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Los canarios están entre los peores pagadores del Impuesto sobre la Renta

Solo los baleares empeoran el nivel de cumplimiento con el fisco, según un estudio de Fedea

Los canarios responden ante Hacienda peor que la media de los españoles al tributar por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Solo los baleares empeoran la respuesta ante el fisco, según el primer estudio académico que cuantifica los niveles de cumplimiento fiscal de las comunidades autónomas. Los resultados obtenidos por los investigadores de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), retratan un comportamiento divergente entre las regiones del Norte, por lo general más cumplidoras, y las del Sur.

Los factores que influyen de manera decidida son la estructura de las rentas, la edad de la población, la moral fiscal de los ciudadanos y en ocasiones también sus inclinaciones políticas. En sentido amplio, el estudio supone una aproximación al fraude individual a la hora de tributar. Los investigadores miden el cumplimiento fiscal comparando los ingresos declarados por los contribuyentes de cada comunidad autónoma con los niveles de renta que recoge la cuenta de los hogares dentro de las estimaciones del producto interior bruto (PIB).

La operación se ha realizado analizando los datos entre los años 2003 y 2014. De ese modo, el equipo formado por los economistas Julio López Laborda, Jaime Vallés y Anabel Zárate pudo conocer la evolución del comportamiento de los contribuyentes.

"Hay dos comunidades que muestran unos niveles de cumplimiento claramente inferiores a las restantes durante todo el período", destacan los economistas en referencia a Canarias, Baleares y también Cataluña. No obstante, el Archipiélago muestra una clara mejoría a lo largo de esos años, pasando del 64,3% de nivel de cumplimiento en 2003 al 71,6% en el último ejercicio incluido en la serie.

Sobre el comportamiento observado en tanto en las Islas como en Baleares, los autores del informe aluden al gran peso que tiene el turismo en sus economías. Ese protagonismo de un sector que demanda gran cantidad de mano de obra intensiva y escasamente cualificada provoca que las rentas salariales sean inferiores a las de otras regiones del país.

Sin ahondar en las causas específicas del resultado que arroja cada territorio, los investigadores sí reflexionan sobre los factores que influyen en el tamaño del fraude fiscal y extraen conclusiones que dejan traslucir, al menos en parte, la posición del Archipiélago. Entre ellas se cuenta la percepción que tienen los ciudadanos sobre la calidad de los servicios que sostienen con los impuestos que abonan.

De ese modo, una población más envejecida presenta mayor propensión a valorar las prestaciones públicas. "Este tramo de población", el de los mayores, "es el que recibe buena parte de los gastos públicos, en concepto de pensiones, dependencia y sanidad", remarca el estudio. Y la de Canarias es una población joven en comparación con la media estatal.

También la relación entre las rentas del trabajo y las de naturaleza empresarial o rendimientos como los alquileres resulta importante. En la medida en que abunden las primeras es menos probable el fraude, ya que tanto los salarios como las pensiones están sujetos a las pertinentes retenciones y, por tanto, a controles continuos y estrictos.

La información que manejan los expertos de Fedea no dejan espacio para las dudas. Mientras en toda España el nivel de cumplimiento fiscal respecto a los ingresos del trabajo es del 89,2%, el que se estima para el resto de las rentas se queda en el 35%. Depender de una nómina o una pensión deja escaso margen a la economía sumergida. La abundancia de dinero negro -no declarado- también tiene que ver con la incidencia del desempleo. Cuanto más elevado sea este, mayor posibilidad de que se produzca el salto de los ciudadanos al trabajo por cuenta propia de manera irregular.

La tentación de eludir las obligaciones con Hacienda también crece de manera proporcional al tamaño de la presión fiscal. "Cuando una comunidad ejerce competencias normativas al alza, se reduce el cumplimiento fiscal", apunta el informe sobre la capacidad que tienen las autonomías de subir el IRPF y otros impuestos.

En el año 2012, el Gobierno de Canarias retiró algunas deducciones y aumentó los tipos impositivos para las rentas elevadas. Se trataba de una carrera por encontrar los 800 millones de euros que hacían falta para cuadrar un presupuesto regional que se vio capitidisminuido a mitad de ejercicio cuando el primer Gobierno de Mariano Rajoy aprobó las cuentas estatales.

Por otra parte, el análisis permite a Laborda, Vallés y Zárate afirmar que el cumplimiento de la ciudadanía con el fisco "es mayor cuando es predominante la ideología de izquierdas" en el Gobierno. Sin abandonar la vertiente política, el documento contempla el comportamiento de los contribuyentes de Cataluña. En un década pasaron de estar entre los mejores pagadores del IRPF a convertirse desde 2009 en los terceros con peor comportamiento tributario. Además, se trata de la única región que no mejoró en 2014 los resultados que presentó en 2003. Si bien los autores solo apuntan los datos, es factible concluir que la línea de seriedad en el pago de los catalanes se ha ido torciendo en paralelo al incremento de las tensiones soberanistas auspiciadas por los últimos gobiernos regionales.

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