Nuevo enroque de posturas encontradas en el Pacto de Toledo. La revalorización de las pensiones ha vuelto a dejar de manifiesto la dificultad para llegar a un consenso entre los partidos del arco parlamentario. El único acuerdo hasta ahora es que las subidas en el futuro deben tener como referencia la subida del coste de la vida pero ¿en qué momento debe aplicarse?, ¿también en tiempos de recesión? La incógnita debía despejarse en la reunión de ayer pero la decisión se ha vuelto a aparcar una vez más. Y eso que grupos como Unidos Podemos habían celebrado con anterioridad que varios puntos polémicos que se discutían en la comisión, como la posibilidad de una revalorización a diferentes ritmos en momentos de dificultad económica, habían desaparecido en la nueva redacción propuesta antes del encuentro, el cuarto borrador que se lleva a discusión sobre esta recomendación.

Sin embargo, según comentaron a la salida, tanto PP como PDeCAT, defensores de esa posible fórmula, pidieron volver a incluir ese aspecto en el texto redactar un quinto borrador.

Tampoco existe consenso sobre el papel que tendrían los elementos complementarios que se añaden al IPC en la subida de las pensiones (crecimiento de las pensiones , nuevas altas, etc) ya que el PP se opone a que se deje la inflación como único referente para todos los años.

El debate sobre la revalorización pues, tras quedar claro tras las manifestaciones de los pensionistas en febrero y marzo que ya no vale el índice establecido con la reforma de 2013 según la salud de las cuentas de la Seguridad Social, se alarga. Y ya van tres meses.

Además ayer sobrevolaba sobre el ánimo de los miembros del Pacto la sucesión en la presidencia del PP, que aconsejaba aparcar el debate hasta su resolución; y de otro lado, la afirmación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de financiar el déficit de la Seguridad Social a través de los impuestos que ayer la mayoría de partidos veía factible.