CC OO denunció ayer la "precariedad" del sector agrícola, en general, y del tomatero, en particular, por la "pasividad absoluta" del consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Ejecutivo regional, Narvay Quintero. La secretaria de Acción Sindical, Mujer y Juventud, Esther Martín, lamentó que el responsable político se preocupe más por los empresarios que por la "miserable" situación de los 20.600 trabajadores de la actividad agrícola que, en muchos casos, viven con sueldos que apenas superan el salario mínimo.

El sindicato no solo puso de manifiesto que el incremento de las ayudas y compensaciones al sector agrario no se han traducido en una mejora de las condiciones laborales de los empleados, sino que también anunció la impugnación del convenio colectivo de empaquetadores de tomates de la provincia de Las Palmas -firmado por dos años con el apoyo de UGT y Sitca- "porque no se ajusta a derecho" y aleja el objetivo de lograr, al menos, una retribución de 14.000 euros anuales. El pacto laboral firmado, tras una congelación salarial de cuatro años, recoge una subida del 1,4% para 2018 con carácter retroactivo desde mayo, lo que supone un incremento mensual de 11 euros hasta alcanzar un sueldo de 740 euros; apenas diez céntimos por encima del salario mínimo interprofesional (735,90).

Martín explicó que en el pacto laboral de los tomateros se incluye "con una mala fe absoluta" un artículo que establece que las vacaciones se pagarán y cotizarán por las horas efectivas trabajadas y no por todo el periodo dado de alta. Esta "coletilla", aseguró, va en contra de una sentencia que el Tribunal Constitucional emitió en julio, por lo que el sindicato confía en que la Inspección de Trabajo actúe. La secretaria de Acción Sindical de CC OO se preguntó, a su vez, qué trabajadores del segmento -integrado por algo más de 2.000 personas-, han refrendado la firma de dicho convenio, pues el sindicato recalcó que la campaña está parada entre mayo y octubre y el 80% de los empleados están parados.

La organización sindical también subrayó que a pesar del incremento de las subvenciones al sector -como el aumento de la ayuda a la hectárea de 7.700 euros a 15.000 euros en solo tres años o la subida de la compensación al transporte del 70% al 100%-, no se han mejorado las condiciones laborales de los trabajadores.

CCOO apunta a que las zafras son cada vez más cortas -en torno a cinco meses y, en el caso de algunos empleados, solo dos días a la semana durante ese periodo- porque los empresarios apuestan por el plátano y otras frutas que requieren menos mano de obra. Martín señaló que mientras que en el sector tomatero se necesitan a seis trabajadores por hectárea, en otros solo a uno. La reducción de la campaña implica mayor inestabilidad, pero también que el trabajador no tenga derecho a la prestación por desempleo cuando concluya la zafra.