Renfe afronta anualmente un gasto de 25 millones de euros para tratar de evitar y limpiar grafitis en su parque de trenes. De este importe, unos 15,7 millones corresponden a lo que cuesta limpiar los grafitis que se realizan en los trenes, mientras que los 10 millones restantes se destinan a medidas de vigilancia y seguridad para evitar que se realicen estos actos. Esta práctica creció un 60% el pasado año. En los nueve primeros meses ya se han contabilizado 2.800 actos de este tipo.