejemplo, el convenio de carreteras- servirá para crear nuevos puestos de trabajo.

El presidente de la patronal, que también estuvo acompañado por José Alberto León, de la consultoría Corporación 5, también destacó en lo positivo dos aspectos que tienen mucho que ver con las economías familiares. Por un lado, el proceso de desapalancamiento que ha permitido reducir el endeudamiento privado -familias y empresas- desde los 80.000 a los 36.000 millones; por otro, el repunte del consumo, que "seguirá al alza" y que, de hecho, ya se está notando en un incremento de las importaciones.

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