El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, aseguró ayer que la banca española acatará cualquier decisión que adopte el Tribunal Supremo el próximo lunes sobre quién debe pagar el impuesto de actos jurídicos documentados cuando se firma una hipoteca, pero sí se mostró contrario a que un cambio de criterio pueda tener efectos retroactivos. Defendió que los bancos españoles se han movido en esta cuestión "de buena fe" y dentro del marco que establecía desde los años noventa la legislación, que asignaba el pago de ese tributo al solicitante de la hipoteca, y se han comportado "como un ciudadanos responsables" y "disciplinados". Este impuesto no forma parte de las cláusulas del contrato que formaliza la hipoteca sino de la aplicación del régimen tributario y "lo que es cierto es que no nos hemos beneficiado de ningún ingreso porque el pago del sujeto pasivo ha ido directamente a Hacienda".

Por ello, Goirigolzarri considera que si la banca ha actuado de buena fe cumpliendo con la legalidad "no ha lugar a la retroactividad". Si es Tribunal Supremo considera finalmente que hay que cambiar la legislación y modificar lo que se ha hecho hasta ahora se acatará por parte de las entidades financieras pero una decisión de ese tipo "no debe afectar al pasado". En este sentido puso como ejemplo la posibilidad con la que se produciría si hoy se redujese la velocidad máxima de circulación en España y a un conductor le multaran por haberla superado hace unos años.

Por otro lado, Bankia considera que la desaceleración que se está produciendo en el crecimiento de la economía española "no es alarmante", sino que responde al escenario que distintos servicios de análisis y también su propia entidad ya preveían tras varios años con avances del PIB superiores al 3%. Goirigorzarri ha restado importancia a que el producto interior bruto (PIB) de España vaya a crecer los próximos ejercicios algo menos que hasta ahora (según las previsiones Bankia, un 2,5 % tanto en 2018 como en 2019). "Este proceso de desaceleración se debe a varias razones: a que la economía española estaba creciendo por encima de su potencial y a que hasta ahora se veía beneficiada de una serie de factores muy positivos, como un precio del petróleo muy bajo, una política monetaria muy laxa y un crecimiento de la economía mundial muy equilibrado e importante", ha argumentado en un encuentro con periodistas en la capital grancanaria.

La dirección de Bankia considera que los juicios que antiguos ejecutivos del banco tienen pendientes por decisiones previas a la entrada del Estado en su capital en 2012 no van a dañar la imagen de su compañía, porque sus clientes "distinguen muy bien el pasado del presente". Para el presidente de la entidad, "si hablamos en términos de imagen, yo creo que no afectan a nuestras condiciones de negocio, porque la sociedad y nuestros clientes diferencian muy bien el pasado y el presente desde la perspectiva de gestión", ha argumentado tras la entrada en prisión de su antecesor en el cargo, Rodrigo Rato, y con el juicio pendiente por la salida a bolsa de Bankia en 2011.