Jesús Nuño de la Rosa, presidente de El Corte Inglés, hizo ayer una apuesta por la "unidad" dentro del coloso español de la distribución comercial, tras un fin de semana de decisiones pensadas para pasar la página de la guerra de poder interno que han protagonizado accionistas y consejeros, con el anterior presidente, Dimas Gimeno, por un lado, y las hermanas Álvarez Guil, sus primas, como protagonistas principales del choque. La salida de Gimeno del consejo, pactada in extremis para evitar que se votara su expulsión en la junta, y otros cambios en el órgano de administración abren paso a un nuevo ciclo en el que, según Nuño de la Rosa, El Corte Inglés se volcará en el desarrollo de un nuevo plan estratégico.

Dimas Gimeno, sobrino del fallecido presidente Isidoro Álvarez e investido por éste como sucesor -le sustituyó a su muerte en 2014, aunque con una posición frágil en el capital, como han dejado ver los acontecimientos- fue destituido en junio al frente de El Corte Inglés, en una decisión promovida por las hermanas Álvarez Guil, hijas del anterior mandatario, y compartida por pesos pesados del consejo, como los veteranos directivos Florencio Lasaga y Carlos Martínez Echavarría. Gimeno emprendió acciones legales contra el consejo y el siguiente episodio del conflicto iba camino de ser que la junta de accionistas forzara ayer el final del expresidente de raíz asturiana como consejero. En la noche del sábado, sin embargo, Dimas Gimeno aceptó un acuerdo para poner fin a "toda relación jurídica" con El Corte Inglés a cambio de una indemnización millonaria. En las semanas previas se habían mantenido conversaciones en ese sentido que no fructificaron hasta última hora.

La compañía llegó a la reunión de accionistas de ayer con ese episodio zanjado y con otras propuestas para remodelar el consejo que fueron aceptadas por el 99% del capital representado en el cónclave. Se decidió en primer lugar la reincorporación de Carlota Areces Galán, representante de Celsar (sociedad accionista que pertenece a la familia Areces) que había sido expulsada en 2015 en el contexto de un enfrentamiento con Dimas Gimeno a cuenta de la entrada en el capital del jeque catarí Hamad Al Thani (10%), primer inversor ajeno a las familias primigenias y a las élites directivas de El Corte Inglés en tomar posiciones en la compañía. Fue uno de los capítulos de la gestión del expresidente y ya exconsejero que desencadenaron las diferencias internas.

La junta aprobó también la renovación por cinco años más de otros tres consejeros: Paloma García Peña, vocal de Cartera Mancor (7% del accionariado) y los directivos Florencio Lasaga y Carlos Martínez Echavarría. Estrechos colaboradores de Isidoro Álvarez y ambos octogenarios, Lasaga y Echavarría prolongan así su trabajo y su influencia en la administración de El Corte Inglés, quedando postergado un posible relevo del que se habló durante unas semanas. Florencio Lasaga preside el patronato de la Fundación Areces, tenedora del 37,39% del capital de la compañía y por ello primer accionista y elemento medular de la correlación de fuerzas. La sintonía entre el propio Lasaga y las hermanas Marta y Álvarez Guil, ambas pertenecientes al citado patronato (al igual que Dimas Gimeno) fue determinante para el desenlace de los acontecimientos de los últimos meses.

El consejo queda formado por once personas, una más que hasta ahora, debido a la incorporación de un nuevo miembro independiente. Se trata de Fernando Becker, catedrático de Economía y hasta el pasado febrero directivo de la productora, distribuidora y comercializadora de energía Iberdrola. Becker fue también consejero de Economía de Castilla y León y presidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO) cuando José María Aznar presidía el Gobierno de España. Coincidiendo con el relevo de Luis de Guindos, Fernando Becker sonó como uno de los posibles sustitutos del entonces ministro de Economía. Es un fichaje que refuerza la profesionalidad del consejo, al igual que ocurrió con la incorporación de Manuel Pizarro en 2014, primero como asesor de Isidoro Álvarez y después como consejero del grupo.

Jesús Nuño de la Rosa, que ayer presidió su primera junta de accionistas, expresó así el nuevo capítulo que se abre en El Corte Inglés: "Nuestra prioridad es consolidar la unidad como norma fundamental y base de nuestra fortaleza; unidad en el consejo de administración, en la dirección de la empresa y de nuestros empleados y colaboradores. Queremos que esa unión sea percibida por nuestros clientes y proveedores, por las instituciones y, por supuesto, por los accionistas".

Otra prioridad de la compañía, vino a decir también Nuño de la Rosa, es desplegar un plan estratégico que gira en torno a ser "el gran escaparate de las marcas, incluidas las propias" y a una apuesta por la llamada "omnicanalidad" (promoción tanto de las tiendas físicas como del negocio online). "Los consumidores requieren experiencias integradas entre el canal físico y el digital, sin fricciones, con idéntico acceso al catálogo y oferta comercial", remarcó. Tal estrategia incluye el estudio de oportunidades para crecer fuera de España.

El Corte Inglés, que en el último año mejoró su beneficio el 25% (hasta los 202 millones de euros) y elevó el 2,8% la cifra de negocio (15.935 millones de euros), encara desafíos como la competencia de Amazon y otras grandes plataformas digitales y la reducción de la carga de deuda.