El Partido Socialista (PSOE) dio ayer su público e implícito apoyo a una eventual huelga general por medio de una de sus voces más autorizadas. Momentos antes de que la manifestación con motivo del Primero de Mayo -Día Internacional de los Trabajadores- echase a andar desde la céntrica plaza Weyler por las principales calles de Santa Cruz de Tenerife, el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos -uno de los pesos pesados en Ferraz y en el equipo de Pedro Sánchez-, afirmaba que los sindicatos tienen razones suficientes para llamar al paro laboral a los trabajadores del país. Las palabras del número dos socialista, que escogió la capital tinerfeña para celebrar el Primero de Mayo junto con el secretario general del partido en la Comunidad Autónoma, Ángel Víctor Torres, y su homólogo en Tenerife, Pedro Martín, casi coincidieron en el tiempo con la advertencia del secretario de la Unión General de Trabajadores (UGT) en Canarias, Gustavo Santana, quien también instantes antes de que las alrededor de 3.000 personas que secundaron la manifestación se pusieran en marcha, ya había avisado que la huelga general es una posibilidad que los sindicatos estudian con detenimiento.

Es más, Santana incluso advirtió que la jornada de paro generalizado será realidad hacia final de año si el Gobierno central no corrige el rumbo de sus políticas y no deroga las reformas laborales, que a su juicio han debilitado tanto la posición de los trabajadores en las relaciones con la empresa como el papel de los sindicatos en su defensa. "La economía crece por encima del 3% y, sin embargo, esa recuperación no está llegando al empleo, a los salarios ni a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres", argumentó el líder de UGT en el Archipiélago, que puso énfasis en que no basta con la creación de empleo si este empleo no es efectivamente "de calidad", de modo que en la actual situación todo parece "abocado", agregó, "a una huelga general". Santana incluso aprovechó para hacer un llamamiento a la "unidad sindical" de cara a esa posible convocatoria a los trabajadores, una unidad que sería clave para el éxito o fracaso de la medida.

De hecho, la pancarta que portaba la cabecera de la manifestación que recorrió Santa Cruz rezaba: "Unidad sindical por los derechos laborales y pensiones dignas". Un eslogan que ya de por sí era una declaración de intenciones y una demostración de fuerza que secundaron varios miles de tinerfeños (en los sindicatos hablaron de algo más de 5.000). UGT, Comisiones Obreras (CC OO), Intersindical Canaria e incluso Sindicalistas de Base -organización que nació precisamente tras la escisión de CC OO en Tenerife a causa de las disputas y diferencias en la Federación de Comercio y Hostelería- estuvieron juntos en apoyo a una marcha en la que hubo también banderas del Partido Comunista, de la Unificación Comunista de España (UCE) y hasta algún que otro rostro del Che Guevara sobre el repetido lema del "Hasta la victoria siempre".

Y casi de la mano de los representantes sindicales caminaron junto al resto de los manifestantes varios nombres propios del PSOE en las Islas: también los de la diputada regional Patricia Hernández, que fuera vicepresidenta del Gobierno autonómico hasta su destitución en diciembre de 2016; la vicesecretaria de Acción Política del partido en el Archipiélago, Nira Fierro; el secretario de Relaciones Internacionales en Ferraz, Héctor Gómez; o la diputada en Cortes Tamara Raya, entre otros. Como viene siendo habitual cada Primero de Mayo, el PSOE -cuyo origen histórico está indisolublemente unido al de la UGT- casi acaparó los rostros de políticos que apoyaron la manifestación en la capital tinerfeña.

Fue José Luis Ábalos quien ejerció a modo de portavoz de la comitiva socialista, un Ábalos que con su desplazamiento a Canarias puso rostro al apoyo de Ferraz a Torres ahora cuando los partidos comienzan a tomar posiciones de cara a la cita electoral de mayo del próximo año. Con dos banderas republicanas al fondo y entre los primeros gritos de "¡Rajoy, escucha, el pueblo está en la lucha!", el secretario de Organización del PSOE reconoció abiertamente que los sindicatos tienen motivos para estudiar la posibilidad de una huelga general, fundamentalmente, explicó, por la poca consideración del gabinete del Partido Popular (PP) hacia los acuerdos y la concertación sociales y por cómo ha intentado arrinconar a los sindicatos en negociaciones de los ámbitos laborales.