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Un nuevo virus alerta a los productores de calabacines

La nueva enfermedad, que puede infestar al tomate o al pepino, detiene el crecimiento de la planta y arruga la piel del fruto

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Un nuevo virus alerta a los productores de calabacines

Un nuevo virus inquieta al sector agrícola del Archipiélago. Los productores de calabacines de las Islas trabajan a destajo para evitar que la nueva enfermedad que daña a sus explotaciones se propague más e infeste a otros cultivos como el tomate o el pepino. Una nueva sintomatología en las plantas del calabacín hizo sospechar que una nueva afección de etiología viral había desembarcado en Canarias y los análisis practicados por el servicio de Sanidad Vegetal de la Dirección General de Agricultura del Ejecutivo regional confirmaron las sospechas. El virus del rizado Nueva Delhi (ToLCNDV), instalado en Península y en Marruecos desde hace años, causa estragos en la agricultura canaria a través de la mosca blanca ( Bemisia tabaci), el agente vector que lo transmite y que está presente en las Islas desde finales de los años 90.

El virus, que afecta al desarrollo normal de la planta y dificulta la obtención de frutos para el comercio, trae de cabeza a los agricultores del sureste de Gran Canaria. Es allí donde está localizado el foco -afecta a los municipios de Ingenio, Agüimes, Santa Lucía de Tirajana y San Bartolomé de Tirajana-, pero las labores de prevención se extienden al resto de producciones e islas. "Su presencia es una muy mala noticia. Su detección nos retrotrae a los inicios de la década del 2000, cuando la llegada del virus de la cuchara acabó con más de la mitad del cultivo del tomate y con muchos productores", apunta el portavoz de la Federación Provincial de Asociaciones de exportadores de Productos Hortofrutícolas de Las Palmas (Fedex), Gustavo Rodríguez.

Las hojas de las plantas jóvenes se acucharan hacia el envés; la mata, en la que se percibe un cierto amarillamiento, detiene su desarrollo y la piel del calabacín se vuelve rugosa. Este fruto, que se produce principalmente en Tenerife y en Gran Canaria -donde se cultiva en 216,6 y 145,4 hectáreas, respectivamente- se destina tanto al comercio local como a la exportación. En 2017 se enviaron al exterior 620,4 toneladas, un 55,8% más que un año antes. Los principales receptores son Reino Unido y la Europa continental.

El virus ataca a las plantas cucurbitáceas -calabacín, calabaza, pepino o melón- y solanáceas -tomate o pepino-. Por eso la alerta es máxima en el sector, que pide medida contundentes porque el virus puede afectar a algunos de los principales cultivos de exportación de las Islas y ocasionar "daños irreparables". Los agricultores temen que hasta que el virus no alcance a otras islas, como Tenerife, no se vaya más allá de acciones puntuales.

El 7 de marzo se hizo un muestreo con calabacines de la cooperativa Colican. El resultado fue positivo y personal de Sanidad Vegetal se desplazó hasta la zona para hacer más prospecciones en cultivos próximos. Una vez que se comprobó que el virus estaba ya diseminado, los especialistas mantuvieron una reunión con los afectados para que comenzaran a tomar medidas y evitar que el daño sea mayor. La experiencia de Murcia y Almería, donde esta enfermedad ha causado auténticos estragos, sirve de referencia para dar los primeros pasos. De hecho, el Gobierno canario traerá a técnicos de esta zona para que participen en mayo en unas jornadas que están organizando en Gran Canaria y en Tenerife.

Malestar en el sector

El malestar dentro del sector es evidente. Algunas fuentes indican que no existen controles suficientes para evitar que una nueva enfermedad se asiente en las Islas. Desde Sanidad Vegetal señalan, en cambio, que hay muchos planes de prevención y que los cauces oficiales de importación "están regulados y controlados". El objetivo del departamento ahora es controlar porque erradicar la enfermedad es ya "muy complicado". Cada vez que se asienta una nueva enfermedad en el campo se produce un "pico de virulencia" y es "muy probable" que ésta, localizada de momento en Gran Canaria, llegue a otras islas.

Rodríguez sostiene que desde un punto de vista epidemiológico "todo apunta a que se comporte como lo hizo el virus de la cuchara" y recuerda que el ToLCNDV ya ha causado destrozos en el tomate de India, en el pimiento de Pakistán, en el calabacín, calabaza y pepino de Indonesia y en el melón de Taiwán.

La técnica agrícola de la cooperativa Yeoward, Laura Betancor, explica que para minimizar el impacto del virus se están adoptando varias medidas. De un lado, aquellas destinadas a controlar las poblaciones de mosca blanca mediante el uso de insecticidas y, en algunos casos, de la lucha biológica con depredadores como el bicho verde ( Nesidiocoris tenuis) o paracitoides ( Eretmocerus eremicus). La eliminación de las plantas infestadas y el tratamiento con hervicidas para acabar con las malas hierbas son también acciones fundamentales para lograr buenos resultados. Desde Sanidad Vegetal recomiendan, además, embolsar las plantas afectadas y cerrar los invernaderos o instalar dobles puertas para evitar que aumente la población del vector.

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